A cuatro meses de movilizaciones para exigir sanciones y que cese la violencia feminicida en la UNAM, siguen pendientes de satisfacer pliegos petitorios de algunas colectivas feministas. Alumnas advierten que no entregarán planteles hasta que haya sanciones para los acusados
Texto: Vania Pigeonutt
Fotos: Sianya GonRu, María Ruiz y Rogelio Morales / Cuartoscuro
A unos días de la aprobación de la Coordinación de Igualdad de Género que dependerá directamente de la rectoría de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y la reforma al estatuto que marca como falta grave la violencia sexual, física o psicológicamente contra mujeres, 12 planteles permanecen sin clases.
A cuatro meses de movilizaciones, protestas, paros y tomas de escuelas para exigir sanciones y que cese la violencia feminicida en la UNAM, los avances para satisfacer los pliegos petitorios de las colectivas feministas organizadas para este fin no han sido generales. En casos como la Facultad de Filosofía y Letras habrá una comisión tripartita de diálogo, mediante la cual se espera el desahogo de exigencias y que haya compromisos.
El viernes pasado, el rector Enrique Graue Wiechers anunció que Tamara Martínez Ruiz será la titular de la nueva Coordinación de Igualdad de Género. Graue hizo este anuncio ante unas 400 mujeres universitarias en la Sala Miguel Covarrubias del Centro Cultural Universitario.
“Las mujeres ya han esperado hasta límites inaceptables, con un costo irreparable para miles de ellas”.
La coordinación considera ejes transversales con coordinaciones y otras áreas dentro de la UNAM. Aún no hay una fecha para que la antropóloga Martínez Ruiz asista a un diálogo formal con las estudiantes que mantienen la exigencia de que se sancione a agresores dentro de la universidad; que estos sean expulsados y que no se permita iniciar un semestre más con ellos, ya sean profesores, estudiantes o administrativos.
Según lo que anunció Graue, la primera acción de esta coordinación será convocar a foros por escuelas y facultades, y en los subsistemas de investigación para que se realice un Congreso de género.
En este tiempo, las jornadas de exigencia, de eventos violentos dentro y fuera de los planteles universitarios, sobre todo las Escuelas Nacionales Preparatorias (EPN) ubicadas en las periferias, las mujeres han logrado varios cambios. Diferentes colectivas han compartido que son insuficientes.
A mediados de febrero, el Consejo Técnico Universitario de la UNAM aprobó la reforma a los artículos 95 y 99 del Estatuto General Universitario, también los artículos 3, 9 y 10 de los reglamentos del Tribunal Universitario y de la Comisión de Honor, como parte de solventar algunas de las demandas universitarias.
El asunto pendiente, que reclamaron las colectivas organizadas fue que no tomaron en cuenta el artículo 98 de la legislación universitaria que habla de las sanciones que deberán aplicar a quienes ejerzan violencia contra las mujeres de los distintos centros universitarios, que es la principal demanda de al menos 14 colectivas.
En medio de las protestas, este lunes estudiantes de la Facultad de Medicina de la UNAM, el Instituto Politécnico Nacional y la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla (BUAP) marcharon a Palacio Nacional con pancartas que exigían justicia por los tres estudiantes de Medicina asesinados en Puebla.
Activistas que acompañan a estudiantes de la ENP 9 “Pedro de Alba”, lamentaron que las autoridades no tomen en cuenta a las alumnas, las tratan mal por su edad.
“Para muchas de nosotras era evidente que la respuesta de las autoridades sobre todo tenía que ver con infantilizar –aunque en realidad eso me parece un tanto ofensivo–, como en esta actitud de demeritar que tienen un movimiento por su edad”, explicó una activista egresada de ese plantel ubicado al norte de la Ciudad de México.
Considera que esta posición muy adultista de las autoridades, no solamente como adultos, sino como adultos que tienen una posición de poder al interior de alguna instancia como la universidad les hablan con condescendencia a las estudiantes que tienen de entre 15 y 19 años de edad.
No las tratan con respeto y sienten que no tienen claridad de lo que demandan. En este plantel hay decenas de denuncias contra profesores, que, incluso, dice, están en el Jurídico sin ningún tipo de avance. Tampoco hay claridad de cómo las nuevas adecuaciones del Estatuto general, les beneficiarían a las demandantes, para sancionar a sus agresores.
“Es increíble que Graue haya dejado crecer todo. Ha habido más de 15 planteles que se han ido a paro. Hay planteles que siguen tomados desde hace tres meses y que las autoridades sigan sin querer reconocer la violencia de género, sin tomar en cuenta las experiencias y desde dónde lo dicen las compañeras que están en paro, y muchas que no están en paro que están de acuerdo a las denuncias que las compañeras están haciendo”.
