El fotolibro impreso: resistencia y memoria histórica

11 octubre, 2020

Artistas visuales en Latinoamérica ven al fotolibro como la obra final y resaltan su capacidad de preservar historias ante un mundo virtual que nos satura. Sin embargo, las formas establecidas en los últimos años se van quedando atrás, y los autores tratan de redefinir su significado

Por: Mauricio Palos

@MauricioPalos

Algunos de los primeros libros producidos con soportes fotográficos en México fueron creados por un arqueólogo, explorador y fotógrafo francés, Claude-Joseph le Désiré Charnay llamado Désiré Charnay,  quien en sus viajes como explorador por los sitios arqueológicos de Oaxaca y Yucatán, publicó en 1862 Ciudades y ruinas americanas, que contiene imágenes de edificios precolombinos, tomadas durante las exploraciones de Charnay en México. Su trabajo incluye cuarenta y nueve fotografías de los sitios de Mitla, Palenque, Chichén Itzá, Uxmal e Izamal, así como Arbre de Santa-Maria del Tule y la Piedra del Sol. Piedra del sol también forma parte de su primera publicación, Álbum Fotográfico Mexicano (1858). Su expedición financiada por el Ministerio de Instrucción Pública de Francia, se inspiró en el libro Incidentes de viajes en Yucatán del arqueólogo John Lloyd Stephens, ilustrado con grabados obtenidos como daguerrotipos. Este tipo de publicaciones eran conocidas como álbumes fotográficos y eran populares en Europa del siglo XIX, Charnay distribuyó su Álbum Fotográfico Mexicano, publicado y publicitado como venta de imágenes fotográficas en el periodico La Sociedad en 1858 bajo la marca editorial de Julio Michaud, quien además se cree, fue impresor de algunas copias en México, las imágenes fueron vendidas sueltas y compradas por coleccionistas individuales.

http://www.metmuseum.org/art/collection/search/680014 Désiré Charnay, Ciudades y Ruinas Americanas, Mitla, Palenque, Izamal, Chichén Itzá, Uxmal. Paris, Gide, A. Morel & Cie., 1862. pl. 12 (CC0 1.0 Universal (CC0 1.0) Public Domain Dedication).

Las investigadoras Liliana Dávila-Lorenzana y Estibaliz Guzmán-Solano, de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía (ENCRyM), compararon cuatro copias del Álbum Fotográfico Mexicano y nueve copias de Ciudades y Ruinas Americanas, ambas con fotografías del primer viaje de Charnay a México e impresas poco después, sus resultados publicados y presentados como “La caracterización de la producción fotográfica de Dèsirè Charnay en su primer viaje a México”, presentados en la Reunión de Invierno de PMG 2015 en Cambridge, Massachusetts, donde mostraban que ninguna de estas copias fue producida al mismo tiempo, y dejaba ver de cerca el proceso de trabajo de Charnay, se puede presumir que hizo copias de su trabajo en distintos momentos y lugares durante los años mencionados con anterioridad y que probablemente uno fue usado como dummy para poder convencer e incentivar a la inversión en sus expediciones y publicaciones. Su trabajo impactó profundamente el conocimiento y la concepción de los sitios arqueológicos más notables de Oaxaca, Chiapas y Yucatán.

Sin embargo Charnay no era el único que comenzaba a interesarse en el formato del libro para dar a conocer a su trabajo, años antes, una mujer inglesa llamada Ana Atkins experimentaba con procesos fotográficos análogos como la cianotipia para reproducir algas marinas de la costa británica en 1843, el resultado de su trabajo se traduce en catorce copias de Fotografías de algas británicas: impresiones de cianotipo (1843–53), Atkins imprimió unas seis mil exposiciones de fotogramas con cianotipos en papel tratado a mano. El libro se produjo sin el respaldo de una empresa o alguna editorial importante, la producción la realizó con la ayuda de una amiga y parte de sus trabajadores domésticos y es considerado como una de las primeras publicaciones que utilizaban la fotografía para hablar de temas de interés. Entre muchos otros, posteriormente les siguieron los Casasola en México con la publicación de los álbumes fotográficos de la Revolución Mexicana en 1921.

