El edificio que ahora alberga a la Secretaría de Gobernación se remonta a los años dorados del porfiriato. La construcción de este monumental inmueble se hizo por órdenes del empresario algodonero, Feliciano Cobián.
@ignaciodealba
El virrey Antonio María de Bucareli y Urzúa hizo que se construyera en la exhacienda de la Teja un paseo para los capitalinos. Se construyeron fuentes y se plantó arboleda de fresnos. Con los años, el sitio se empezó a rodear de casas veraniegas y aún después de la Independencia, la colonia Juárez fue un lugar de recreo para las clases acomodadas.
Durante el porfiriato, Feliciano Cobián hizo fortuna con algunas de las haciendas algodoneras más portentosa de la región de La Laguna. Cobián, también fue uno de los primeros fraccionadores en la zona urbana de Torreón. Cuando este inmigrante español acumuló fortuna mandó construir un verdadero palacio en la capital del país.
Feliciano compró un lote en Bucareli, que ya estaba urbanizada con chalets. El lote donde se construyó la casa formó parte del Portero de la Candelaria Atlampa, utilizado en algún momento para almacenar tranvías. El empresario algodonero instruyó a Emilio Dondé que diseñara la casa, aunque hay investigadores que aseguran que fueron los ingenieros Rafael García y Sánchez Facio quien fueron los verdaderos realizadores.
La familia de Feliciano mandó traer de Europa incluso los vidrios grabados con sus iniciales. Aún se conservan en el inmueble varios de ellos. La construcción es semejante a la de un palacete europeo. En la fachada principal se utilizó cantera y piedra pulida, con un manejo libre de formas. Es una construcción ecléctica, pero con muchos elementos clásicos; como las balaustradas, las ventanas centrales con arcos de medio punto, los remates con pináculos y las escaleras.
El frente del Palacio da a Bucareli, pero la construcción tiene la peculiaridad de no tener entrada principal; en su lugar tiene dos entradas laterales con portones para carruajes. Una de las partes más destacadas del edificio son las herrerías de hierro forjado de las ventanas y de la verja exterior.
La familia de Feliciano se mudó a la residencia en 1903. Pero el palacete, uno de los más grandes de la zona, fue incautado por el gobierno de Porfirio Díaz por adeudos tributarios del empresario algodonero.
La casona fue utilizada para hospedar a la delegación estadounidense en los festejos del centenario de la Independencia de México. Un año después, en 1911, se instaló ahí la Secretaría de Gobernación.
Feliciano Cobián murió en 1936 en una de sus propiedades, ubicada en la calle Lucerna, a unas cuadras de su antiguo palacio. Los restos del empresario algodonero están en el mausoleo de la Familia Cobián Fernández del Valle, en el cementerio Español del Panteón de Dolores.
Durante el gobierno de José López Portillo (1976-1982) se adquirieron todas las casas colindantes con el Palacio de Cobián para construir varios edificios que albergan distintas áreas de la Secretaría de Gobernación. El “Conjunto Bucareli” es uno de los símbolos de poder en México.
No queda nada de los fresnos de Bucareli. El que fuera un tranquilo paseo para los capitalinos se convirtió en una importante calzada vehicular, comúnmente sitiada por protestas. Las viejas casonas que colindan con la calle están abandonadas o maltratadas, a excepción -claro- del Palacio de Cobián. Los nuevos desarrollos inmobiliarios han utilizado algunos de los viejos chalets para convertirlos en conjuntos habitacionales.
Actualmente en el Palacio de Cobián trabaja la primera secretaria de Gobernación en la historia: la exministra Olga Sánchez Cordero.
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