Saben por completo adueñarse de sus cuerpos, ya sea vestidos o desnudos, cuerpos jóvenes y bien torneados, que transmiten esa excitación en medio de sombras y sugerentes luces oscuras. Esta estupenda película de la cineasta, escritora y actriz londinense Emerald Fennell, quien aparece en Barbie, es una obra neogótica de suspenso y misterio basada en los inicios del presente siglo

Por Évolet Aceves / @EvoletAceves

La cinta Saltburn es una alabanza al erotismo masculino. Esta película protagonizada por el joven actor irlandés Barry Keoghan, es simplemente imperdible. En las últimas semanas, Poor Things y Anatomy of a Fall, ambas películas nominadas a los Premios Óscar, se han llevado las miradas de la audiencia, y a mi parecer Saltburn no merece recibir la mínima atención que se le ha estado dando.

Keoghan, quien ya ha interpretado excelentes papeles en auteurs y blockbusters, como Gladiator o Batman, se desnuda por completo en este personaje misterioso, tenebroso y exquisitamente erótico, quien a través de la mentira, la seducción y las múltiples psicopatologías, va desarrollando a Oliver Quick, un joven estudiante que conoce a Felix Catton —interpretado por el actor australiano Jacob Elordi—, un hijo de familia burguesa que vive en un castillo repleto de suntuosidades.

Hago una pausa para hablar sobre la magnífica actuación de Elordi, un actor completamente nuevo para mí y a quien también recién vi en Priscilla —dirigida por la cineasta, guionista y actriz Sofia Coppola—, y me parece que el joven actor es una de las promesas del cine contemporáneo. Ambos —Elordi, quien se muestra completamente amalgamado con Keoghan en escena— encarnan esta historia cuasiorgásmica, no sólo por la seducción que transmiten a través de la pantalla y su dominio gestual y dialógico. Saben por completo adueñarse de sus cuerpos, ya sea vestidos o desnudos, cuerpos jóvenes y bien torneados, que transmiten esa excitación en medio de sombras y sugerentes luces oscuras.

Esta estupenda película de la cineasta, escritora y actriz londinense Emerald Fennell —quien, por cierto, forma parte del reparto de actores en Barbie—, es una obra neogótica de suspenso y misterio, basada en los inicios del presente siglo; la directora trae a la actualidad elementos propios de siglos pasados y los mezcla, los camufla como pulpo sobre una piedra, con la contemporaneidad de los 2000.

Fennell ha dicho que fue influenciada por autoras como Patricia Highsmith y Daphne du Maurier, así como por Stanley Kubrick y su legendaria Naranja Mecánica. Al verla, es inevitable notar la influencia de la serie británica Skins, no es coincidencia que dicha serie haya sido filmada en los mismos años en que está basada Saltburn.

El vestuario está a cargo de Sophie Canale, quien muy precisamente respetó la estética glam británica de los inicios del 2000. La música, por otro lado, fue elegida por Anthony Willis; aparecen en el soundtrack pistas de Arcade Fire, Bloc Party, Ladytron, MGMT, The Killers, Pet Shop Boys, The Beatles, y el resto de las piezas musicales fueron compuestas e interpretadas por el mismo Willis y la Orquesta Contemporánea de Londres.

Una cinta que, junto a Poor Things, demuestra la creatividad, la capacidad visual que el cine europeo está alcanzando, así como un profundo interés en retomar la estética propia de siglos pasados para trasladarla y mezclarla con el siglo XXI.

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