Páginas del libro Fotografías de Algas Británicas: Impresiones de Cianotipo, 1848-1849 de Ana Atkins. Cortesía de la Biblioteca Pública de Nueva York.

El resultado final de estos autores para la producción de sus publicaciones podría  considerarse de varias formas al dia de hoy, libro de autor, publicación independiente, auto publicación, o libro objeto y otros más lo llamarian fotolibro solamente, ya que sus producciones comparten ciertos requisitos actuales utilizados en la producción de libros de autor que utilizan las imágenes como soporte principal, junto a la utilización de distintos materiales que posteriormente son ensamblados de forma artesanal. Aunque las opiniones y referencias sobre el producto final varían mucho entre los autores que dedican su producción en torno a la imagen fotográfica y su formato impreso en forma de libro, todos coinciden en lo que importa es la historia que quieres contar y entienden la publicación como extender el significado de sus trabajos a través de la lectura de las imágenes, y en algunos casos la utilización de materiales que están ligados significativamente a la historia que se cuenta.

Álbum histórico gráfico : contiene los principales sucesos acaecidos durante las épocas de Díaz, de la Barra, Madero, Huerta, Carvajal, Constitucionalista, la Convención, Carranza, De la Huerta, Obregón y Calles / recopilación y fotografías por Agustín V. Casasola e hijos. [México : Agustín V. Casasola, 1921].  Cortesía de Pablo Ortiz Monasterio
Iglesias de México [I-VI] (6 volumes). Dr. Atl (Gerardo Murillo); Kahlo, Guillermo; Toussaint, Manuel. Publicaciones de la Secretaría de Hacienda – Editorial «Cvltvra», 1924. Cortesía de Pablo Ortiz Monasterio.

Pablo Ortiz Monasterio, un editor y fotógrafo Mexicano que ha dedicado la mayor parte de su vida a la edición y reflexión en torno a la produccion y edicion de libros de fotografía en Latinoamérica propios y de otros autores, tiene una colección amplia de libros fotográficos en su casa, entre los que se encuentran el Álbum Histórico Gráfico (México : Agustín V. Casasola, 1921) producido de forma independiente por la familia Casasola en la Revolución Mexicana, y otro llamado Iglesias de México (Secretaría de Hacienda – Editorial «Cvltvra», 1924), producido por Dr Atl y Guillermo Khalo. Para Pablo la idea de autopublicarse o trabajar con una editorial independiente no tiene importancia, para él, su fuerza radica en que “es más como un sentido, de una continuación del trabajo fotográfico ahora en un libro y el autor se sigue, no acaba con hacer las fotos sino lo edita y lo produce en colaboración con una editorial o no… el libro tú quieres que sea en un papel medio cutre por el cuaderno vaquero y así lo haces“ y equipara su producción a hacer cine, donde “ahi lo produces y luego encuentras a alguien que esté interesado en la distribución por que es difícil, pero ahora la gente lo está haciendo”, refiriéndose a que cada vez mas llegan autores que auto distribuyen sus publicaciones. 

Santiago Escobar-Jaramillo, artista visual y editor colombiano que radica en la ciudad de Manizales, comenta durante una pausa en una imprenta local, que el hecho de ser independiente significa ser “el capitán de tu propio destino, donde tu decides con quien trabajas, puedes hacer cosas manuales que las grandes empresas no están interesadas en probar y experimentar”. Su primer libro Elefante Blanco (2015), conformado por solo 14 copias, presentado en la exposición bajo el mismo nombre en la galería bogotana Christopher Paschall, tiene la particularidad de estar construido como una caja hecha en membrana de concreto con el libro envuelto en una lona de poliestireno, el proyecto estaba acompañado de una intervención en La Guajira, en el Cabo de la Vela para hacer un comentario sobre la corrupción en Colombia, donde envolvía los matabueyes también con lonas de poliestireno y realizaba una intervención en colaboración con Fidel Pushaina, un Wayúu, que iluminaba la estructura al final del día con su motocicleta y la ayuda de otros compañeros. Su libro fue reseñado y reconocido en distintos lugares, como en la feria de Lisboa y en publicaciones como el Latin American Photobook, además de que está albergado en bibliotecas y colecciones alrededor del mundo, lo que le dio confianza para continuar con sus publicaciones personales. 