Lamentó que no hay puntualidad de qué manera se sancionará a los agresores que siguen en cargos, en varios casos, pareciera que en forma vitalicia, aunado a la escalada de violencia que hay contra las compañeras que aún se niegan a tener un diálogo si no hay respuestas de cómo serán sancionados sus agresores.
“El conflicto de intereses está muy metido allí en la universidad. Pareciera que ciertos profesores y académicos son intocables porque tienen tantos años trabajando allí y sus vínculos políticos son tan fuertes al interior de la universidad y al exterior, que pareciera que son inamovibles”, denunció. Adelantó que la entrega no se dará hasta que haya sanciones.
Muchos casos son graves, no sólo de acoso, sino de violencia sexual y amenazas. Las alumnas han denunciado revictimización por parte de funcionarios de la UNAM.
Hasta el lunes, luego de que la ENP 5 “José Vasconcelos” retomó clases este lunes, tras la violencia suscitada el jueves pasado, de la que se deslindaron las mujeres organizadas que señalaron, fueron hombres quienes de manera violenta aseguraron que tomarían las instalaciones, 12 planteles de la UNAM se mantenían tomados.
Las facultades de Filosofía y Letras, de Ciencias Políticas y Sociales, de Sicología, de Artes y Diseño, de Economía y de Medicina Veterinaria y Zootecnia. Los Colegios de Ciencias y Humanidades (CCH) Azcapotzalco, Sur y Oriente, así como las ENP 3, 6, y 9.
Para entender la violencia ocurrida en las últimas dos semanas, Pie de Página recogió varios testimonios que hablan sobre los porros dentro de la UNAM. En el CCH Azcapotzalco, en uno de los baños centrales de mujeres, a una estudiante dos sujetos desconocidos le dislocaron el hombro y le colocaron con una navaja la palabra “puta”, además de varios intentos de estallar bombas contra colectivas y otras amenazas.
De manera colectiva, estudiantes que estudian en la FFyL y egresaron del CCH Azcapotzalco, dieron su testimonio.
–Yo soy estudiante de la UNAM desde el CCH y desde siempre participé de la organización estudiantil. A lo largo de estos años, si algo puedo asegurar es que los porros y los estudiantes organizados son cosas totalmente distintas. Aunque el discurso de las autoridades y de una gran cantidad de medios quieran hacer creer lo contrario.
Otro dice que el porrismo nació para frenar el avance de la organización política dentro de las escuelas.
“Esto yo lo he vivido en carne propia de diversas maneras. En CCH Azcapotzalco, por ejemplo, en 2011, después de una toma de la avenida ‘Aquiles Serdán’ por parte de estudiantes que exigían la liberación de compañeros que habían caído presos un dos de octubre, llegó un grupo de al rededor de 200 porros de la 3 de marzo (organización porril del CCH–Vallejo) a golpear a quienes se protestaban. Se provocó un enfrentamiento que terminó con la explanada del plantel en llamas y demasiados estudantes lesionados”, recuerda.
Una estudiante dice que: “en cada paro, o bien en cada acción política por parte de los estudiantes organizados, se sufría acoso por parte de estos grupos. En 2013, con la propuesta del cambio del plan de estudio y las jornadas de lucha que se dieron consiguientemente para frenarlo, compañeros fueron perseguidos al metro, golpeados y , amenazos”.
Dicen que: “uno de los nombres que recuerdo con mucha claridad, desde esos tiempos, siendo director de CCH–Naucalpan, Benjamín Barajas. Este sujeto fue el responsable de acosar a los alumnos mediante sus grupos de choque durante el periodo de la toma de Dirección General de CCH. Curioso, pues en 2017, cuando se gestó este último gran conflicto entre porros y estudiantes, uno de los primeros nombres en figurar como responsable de dicha actividad, fue el de Benjamín Barajas”.
Coinciden en que es fácil darse cuenta de la posición actual de rectoría.
Para ellos, “Graue fue utilizado, asimismo por Narro– qué coincidencia la de que ambos son médicos– para desestabiizar a la máxima casa de estudios. Les permiten posicionarse como el lado bueno de la moneda, tras un discurso progresista que encubre la situación real de la universidad. Desetabilizadores, suelen llamar a quienes se organizan. Y así mediante la defensa de la institución o lo que ellos entiende por institución, que parecen ser los muros y los premios de mejor universidad de Latinoamérica, conforman un grupo diferente y amenazante al que le quedan todo tipo de motes como radical, violento, ignorante, huevón, caprichoso”.
Los estudiantes y las estudiantes exigen un cambio real en la UNAM. Y que se deje de decir que son los movimientos legítimos, como el que lleva más de cuatro meses encabezado por mujeres, los que desestabilizan a la universidad. Es cierto, dicen, que la organización estudiantil no ha tenido mucho movimiento en las últimas dos décadas por la consigna de la democratización de la UNAM, pero aun hay mucha corrupción, sobre todo en la Junta de Gobierno.
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