El agitado otoño latinoamericano

13 noviembre, 2020

América Latina se está sacudiendo: en Bolivia, el partido de Evo Morales, volvió al poder; en Chile, fue derogada la constitución de Augusto Pinochet,  Perú ha cambiado dos veces de presidente en una semana. Ahora se suma la quema del Congreso de Guatemala por la aprobación de un presupuesto sin debate ciudadano

Texto: José Ignacio De Alba

Fotos:  Migrar Photo y Carlos Sánchez Navas / Archivo

Actualización 22 de noviembre

Cientos de manifestantes quemaron, este sábado 21, una parte de las instalaciones del Congreso de Guatemala. La protesta en contra del poder legislativo fue por la aprobación del presupuesto 2021 que recortó los fondos para salud, en medio de la pandemia, además otras áreas sociales. Al mismo tiempo que aumentó los estipendios para gastos de los legisladores.

En medio de una crisis social, agravada por la corrupción, los manifestaron convocaron a la manifestación que terminó con el fuego en la fachada del Congreso. Hubo heridos por los gases lacrimógenos, golpeados y personas detenidas. Ahora el presidente Aejandro Giammattei busca tipificar como terrorismo las manifestaciones, reporta Plaza Pública.

En medio de una pandemia y de una crisis económica que afecta a todos los países del mundo, la región latinoamericana protagoniza momentos históricos. Guatemala es el último capitulo de una serie de acontecimientos ocurridos en la región en las últimas semanas. La lección que nos queda de las últimas semanas, dice en entrevista la periodista Cecilia González. es que “los triunfos y las derrotas no son eternas”.

Radicada en Argentina desde 2002, González ha cubierto la región latinoamericana durante las últimas dos décadas, primero como corresponsal de la agencia mexicana Notimex, y ahora para Russia Today (RT) . y es reconocida como una de las analistas más agudas de la geopolítica de la región. En entrevista telefónica, reflexiona sobre lo que significan algunos de estos hechos.  

Bolivia: MAS gana elecciones

El presidente de Bolivia, Evo Morales, salió exiliado de su país, en noviembre pasado, después de gobernar durante 14 años. La oposición boliviana, ligada a la derecha se valió de un supuesto fraude electoral  para obligar la salida de  Morales. La Policía y el Ejército del país andino presionaron la renuncia del político, en un velado golpe de estado. 

Morales se refugió en México y Argentina. Sus simpatizantes y colaboradores fueron acosados durante meses. Mientras que organismos internacionales como la Organización de Estados Americanos (OEA) respaldaron a la oposición en Bolivia. El gobierno de transición fue tomado por Jeanine Yañez, mientras se organizaban nuevas elecciones. 

El 19  noviembre de este año el partido Movimiento al Socialismo (MAS) volvió al poder, después de unas históricas elecciones. Luis Arce, exministro de Economía, encabezó la movilización ciudadana que dio una contundente victoria al MAS, que ganó sin necesidad de irse a una segunda vuelta. 

Arce recibió el 52.4 por ciento de los votos, mientras que el expresidente Carlos Mesa y Comunidad Ciudadana recibieron el 31.5 por ciento; la alianza de ultraderecha Creemos que se llevó sólo el 14.1 por ciento. 

Cecilia González explica que la “las elecciones en Bolivia derribaron esta construcción falsa y mediática de que la sociedad boliviana estaba harta del MAS y de Evo Morales”. 

La periodista dice que la victoria es importante para el continente. “Se revalidó también la democracia como el mejor sistema que tenemos a mano, en un momento en el que organismos de la región, como la OEA, habían validado un golpe de estado”.

“Para mí lo importante es que los votos vencieron al relato negativo que se construyó. Y que el país recuperó la democracia y que Evo acabó con un exilio que puso en riesgo su vida”, considera González

Después de que se anunció la victoria, Arce declaró: “vamos a construir un gobierno de unidad nacional. Sin odio y aprendiendo nuestros errores como Movimiento al Socialismo”.

Chile: dicen adiós a constitución de Pinochet 

Después del 2006, Chile vivió una serie de manifestaciones estudiantiles, feministas y sus habitantes protestaron en contra del alza de precios en el transporte. Las movilizaciones sociales agrietaron al sistema político. 

