Han pasado 3 años desde que el gobierno de Jalisco reprimió una serie de protestas en ese estado. El saldo: más de 100 jóvenes desaparecidos. Uno de ellos es Jorge Luis, quien fue perseguido por apoyar el movimiento
Texto: Jade Ramírez / Perimetral
Foto: Félix Márquez
GUADALAJARA, JALISCO.- el 11 de junio de 2020, Jorge Luis vivió 30 minutos en la antesala de lo que siente era el final de su vida. Aparentemente lo iban a detener por robar herramienta, pero con pocas claves y rápido, supo que era una venganza por trabajar en un taller que apoyó una de las muchas activaciones civiles de inconformidad por la ejecución extrajudicial de Giovanni Jiménez.
Los días álgidos cuando la Fiscalía del Estado de Jalisco y cuerpos policiácos cometieron abusos de autoridad y graves violaciones a los derechos humanos, desaparición forzada y tortura, por la represión ejercida contra la protesta social por las marchas #JusticiaParaGiovanni, están identificados como el 4, 5 y 6 de junio en 2020.
Estamos hablando de un fin de semana de terror que sucedió en Guadalajara de jueves a sábado cuando corría el primer año de la pandemia.
Ante medios de comunicación y periodistas locales que fuimos testigos del operativo el 5 de junio: hombres armados subían a personas en camionetas de color blanco, negro y rojo, sin previamente identificarse u orden de aprehensión.
A los pocos minutos supimos que eran policías ministeriales.
Aparentemente fueron pocas horas las que policías ministeriales siguieron las órdenes de jefe máximo de la seguridad en Jalisco, el gobernador Enrique Alfaro, de reprender toda articulación social.
El último hecho registrado por la prensa fue la noche del sábado 6 de junio a las 10 de la noche, en las puertas de Palacio de Gobierno cuando un contingente marchó desde avenida Chapultepec a Palacio de Gobierno e intentó incendiar la puerta.
Con gas lacrimógeno bloquearon a los jóvenes que se manifestaban como consecuencia de haber desaparecido de manera forzada agentes del gobierno a más de 100 personas un día antes.
La tarde del 5 de junio, los agentes llevaron a más de 100 personas al estacionamiento y oficinas de la Fiscalía -Calle 14 colonia Industrial- donde estuvieron incomunicados; otras docenas de jóvenes protestaba a unas calles con el rumor encima del operativo como se relató en la crónica ¡Corre, corre!
Las y los desaparecidos fueron sacados por camionetas falsas de servicios de banquetes, y tras vivir un largo episodio de tortura psicológica, los abandonaron pasando la periferia.
Perimetral Press conoció a un sobreviviente de lo que sería otro intento de desaparición forzada con un móvil de robo pero asociado a la represión de la protesta.
El hombre de 36 años que nos relató lo que sobrevivió seis días después del Halconazo tapatío -con los focos puestos sobre el gobernador Enrique Alfaro desde el Gobierno Federal y organismos internacionales- es una víctima de violación a sus derechos humanos sin registro.
Jorge Luis* fue interceptado por miembros de la delincuencia organizada en coordinación con la policía estatal y elementos de la policía municipal de Guadalajara, por supuestamente haber cometido un robo, pero pronto supo se trataba de una represalia por donde trabaja.
La adrenalina del momento le hizo perder el ritmo del tiempo. Cree que fue poco el tiempo transcurrido entre que los dos «civiles», policías ministeriales y los de Guadalajara lo golpearon para retenerlo y llevárselo a la Fiscalía de Jalisco.
Le revisaron el teléfono buscando información entre sus fotos, llamadas y contactos. El operativo fue en la calle Prisiliano Sánchez y Colón, frente a una tienda Waldo’s a las tres de la tarde.
Le gusta la reflexión política, pero se mantiene lejano de las protestas y los activismos, su última participación en una marcha fue cuando las elecciones de 2012 y el movimiento #YoSoy132, tomando algunas fotos.
De las muchas activaciones civiles que se dieron el 4, 5 y 6 de junio de 2020, un taller donde se imprimieron algunos carteles apoyó a activistas y por sólo trabajar ahí, a Jorge Luis lo estuvieron «cazando» como se refiere a lo que vivó.
A tres años de haber sobrevivido a un intento de desaparición entre unos hombres que lo retuvieron en la calle coordinados con policías para después esfumarse de la escena, Jorge Luis se siente indignado y le atraviesa mentalmente cada noticia de nuevas personas desaparecidas.
Perimetral solicitó información a través del recurso de transparencia a distintas instancias involucradas en la detención a Jorge Luis el 11 de junio 2020, pero ninguna reconoció el hecho ni por ubicación de las calles, hora, fecha o nombre de la víctima.
Simplemente para la Fiscalía de Jalisco, la Secretaría de Seguridad Pública y la Policía de Guadalajara -involucradas en la denuncia- las detenciones arbitrarias e intentos de desaparición forzada no existen.
Un sujeto obligado respondió con una prevención, imponiendo al solicitante argumentar el motivo o interés para conocer los detalles de ese hecho.
Pasado el tiempo, Jorge intentó poner la denuncia acompañado por compañeros de trabajo -motivo por el que lo espiaron y detuvieron- pero la falta de seguridad y confianza, conforme salieron reportes de todo lo acontecido el 5 de junio a más de 100 personas, desistió de la investigación.
Su familia se asustó mucho, también sus amistades y compañeros de trabajo. Para él se trata de haber vuelto «del más allá», pero lo que más abruma a Jorge Luis es el nivel de desorientación de las autoridades que, en total impunidad sin reparar en lo grave de sus actuaciones al margen de la legalidad, repiten el patrón de terrorismo de Estado.
La cadena de responsabilidades es clara. Quien sobrevivió a un ataque no por «por portación de cara» como intentaron hacerlo pasar, sino en represalia a que hubo activación ciudadana y en su lugar de trabajo se apoyó a grupos de activistas imprimiendo algunos materiales para las protestas, deja una corta reflexión a tres años sin recibir una explicación ni disculpa por las violaciones a sus derechos humanos.
*Jorge Luis. Su identidad fue modificada porque persiste el temor de represalias.
Este trabajo fue publicado originalmente en PERIMETRAL, que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes ver la publicación original
Enfocada a la cobertura de temáticas sobre derechos humanos, conflictos socio-
ambientales y cultura. Ha sido premiada por la Bienal Internacional de Radio en la
categoría de Radioarte, Radio Indigenista, Mesa de Análisis y Debate; finalista del Premio Fundación Nuevo Periodismo en 2007 y 2009. Obtuvo el Premio Internacional de Periodismo Rey de España por el reportaje “La Discriminación vuela por Avianca”, también en 2009. Actualmente escribe para medios digitales y realiza reportajes para la radio y televisión universitaria en Jalisco.
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