Hay personas que, cuando se van, dejan un hueco que nos carga la chingada. Con su partida vienen cambios bruscos en nuestra vida, los cuales tenemos que entender para poderlos soportar…
Texto: Andrea Sarmiento Pastrana
Foto: Tomada del trailer oficial de Netflix
CIUDAD DE MÉXICO.- Desde que somos pequeños se nos enseña el ciclo de la vida: naces, creces, envejeces y mueres. Lidiar con la muerte de las personas mayores ya es difícil; pero nadie nos habla del resto de pérdidas que no entran en este ciclo natural. Nunca nos mentalizamos para ver fallecer a los hijos, los amigos o los familiares más jóvenes; solemos ignorar que la vejez no es la única causa de muerte, hay enfermedades, violencia y accidentes. La muerte es algo tan impredecible como inevitable y realmente no hay una forma concreta de lidiar con ella, cada quién lo supera a su manera.
El Estornino (The Starling) es un filme conmovedor que nos hace cuestionarnos la forma en que nos relacionamos, con la muerte y lo que pasa después de esta.
La película me impresionó, principalmente, porque no era para nada lo que pensaba. A Melissa McCarthy solo la conocía por algunas comedias (no muy de mi agrado) y fue por eso que me sorprendió verla en un papel mucho más serio.
The Starling narra la historia de una pareja: Lilly y Jack, quienes una noche perdieron a Katie, su pequeña hija.
A diferencia de muchas otras narrativas, se muestran muy pocas escenas de la bebé. Las distintas emociones que se generan no son por ningún cariño que tengamos con ella, sí es algo triste, pero lo que realmente conmueve es lo que se presenta entorno a esta muerte. No te sacude la muerte de un personaje querido ya que al casi no mostrarla no logras generar algún cariño hacia ella, te emociona empatizar con el padre y la madre tratando de retomar el rumbo de su vida.
No todos entendemos lo que es perder a un hijo, sin embargo, la mayoría sí sabemos lo que es perder a alguien muy querido y cercano; y quienes no lo hayan vivido, eventualmente lo harán.
Cuando una persona importante muere tu mundo se detiene y esto se ve bien en la película. Como si el mundo se congelara, pero únicamente para ti ya que para el resto todo continúa igual; el trabajo, la escuela, la vida social, todo debe seguir y nada se para, solo tú.
Y cometemos un error muy grave pero muy común: no nos damos nuestro tiempo para sentir las cosas. Intentamos regresar a nuestra rutina diaria lo más pronto posible pensando que eso nos ayudará a sentirnos mejor y queramos o no tenemos que volver, al trabajo o a la escuela pero eventualmente no queda de otra.
Para Lilly esto es algo muy complicado. Ella trabaja en un supermercado y vemos cómo disminuye su desempeño. Está muy distraída y le cuesta realizar tareas simples como organizar los productos o poner los precios, mientras tanto lidia con la presión de su jefe, y sus compañeros, a excepción de uno, la miran de lejos; sienten pena por ella pero no le ayudan.
Por otra parte, tiene que sostener su casa por si sola ya que Jack está internado en un hospital psiquiátrico. Jack lleva años deprimido y tuvo un intento de suicidio después de la muerte de Katie. Cada martes, Lilly va a visitarlo, le lleva comida y toman una especie de terapia grupal. Ambos tratan de animarse tanto a sí mismos como al otro, pero esto es complicado. Es el contraste entre una que intenta seguir adelante y el otro que solo quiere darse por vencido.
Un día, en el intento de arreglar su patio se encuentra con una visita sorpresa: un pájaro, específicamente, un estornino. Este será un simbolismo importante en la película y un gran problema para Lilly; cada vez que se esfuerza en hacer algo para su jardín llega este pájaro a molestarla hasta el punto de necesitar salir con casco.
El ave es el camino de Lilly para expresarse, lo utiliza como excusa para sacar sus emociones; descarga en él su enojo, su tristeza y su desesperación. Además, le ayuda como justificación para visitar y desahogarse con su amigo, un veterinario que antes era psicólogo.
No deberíamos retomar sin antes tratar de sanar la herida, reprimimos nuestras emociones y, como a Lilly, nos cuesta mucho más realizar nuestras actividades ya que nuestro cuerpo intenta una cosa mientras que nuestra mente piensa en otra.
Sin embargo, hay algunas personas que entienden esto. Lilly cuenta con dos personas que son los únicos que podemos llamar sus amigos: un compañero de trabajo y el veterinario. Ellos no la dejan sola, son quienes aguantan sus cambios de humor, la escuchan y la apoyan con sus inquietudes por más mínimas que sean. Son el tipo de gente que más ayuda en estas situaciones. No necesitamos personas que se compadezcan de nosotros, que sientan pena desde ni que nos echen porras diciendo que todo estará bien si le echamos ganas, en estos momentos no necesitamos discursos positivistas que realmente no transmiten nada, aunque venga de una buena intención; requerimos que nos escuchen, que no minimicen lo que nos angustia y comprendan que nuestro cerebro no funciona como normalmente lo hace.
Hay personas que, cuando se van, dejan un hueco que nos carga la chingada (no encuentro una expresión más adecuada para esa sensación). Con su partida vienen cambios bruscos en nuestra vida, los cuales tenemos que entender para poderlos soportar. A Jack, le tocó buscarle un nuevo sentido a la vida, luchar contra sus ganas de suicidarse y trabajar con su enorme culpa. A Lilly, le tocó restablecer todo en su vida por sí sola y tuvo que descubrirse a ella misma y a sus emociones para dejarlas fluir.
Ambos tienen que aprender a desprenderse del pasado, a convivir minimizarse ni a ellos mismos ni al otro. Deberán comprender que no deben buscar volver a su vida anterior, que tras la muerte de Katie ya nada será lo mismo, más bien deben asimilar lo sucedido para seguir adelante y buscar nuevas formas de relacionarse.
El Estorninio nos muestra lo fundamental que es dejarnos sentir los lutos. Además, no nos habla únicamente de soportar el momento de duelo, nos enseña que realmente no sabemos manejar las emociones en el tiempo después. Con la evolución de la pareja veremos que los procesos de superación no son un proceso lineal, que tenemos altos y bajos y que es normal, que todos en algún momento nos sentiremos así, que está bien no sentirse bien y que sentirse mal a veces es necesario para poder verdaderamente sanar.
El Estornino está disponible en Netflix
Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo
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