En medio del confinamiento por el COVID19 Santiago decidió montar su propio sello editorial llamado Raya Editorial, a raíz de una colaboración con el fotógrafo boliviano River Claure. River llegó con un proyecto subvencionado por el Ministerio de Planificación del Desarrollo  del Estado Plurinacional de Bolivia, y necesitaba el respaldo de una editorial establecida para poder editar y publicar su libro Warawar Wawa (Hijo de las estrellas) (2020), una recontextualización del libro de literatura Le Petit Prince de Antoine de Saint-Exupery a la nueva cultura andina contemporánea traducido a lengua aymara. Santiago pensó en llevar toda esa energía que lo había llevado a producir 6 libros personales publicados de forma independiente y los de otros autores que lo buscaban esporádicamente, a montar su propio proyecto editorial cuyo principal soporte es la fotografía expandida, como explica Santiago, “es un tipo de fotografía híbrida, fragmentada de múltiples capas que no solo habla de lo documental, que está al límite del lenguaje, donde cabe la tecnología, el archivo, la construcción, la participación, la intervención, lo musical, el sonido, lo transmedial, una fotografía  la que expande sus maneras de hacer y que indaga con otras ciencias, con otras disciplinas y que confronta el mismo medio”. 

Dentro de sus publicaciones precisamente Raya Editorial, ha dedicado una serie de libros a la fotografía expandida con la colección editorial AñZ, Fotografía Expandida de Latinoamérica, la cual cuenta con autores como Musuk Nolte co-fundador de KWY Ediciones, que participa con el libro La resistencia del silencio  (2020), y de Lujan Agusti fotógrafa y artista visual que radica en Tierra del Fuego, Argentina donde ha producido el proyecto que está publicando en la colección. 

“Hay como una especie del regreso al libro”, comenta Musuk mientras habla del crecimiento de pequeñas editoriales independientes, sin embargo explica también, que los riesgos, mas como el conceptual, “es que no todo tiene que ser un libro quizá estamos pensando que el libro es nuestra único canal para pensar, para comunicar, para difundir un proyecto y no todos los proyectos están hechos para ser convertidos en libro”.

Un artículo publicado en 2019 en SUR. Revista de Fotolibros Latinoamericanos firmado por Musuk Nolte, ofrece una mirada por encima del contexto histórico en Perú de publicaciones independientes que usaban la fotografía como instrumento principal y llegaba a la reflexión de que “era quizá la poesía donde la fotografía encontraba un buen espacio para el diálogo” y veía el diálogo con la palabra como una especie de línea o proyección de tiempo mas sólida para entender el mundo de los fanzines de la mano de proyectos colectivos de varias voces, de varias miradas como el colectivo Mal de Ojo, que utilizan los fanzines por la economía de su producción, y que por la facilidad habían encontrado ese formato las posibilidades de hacer circular su trabajo. 

Un esquema similar adoptan nuevas editoriales que se valen de las producciones econocmicas y de materiales mas sencillos, y es por eso que el número de editoriales independientes ha crecido de manera significativa, en 2013 nacio Gato Negro Ediciones en la Ciudad de Mexico, quienes desde su pagina web describen sus publicaciones como manifiestos políticos hasta la teoría y la prosa del arte, publican libros que no quieren deconstruir la realidad a través de distracciones ornamentales que últimamente parecen haberse convertido en un requisito ineludible dentro de la historia moderna de la edición. En cambio, Gato Negro adopta el contenido elegido deliberadamente en su forma más primaria: sencillo y completo. Y por lo tanto, cada vez mayor en contexto. 

