Morena y el PAN discuten este miércoles dos iniciativas de Ley de planeación. La disputa está en cómo desarrollar y controlar el instituto de planeación, encargado de trazar la ruta de desarrollo urbano de aquí a 20 años. Una propuesta busca darle más libertad, la otra pretende ceñirlo al cuerpo de gobierno
Texto: Arturo Contreras Camero
Foto: Especial
Después de meses de estire y afloje legislativo, este miércoles se discute por fin la Ley de Planeación de la Ciudad de México. Esta ley será la base para el desarrollo de la ciudad en las siguientes dos décadas. Su creación se desprende de la propia Constitución de la ciudad y debió de haber estado lista desde inicios de año.
De esta ley se desprenderán otros reglamentos y normas que dictarán qué se construye y cómo, bajo qué normas y con qué cuidados. Estos documentos son la Ley General de Desarrollo, los planes de ordenamiento (para alcaldías) y los planes parciales de colonias, barrios y pueblos.
Además, esta ley constituirá el Instituto de Planeación de la ciudad, un instrumento que pretende integrar la visión de ciudadanos, inmobiliarios, académicos y de la autoridad para desarrollar de manera sostenible la ciudad en términos de factibilidad hídrica, medio ambiental y humana.
La jefa de Gobierno Claudia Sheinbaum ha señalado que éste es uno de los legados más importantes que se pueden dejar para la ciudad. Sin embargo, en el debate legislativo hay diferencias sustanciales sobre cómo se debe desarrollar el instituto, quién lo integrará y qué facultades tendrá.
La ley se tiene que desarrollar primero por dos comisiones del Congreso de la ciudad, la de Desarrollo y la de Administración. La primera es liderada por el panista Francisco Döring, mientras que la segunda es liderada por la morenista Paulina Chavira, desde ahí las diferencias.
Por ejemplo, la propuesta de Döring contempla al instituto como una organización casi autónoma. La propuesta de Chavira estipula que el instituto estará sectorizado a la Jefatura de Gobierno.
La propuesta de la morenista proviene de alguna de las oficinas de gobierno central. No hay calridad si es la Consejería Jurídica o de la Secretaría de Desarrollo Urbano y Vivienda.
Organizaciones no gubernamentales, como Ruta Cívica y varios observatorios ciudadanos, advierten que dejar el instituto en manos de la Jefatura de Gobierno podría concentrar el control del desarrollo sólo en quien gobierne.
Por otro lado, mantener el instituto con cierta independencia podría abrir la puerta a que lo controlen poderes fácticos inmobiliarios o partidistas, que se cuelen bajo la bandera ciudadana.
Otra de las diferencias recae en cómo se nombra al director Instituto. Ambas contemplan que lo seleccionará el comité técnico del propio instituto, sin embargo, la propuesta morenista no profundiza en cómo será selecto, mientras que la del panista Döring estipula un método minucioso para su elección.
Asimismo, hay ligeras diferencias en cómo se debe desarrollar el Plan de Desarrollo de la Ciudad. Ambas iniciativas contemplan que la propuesta sea elaborada por el Instituto y sea turnada a la Jefatura de Gobierno que le dará difusión.
La diferencia está en que, mientras la propuesta panista da un periodo de 90 días para que los ciudadanos puedan hacer comentarios o sugerencias al plan, la de Morena no especifica un tiempo definido. La propuesta Döring demanda que se dé una explicación de por qué ciertas propuestas ciudadanas no fueron tomadas en cuenta, mientras que la otra no estipula nada parecido.
La iniciativa morenista propone que las consultas sean gestionadas por la Agencia Digital de Innovación Pública, un organismo recién creado esta administración que desarrolla muchos de los proceso participativos y digitales de la ciudad. La propuesta de los panistas contempla que sea el propio instituto.
Además, la iniciativa de Döring asegura que incorporó varias propuestas ciudadanas para su elaboración. Sin embargo, como ha publicado Pie de Página, muchas de éstas han sido tergiversadas y no tienen mucho apego a las propuestas que las inspiraron.
En pocas palabras, el debate entre las dos propuestas es por quién controla y cómo el Instituto de Planeación, y por tanto, el desarrollo de la ciudad. Se prevé que este miércoles 4 de diciembre una de las dos propuestas sea descartada en las Comisiones y que el jueves 5 se vote el dictamen de ley en el pleno del Congreso.
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