Es necesario reformar la legislación de maltrato animal. No puede ser que un acto indefendible como el cometido por Sergio “N” pueda tener derecho a fianza, o bien, que después de seis años otro cachorro se convierta en la próxima víctima

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12 de abril 2023. Bomberos de Monclova, Coahuila, golpean a perritos callejeros a puño cerrado, con tubos y hachas. Decapitándolos. Asesinándolos. Los bomberos se graban mientras ríen en medio de la masacre.

30 de abril 2023. Chilpancingo, Guerrero. Stitch era su nombre, un cachorro callejero que cometió robo famélico: robó un pan de un establecimiento a causa del hambre, a consecuencia de ello, el dueño de la panadería lo golpeó con un palo hasta causarle fractura de cráneo, dos costillas y una vértebra. Una familia lo rescató y lo llevó al veterinario, tras varios esfuerzos por estabilizarlo, Stitch murió por fractura craneoencefálica.

18 de mayo 2023. Tecámac, Estado de México. Scooby.

Le llamaban Benito en redes, un perrito que apenas llevaba 14 días de haber sido adoptado por un niño, Roberto, de once años, quien lo rescató, a inicios de mayo, de una familia que no lo quería.

Scooby tenía un problema ocular, razón por la que el cariño de Roberto hacia él fue inmediato. La madre también fue tocada por la discapacidad de Scooby, ella también se encariñó, como también los otros tres perritos de Roberto.

Scooby llegó en la mochila de Roberto, le pidió a su madre que lo adoptaran y así fue.

La tragedia llegó aquel día en que Roberto fue a la carnicería por el almuerzo y de ahí pasó a comprar jabón a una tienda de conveniencia. Scooby permaneció fuera de la carnicería, cuando de pronto Roberto, mientras compraba el jabón en la tienda, escuchó los gritos de Scooby, quien acababa de ser lanzado por Sergio “N”, un policía de la Ciudad de México, a una olla hirviendo que se encontraba afuera de la carnicería.

Lamentablemente, al llegar, el cachorro de cuatro meses ya se encontraba en estado agonizante. Sufrió de quemaduras internas y externas.

Sergio “N” es el nombre del ahora expolicía, un acto impulsivo, atroz y desmedido, sádico, después de haber tenido una riña con el dueño de la carnicería. Presuntamente el policía, quien ya fue removido de su cargo y detenido por las autoridades, intentaba extorsionar al dueño del local.

El presidente Andrés Manuel López Obrador y Rosa Icela Rodríguez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, se posicionaron con respecto a este trágico evento. El presidente afirmó que se indagará sobre la legislación correspondiente para definir si hace falta reformar dicha ley. La secretaria de SPC, por su parte, afirmó que el delito es maltrato animal, por lo que podría alcanzar una pena de entre tres a seis años de prisión.

Seis años no son nada comparados con el daño que este hombre hizo a Sccoby y a su familia adoptiva. Pensemos en los animales que antes de este evento se cruzaron en su camino; este sujeto representa una amenaza para la sociedad.

Seis años no son suficientes, seis años no bastan para enmendar el sufrimiento de un cachorro inocente que fue quemado vivo, presa del arrebato y la barbarie.

También es necesario hablar de otros temas derivados de este lamentable hecho, y no me refiero al veganismo ni al vegetarianismo. Esta decisión dietética es tan respetable como personal.

Hay un evidente problema en el descontrol de caninos callejeros (con esto no pretendo justificar ni tantito los atroces actos de Sergio “N”, cabe mencionar). Este problema se ha salido de control. El gobierno necesita establecer medidas eficaces para el control de perros callejeros, la Brigada de Vigilancia Animal necesita de una inversión seria por parte de la Secretaría de Seguridad Ciudadana.

Asimismo, los municipios deben tomar cartas en el asunto. Vuelvo a lo mismo, una inversión fuerte y seria es necesaria, es injusto que haya tantos y tantos canes en situación de calle, esto sucede en toda la república. Campañas de esterilización permanente sería una solución, no basta con el servicio de esterilización gratuita, ¿qué pasa con los canes que no tienen dueño?, ¿quién los va a llevar a esterilizar? Hay un serio problema de tasas de natalidad de caninos en situación de calle, y no se le está prestando la suficiente atención.

Por otro lado, es necesario reformar la legislación de maltrato animal. No puede ser que un acto indefendible como el cometido por Sergio “N” pueda tener derecho a fianza, o bien, que después de seis años vuelva a tener un arranque similar, y que otro cachorro se convierta en la próxima víctima.

Este es un caso de extrema violencia, pero no es la única manifestación de maltrato animal. Este hecho fue conocido gracias a la cámara de video que lo registró, y a la tremenda crueldad con que Sergio “N” actuó, pero ¿qué pasa cuando no hay cámaras de video que registren la crueldad animal?

Pero en ocasiones, por desconocimiento, el maltrato animal no es tan evidente, ¿qué pasa cuando ni siquiera nos percatamos de que estamos maltratando al perrito al dejarlo en total abandono en la soledad y la intemperie de una azotea o atado a una cadena?

Posiblemente ni siquiera nos estemos dando cuenta de que estamos ejerciendo violencia contra nuestro perrito, gata, tortuga, loro… Hagamos conciencia. ¿Podemos darle una mejor vida? En el caso de los canes, ¿le estamos dando un espacio suficiente para su esparcimiento?, ¿lo sacamos a pasear?, ¿le brindamos alimento al igual que tiempo, cariño, amor?

Que las vidas de Scooby, de Stitch, de las víctimas de los bomberos, y la de tantos perritos más de los que día a día sufren de violencia, no nos pasen desapercibidas.

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