The Court. Nirvana Paz, Gato Negro Ediciones 2017. 96 páginas 16.5 cm x 11.5 cm. Impreso en Riso, 2.ª edición agotada. Con una cámara fija, Paz capturó la imagen de miles de transeúntes anónimos en su paso por la Suprema Corte de Justicia de la Nación. La artista vivió durante muchos años en el centro histórico de Ciudad de México. Su cotidianidad hacía que caminara a diario por los alrededores de la Corte y que a menudo se detuviera a ver el flujo constante de personas en tránsito al salir del metro, a quienes imaginaba posando en el muro negroncomo un gran ciclorama.

El proyecto de las Hilanderas del fin del Mundo (2020)  de Lujan Agusti, que forma parte de AñZ, Fotografía Expandida de Latinoamérica y que comenzó como una asignación para National Geographic, indaga en la producción artesanal de un colectivo de mujeres andinas de entre 40 y 80 años, que se unieron con esa vocación de tejer lana y que en su proyecto proponen la utilización de materias primas encontradas en la Isla del Fuego, un territorio austral poco fértil, donde “visibilizan y reivindican tradiciones ligadas a las plantas, donde la vegetación es muy específica, como ellas y tratan de potencializar las plantas nativas”, las hilanderas también trabajan con lana de oveja y realizan piezas de abrigo, que también son teñidas con la ayuda de tintas naturales extraídas de las plantas. Luján trato de ir más allá de la foto directa para contar esta historia y comenzó a experimentar con procesos análogos como la antiotipia, un proceso similar a la cianotipia como el que utilizo Ana Atkins con las algas británicas, la diferencia radica en que la antiotipia se produce en bases a tintes naturales y terminó revelando las fotos con los mismos tintes con los que trabajan las hilanderas para teñir los textiles, la intención para Luján, era ir un poco más allá de lo documental “donde se encuentra esta idea de lo expansivo, que tiene que ver un poco con correr un poco los límites de la práctica documental o periodística y de alguna manera sí enriquecer el relato con otras capas o posibilidades  de entendimiento y de análisis del proyecto” y agrega, “encuentro en el foto libro la mejor forma de conectar con un trabajo fotográfico porque me parece que la experiencia de un espectador con un libro es algo mágico que solo se da en ese momento”.

Luján Agusti «Hilanderas del Fin del Mundo» (colección editorial AñZ, Fotografía Expandida de Latinoamérica) Raya Editorial y Matiz Taller Editorial. 300 unidades, 13 cm x 19.5 cm. Cuerpo de texto: 24 páginas. Cuerpo de obra: 40 páginas. Tintas 4×4. Impresión en papel Earth Pack 90 Gr. Tapa dura cubierta en tela impresa en screen. Tira textil. Impreso en Matiz Taller Editorial @matiztallereditorial en Manizales, Colombia

KWY Ediciones se ha dedicado además a publicar autores con los que tienen sus editores una relación cercana y que consideran son representantes de esta generación de creadores, como Rodrigo Abd con La Cámara Afgana (2014), Juanita Escobar con Llano (2018) y Yael Martinez, cuyo libro La casa que sangra (2019),  ha quedado entre la recién anunciada shortlist del Paris Photo–Aperture Foundation PhotoBook Awards 2020, de 35 títulos seleccionados junto a Zahara Gomez, artista visual de familia argentina, nacida en Madrid, criada en París y radicada en México, con un libro autopublicado llamado Recetario para la Memoria (2020), que indaga en los vínculos con la memoria y la comida junto a madres de personas desaparecidas del colectivo de búsqueda Rastreadoras del Fuerte, en los Mochis, Sinaloa. 

Para Yael Martínez, al reflexionar sobre el proyecto, que también tiene lazos con las Rastreadoras del Fuerte y en cómo podía hacerlo llegar a una audiencia específica, comenta que  “tornar el proyecto tangible en un foto libro  empezó a dar sentido; no tan solo como un objeto, sino  como un recipiente  para generar una memoria histórica como forma sustancial  de confrontar un poder que trata de destruir hasta el recuerdo de las víctimas” y continúa, “el fotolibro generaba un camino doble,  en primera instancia  ponía en la mesa un tema para hablar de comunidades que siguen inmersas en la violencia y en segunda se volvía en un objeto tangible que  contenía la memoria de procesos históricos  que atravesaban a estas mismas comunidades. La idea es que el libro vuelva a estos espacios a generar reflexión.” 