En noviembre del año pasado varios partidos chilenos anunciaron que se convocaría a un plebiscito para que la ciudadanía votara si quería una nueva constitución. A causa de la pandemia de la covid-19 el proceso se demoró hasta el 26 de octubre de este año. 

El referéndum  logró una asombrosa mayoría a favor del cambio, el 78 por ciento votó por un proceso constituyente. Al final del día, las calles de varias ciudades chilenas se llenaron de miles de personas festejando. 

El presidente de Chile, Sebastián Piñera, declaró después de las elecciones: “triunfó la ciudadanía y la democracia”. 

-¿Qué representa la constitución que fue derogada?

-Esa constitución se hizo bajo la dictadura de Augusto Pinochet, era impresionante que una constitución basada en un contexto dictatorial siguiera funcionando durante un proceso democrático. Si bien había sido reformada, en origen era una constitución aprobada durante la dictadura. 

Chile, dice, era para la derecha internacional el ejemplo del “éxito del neoliberalismo”. Pero eso era una ilusión. “

No era cierto, la gente se cansó. Chile era uno de los países más desiguales del continente. Hubo un agotamiento del supuesto éxito que se había construido, así que para eso sirvieron las protestas, para derrumbar ese espejismo que se había construido alrededor de Chile”. 

En los meses siguientes los chilenos deberán redactar una nueva constitución, un proceso que se puede prolongar por mucho tiempo. La periodista observa que “aún no se puede cantar victoria, los chilenos lucharán por una constitución que avale derechos sociales, con equidad de género, que tenga participación y representación indígena. La discusión va a ser larga, recién el año próximo se hará una constituyente. 

Foto: Migrarphoto

Perú: sin Congreso ni presidente

En septiembre del año pasado, el presidente peruano Martín Vizcarra anunció la disolución del parlamento de su país, controlado por la oposición fujimorista Fuerza Popular. 

El mandatario justificó la decisión que «busca dar un fin a esta etapa de entrampamiento político que ha impedido que Perú crezca al ritmo de sus posibilidades».

Después de llamar a elecciones, el nuevo Congreso lo destituyó este 9 de noviembre, supuestamente por recibir sobornos. El legislativo le llamó “incapacidad moral permanente”.

Vizcarra curiosamente llegó al poder con una enorme popularidad. 

“Es un proceso que es muy preocupante, parece más una venganza política que una acusación real de corrupción. Vizcarra empezó a gobernar con un discurso anticorrupción muy fuerte, de hecho eso fue lo que le valió ser uno de los presidentes más populares de América Latina”, explica González. 

Lo popular de Vizcarra se desplomó con la pandemia, hasta el momento Perú es el país más afectado por el nuevo coronavirus en la región. A pesar de tener poco más de 33 millones de habitantes, el país acumula más de 925 mil casos.

González precisa que“el proceso de destitución ha sido totalmente irregular, no hay elementos contundentes para haberlo destituido. Se tiene que defender la normalidad democrática nos guste o no nos gusten los líderes que lleguen al poder”. 

Vizcarra dijo en su cuenta de Twitter: “Me voy con la conciencia tranquila, la frente en alto y el deber cumplido. Hasta otra oportunidad”.

El presidente Manuel Merino, quedó como interino después de la salida de Vizcarra. Pero después de 5 días Merino renunció después de que la mitad de sus ministros abandonaran sus cargos, además de las intensas manifestaciones, que dejaron dos muertos y un centenar de personas lesionadas.

El congreso deberá discutir en sesión sobre los posibles sustitutos para la presidencia de la república.

Estados Unidos: el voto sigue siendo un privilegio

Para González, las elecciones en el país más poderoso del continente “demuestran la importancia de no creer en relatos únicos. Antes se hablaba de Estados Unidos como la democracia más antigua del mundo, que lo es, pero también se nos ha vendido como una democracia modelo, que no lo es”.

En Estados Unidos, dice la periodistas, “el voto se sigue entendiendo más como un privilegio que como un derecho”.  Luego cuestiona: “¿Cómo es posible que pueda ganar un presidente sin mayoría de votos?, ¿cómo es posible que  el voto se proscriba y se limite lo más posible?”.  

“Cada vez es más claro que los relatos respaldados por algunos medios y organismos internacionales se desquebrajan con la realidad. La realidad acaba con los relatos de ficción”.

Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).