El Apocalipstick de Carlos Monsiváis

22 junio, 2024

El goce y deseo homoerótico están presentes en la escritura de Carlos Monsiváis,quien gusta de describir los respiraderos de la sensualidad con lujo de detalle, exudando olor a sexo

Por Évolet Aceves / X: @EvoletAceves

“Nada seculariza tanto como aceptar las consecuencias del deseo, y hacer uso deleitoso del sentimiento de culpa”

Carlos Monsiváis

Sería injusto catalogar a Carlos Monsiváis exclusivamente dentro de un género literario. Si bien, era escritor de crónica y ensayo fundamentalmente, se expandía a otras aristas, como el ensayo personal, la crítica, el columnismo. Simplemente no pensaba en un género al momento de escribir, de ahí que su escritura fuera tan prolífica y variopinta. Ejemplo de ello se nota en su último libro publicado en vida, Apocalipstick (Debate, 2009).

Carlos Monsiváis fluye entre los géneros literarios y periodísticos. Y es que leer Apocalipstick es como adentrarse en los intereses de Carlos Monsiváis, no sólo por haber sido ése el último libro que vio publicado, sino porque los variados temas se compactan en esta obra van desde análisis político a los malls, del zapatismo al uso del celular, de las rumberas al psicoanálisis, de los antros al ambulantaje, al desempleo. Es enorme la variedad de temas que se tocan en Apocalipstick, aunque me da la impresión de que es un libro que ha sido poco leído, no se habla mucho de él pese a que su nombre es bastante conocido, tanto así que hasta una casa voguera en la Ciudad de México lleva su nombre: House of Apocalipstick —lo cual seguramente le daría mucho gusto.

Multifacético como él solo, Monsiváis es algo así como el Andy Warhol mexicano, la Carmen Salinas de las letras, es el espectáculo para las masas, un espectáculo que se lee, lo mismo a través de sus crónicas que de sus ensayos, ambas recreaciones del pasado y del acontecer del entonces presente.

Pero su labor como activista y defensor de la comunidad LGBTQ+ también es innegable, su participación en las agrupaciones de los 70s en pro de los derechos de la comunidad LGBTQ+, aunque un tanto discreta, fue constante a lo largo de su vida.

Exhaustivo investigador, hurgaba entre documentos antiquísimos para explicarse y explicarnos la vida de los mexicanos de antes y de la vida contemporánea. Y con documentos me refiero a literatura, música, revistas, periódicos, fotografías, películas y básicamente todo aquel instrumento que le proporcionara información para darle vida y forma a la ciudad y a sus relatos de no ficción. Eso es lo que aparece en Apocalipstick, un conjunto de ensayos y crónicas que eran la voz de la ciudad y la historia de México —del siglo XX y XXI—, en donde analizaba tanto evocaciones de las bellas artes como escenas propias de la cotidianidad.

Hay que decirlo: la escritura de Monsiváis era mordaz y frívola, jactanciosa y documentada, analítica y morbosa. Y es que la escritura no está peleada con esas cualidades que Monsiváis exprimía; esas cualidades aparentemente superficiales eran los condimentos perfectos para sazonar las historias que él contaba: textos en torno a la vida noctámbula, o de rumberas o de centros nocturnos del Centro Histórico, pero también de la Zona Rosa y la animosidad de los de la mano volteada, de quienes también analiza sus marchas, al igual que las de ambientalistas y feministas. Él mismo era feminista, feminista y también gay, aunque nunca aceptó del todo ni uno ni el otro, al menos no públicamente, pero sus acciones y palabras impresas en libros y periódicos lo decían —lo dicen— por él.

Su crónica resulta un bosquejo de las calles y la forma de vida en la Ciudad de México durante el siglo XX, habla de la zona prostibularia, las casas de citas, las fiestas populares, cabarets y cabaretuchos, bares de lujo, carpas, teatros, pulquerías.

El goce y deseo homoerótico están presentes en la escritura de Monsiváis —y Apocalipstick no es la excepción—,quien gusta de describir los respiraderos de la sensualidad con lujo de detalle, exudando olor a sexo. En Apocalipstick también se nota su gusto por la fotografía, el cine y el espectáculo. Monsiváis es la creación de su propio reality show, en donde los elementos populares, artísticos, históricos, eróticos, confluyen para desembocar en su pensamiento heterodoxo, siempre acompañado de humor negro, de sarcasmo mexicano y de la más fina agudeza picaresca manifiesta en su escritura. 

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Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.