La casa que sandra. KWY Ediciones. Lima, 2019. Edición: Musuk Nolte. Diseño: Vera Lucía Jiménez / Portada: Orlando Velázquez. Medidas: 17×22.5 cm. 128 + 20 desplegables dobles. Portada serigrafía 1 tintas. Ejemplares: Primera edición de 1000 ejemplares.

Por su parte Zahara Gomez explica que la idea de hacer el libro como un recetario, era precisamente salirse del círculo que consume normalmente las publicaciones fotográficas “era un desafío para convocar a un público que no está tan cercano a las cuestiones de la desaparición forzada es decir, periodistas, grupos de familias, defensores de derechos humanos que al final nos topamos todos un poco, era como salir de ese círculo, mas del arte o la fotografía para convocar a otra gente a invitarles a reflexionar a tomar postura a hacer propia esta realidad” y cree que la relación que tenemos las personas con la comida y la memoria es un lugar “donde nos podemos reconocer todos y todas, y donde todos y todas tenemos un recuerdo de la comida del abuelo, del papá, de lo que nos gustaba y es ahí donde nos podemos reconocer todos y todas, va mas allá de una realidad local” y añade que la idea de la autopublicación nace de ella por un lado por que el 50% de las ganancias del libro va para las Rastreadores del Fuerte, “con un editor hubiera sido muy complicado por que te deja un porcentaje muy chiquito”, además logró formar alianzas económicas con chefs reconocidos y organizaciones de derechos humanos, pero el hecho de venir de trabajar sola o en proyectos que se sostienen solo por la voluntad lo vio bastante natural, mezclado  por la urgencia y la existencia física del proyecto, “quiero que se animen a cocinar, que se apropien de esas recetas y que cocinen en honor de la memoria de los que se llevaron, de las familias de los grupos de búsqueda, que entendamos de alguna manera que cuando se desaparece alguien no es solo un drama personal o familiar… es una destrucción del tejido social como comunidad y que en ese sentido podemos ser parte para re-conocer ese tejido social”. 

Recetario para la memoria (2020). Libro auto editado a 1000 ejemplares. Se imprime en la Ciudad de México en la Imprenta Panorama.

Mauricio Palos es un documentalista independiente y promotor cultural, publicó su primer libro My Perro Rano, Crónicas de Centroamérica con la Editorial RM en 2010 y fue catalogado como uno de los mejores fotolibros del 2011 por el British Journal of Photography, su libro colaborativo Is This Tomorrow publicado con la Casa del Ahuizote en 2018, fue preseleccionado para los 2019 Book Awards de Arles junto a Zahara Gomez y Juan Orrantia, actualmente se encuentra en el proceso de edición final y publicación de su último libro, La Ley del Monte con la editorial independiente, Sin Resentimientos. IG @mauriciopalos

Fuentes:

https://www.researchgate.net/publication/327895499_The_Characterization_of_the_Photographic_Production_of_Desire_Charnay_on_His_First_Trip_to_Mexico

https://www.gatonegro.ninja/#about

http://biblio.upmx.mx/library/index.php?title=303024&query=@title=Special:GSMSearchPage@process=@subheadings=MEXICO%20HISTORIA%20PORFIRIATO,%201877-1911%20LOCAL%20@mode=&recnum=3

https://web.archive.org/web/20160305195316/http://www.unionyucatan.mx/article/desire-charnay-las-fotos-mas-viejas-de-yucatan-y-la-zona-maya

https://fotografica.mx/fotografos/claude-joseph-desire-charnay/

https://www.metmuseum.org/art/collection/search/680014

https://www.gutenberg.org/files/25097/25097-h/25097-h.htm

http://www.kwyediciones.com/

https://www.instagram.com/rayaeditorial/?hl=es

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