Sobrevivientes del 68 marcharon en la Ciudad luego de la primer mañanera de la Presidenta Claudia Sheinbaum en la que reconoció que la matanza de Tlatelolco fue un crimen de Estado
Texto: Camlo Ocampo
Fotos: Andrea Amaya, Víctor Pérez y Camilo Ocampo
CIUDAD DE MÉXICO. . De nueva cuenta, 56 años después de que el Ejército apoyado del grupo paramilitar Olimpia abriera fuego contra estudiantes, miles de personas salieron a las calles como un acto de memoria colectiva para exigir que nunca más se repita un crimen de Estado como el de 1968.
Lo hicieron encabezados por el Comité 68, la mítica organización que desde mas de 5 décadas no ha dejado de exigir justicia. A su lado, marcharon contingentes de estudiantes del Politécnico, UNAM, UACM y normalistas rurales, quienes se hermanaron en la lucha que ha trascendido por generaciones y ha cobijado a demás movimientos.
En las consignas, además de exigir justicia por los estuidiantes masacrados por el Ejército en el 68, también brotaron demandas hacia el nuevo gobierno para el caso de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, desaparecidos hace 10 años por integrantes del crimen organizado, en complicidad con el Ejército mexicano.
Horas antes del comienzo de la protesta, la nueva presidenta Claudia Sheinbaum dedicó su primer mañanera a las víctimas de 1968. Publicó en el Diario Oficial de la Federación un acuerdo en el que reconoce la responsabilidad del Estado en la masacre de Tlatelolco.
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Victor Moreno Ramírez, o “El Bajo”, es un hombre de edad avanzada que participó activamente durante el movimiento estudiantil. Él reflexiona sobre el mensaje de la presidenta:
«Era necesario que lo dijera, y está bien, no podíamos seguir sin que Estado acepte lo que hizo».
Por otro lado, una mujer integrante del Comité 68, sobreviviente del crimen de Estado, menciona:
«No sólo se trata de reconocerlo, ahora también tenemos a los 43 jóvenes que también buscaban un cambio y el gobierno los desapareció. Está muy bien que reconozcan la responsabilidad de gobiernos anteriores, pero también que ella reconozca que el gobierno qué pasó no pudo dar con su paradero y que fue el Ejército quienes los desaparecieron».
Junto a ella, una fila de personas adultas mayores, camina entonando: «Ni perdón ni olvido, castigo a los asesinos».
Esa consigna las ha acompañado por años, y ahora, la entonan mientras algunas sueltan lágrimas que tratan de disimular y limpian con sus playeras blancas en las que se puede leer en letras grandes y rojas “Comité 68”.
Detrás de los sobrevivientes de la masacre marchan contingentes de las normales rurales de distintos estados del país. Siguen sus pasos. Son mujeres y hombres normalistas, algunas caminan con las caras cubiertas por un paliacate con la cara del Che Guevara,y entonan su consigna: «A las normales rurales las quieren desaparecer, nosotros con lucha y sangre las vamos a defender».
El crimen contra los 43 sigue impune.
Detrás de las filas de normalistas, habitantes de Xochimilco aprovechan para continuar denunciando la represión por parte del Estado y la criminalización de Hortensia Telésforo, la mujer que recuperó la biblioteca popular, hoy Casa del Pueblo Tlamachtiloyan. Caminan con carteles con flores hortensias y con el lema #HortensiaenResistencia. Todos van hacia el Zócalo de la República.
Mientras la marcha camina sobre avenida Eje Central, al llegar al desnivel que cruza a Garibaldi, el eco de túnel provoca que las voces de miles de personas retumben con mayor fuerza. Ahí, los manifestantes aprovecharon para realizar pintas con diversas leyendas exigiendo justicia.
Al llegar al Museo Palacio Postal, un grupo perteneciente al Bloque Negro decidió romper los vidrios y prenderle fuego a las ventanas del edificio que se encontraba resguardado por vallas metálicas.
Una cuadra más adelante, pese a que durante todo el recorrido no hubo presencia de policías, debido al arribo de integrantes del Bloque Negro, el cuerpo de granaderos se colocó sobre la calle, lo que ocasionó un pequeño enfrentamiento.
Sobre calle 5 de Mayo, el Bloque Negro realizó pintas en las que reclamaban justicia. Además, abrieron algunas tiendas transnacionales y las saquearon. Lanzaron los productos a los demás manifestantes, quienes coreaban: «Fuimos todos».
Una vez en el Zócalo, sobre el templete, integrantes del Comité 68 hicieron un llamado a implementar medidas de no repetición y exigir justicia por el caso de los 43 normalistas desaparecidos en Iguala, Guerrero.
Mientras se pronunciaban, las explosiones de petardos interrumpían los discursos. A unos metros de distancia, el Bloque Negro y los policías de la Ciudad se enfrentaban, luego de la detonación de una bomba molotov que le prendió fuego a los escudos de la policía.
Al centro del Zócalo, las víctimas del 68 se pronunciaban con respecto al gobierno entrante.
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