15 julio, 2022
Extender la lucha para eliminar las violencias contra las mujeres en los ámbitos legal y judicial llevó a la creación de un diplomado entre México y Francia, el cual tiene como horizonte la eficacia en la aplicación de las leyes y la defensa de las víctimas .
Texto: Daliri Oropeza Alvarez
Fotos: Cortesía embajada de Francia
CIUDAD DE MÉXICO.- Michelle Dayan, abogada especializada en derecho familiar, tuvo un intercambio en México que la dejó marcada, por el tratamiento que hay en casos de violencia y feminicidio. Ese impulso la llevó a crear una organización, ante la necesidad de fortalecer la cooperación legal y judicial internacional de la lucha para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres en ambos países.
Al regresar a su país, de inmediato creó la organización Lawyers for Women (L4W) y estrechó las relaciones y el intercambio de experiencias entre ambos países a través del diplomado franco-mexicano en “perspectiva de género aplicada y el litigio en la defensa de los derechos de las mujeres víctimas de violencias” creado con la UNAM, la UACH, la Unison y la Embajada de Francia, con el cual buscan la mejora de los sistemas de justicia existentes y su implementación.
En su más reciente visita a México, Michelle Dayan que es presidenta de la organización L4W, vino acompañada de Khadija Azougach, abogada doctora en derecho y antropóloga defensora de mujeres víctimas de violencia, también secretaria General de L4W. Juntas conceden una entrevista a Pie de Págiba para hablar de las pedagogías que utilizan y las problemáticas de violencia que atraviesan ambos países.
—¿Por qué decidieron hacerlo aquí en México? ¿Qué objetivos tiene el diplomado?
Michelle Dayan: —No hubiera podido realizarse en otro país, más que en México. Ya que, la primera vez que vine en marzo del 2019 invitada por la Embajada para formar parte de un ciclo de conferencias sobre feminicidios, la asociación L4W todavía no existía, fui invitada como abogada especialista en derecho familiar, derecho de las mujeres, derecho penal.
En esa ocasión conocí a la doctora Patricia Rodríguez González, quien ahora se hace cargo del diplomado, Fue después de las conferencias, y que regresé de la Ciudad de México a París, que creamos L4W. Ya que desde hace tiempo quería hacer un puente con la cooperación, ya que las violencias de género son un fenómeno universal. No conocen fronteras y la lucha y el compromiso tampoco tienen fronteras.
Primero no sabía en qué país lograr una cooperación internacional, la vida me llevó a México. La casualidad, el azar no existen Era una cita. Primero mi corazón se emocionó mucho con México, mediante el compromiso de mujeres y hombres en contra de las violencias de género. Un compromiso mucho más peligroso que hacerlo en Francia. y A parte de mi corazón, mi cabeza también, pues enfrenta un desafío para la persona que aborda el derecho de una manera sexoespecífica, adoptar la perspectiva de género ante las violencias.
Es algo que traje conmigo de regreso a París. En cuanto llegué creé la Asociación L4W. Hemos vuelto siempre con el apoyo de la Embajada de Francia. En diciembre del 2019 fuimos a Chihuahua, a la Universidad Autónoma junto con Patricia Rodríguez.
Ahí se generó entré nosotras la idea de crear ese diplomado universitario en la Universidad, hablo de la Universidad, L4W y la embajada de Francia. Graduarse de un diplomado sobre las violencias de género en el derecho sólo hubiera sucedido en otro país más que en México
¿Y por qué buscar la cooperación internacional?
Hay un desafío para nuestra cabeza de ver cómo el tema se aborda en otro país, es otra manera de pensar. Aquí en México es un tema que se piensa mucho.
La cooperación internacional permite intercambiar tanto las buenas como las malas prácticas. Intercambiar lo que sí funciona, lo que no. Hemos aprendido mucho más de México que lo que he logrado devolver. Pero justo mediante este diplomado de derecho comparado para la cooperación se trata de un diplomado de profesionalización de jueces, abogados, algunos estudiantes, que siguen el diplomado. Permite abrir el horizonte, buscamos que el diplomado sea práctico, pensamos que queremos actuar, ver lo que funcionó, y buscamos que la ley, nuestro lenguaje universal esté comprometida con los derechos humanos, la ley es el puente ente Francia y México.
—¿En qué se parecen y en qué difieren México y Francia en las leyes con perspectiva de género, contra la violencia hacia la mujer y su aplicación… o no-aplicación?
Khadija Azougach: —Cuando regresamos a Francia en diciembre de 2019, después de conocer diferentes asociaciones, colegas, y colegios de abogados, ir con las universidades, nos dimos cuenta alarmantemente que tanto allá como en México contamos con excelentes textos de leyes, hemos ratificado convenios internacionales.
En cuanto a su aplicación para favorecer a las mujeres, desafortunadamente, eficacia sigue siendo el problema. Con tasas elevadas de feminicidios, en ese entonces hablaban nueve por día 9 por día en ese entonces cada día y hoy en día hablamos de que alcanzaron los 13 feminicidios por día.
En Francia la situación es la misma, no es una tasa tan elevada, sin embargo, desde hace 10 años contamos los asesinatos de mujeres con el fin de sensibilizar a los poderes públicos acerca de la problemática de la eficacia y la necesidad de cambiar las mentalidades.
Por eso la perspectiva de género es clave, abordar las violencias es algo clave para el derecho. para identificar la relación de dominación en la cuestión del género. Porque actúa arriba, arriba.
Desde ahí, nos preguntamos cómo nosotras como abogadas, especialistas en mujeres y derecho, podemos actuar mejor contra las violencias a las mujeres. Además como abogadas, no contamos con programas escolares a nivel universitario acerca de ese tema. Entonces eso se relaciona con la efectividad para aplicar las leyes y el acceso a la justicia.
Si los abogados no nos sensibilizamos ante estos temas, si no tenemos las herramientas que les permitan hacer avanzar el derecho, no alcanzamos esa efectividad.
Hablando específicamente de México, en los y las abogadas que atienden las violencias domesticas, la mayoría por asignación de Ministerio Público, pagados por el Estado, no existe e esa sensibilización.
Michelle Dayan:
—Para completar:
En Francia también tenemos un problema de eficacia. Existe una tendencia que cuando no se aplica una ley, pues mejor votar una ley más. En los casos de violencia de género casi es un mecanismo perfecto.
Yo creo que el mecanismo de leyes que México contra la violencia a la mujer es muy avanzado, el problema es que en Francia es un poco mejor que en México la aplicación de la ley,
Antes de llegar a los feminicidios hay un problema de violencia, de denuncias de violencia de género que no se atienden de manera eficaz. La violación conyugal tampoco se atiende de manera eficaz. Un feminicidio en Francia, cuando un hombre asesina a su esposa, sabemos que va a tener que rendir cuentas. En México parece que no hemos alcanzado ese punto, todavía hay mucha impunidad.
—¿Cuáles son las principales fallas que encuentran en la formación de abogados con respecto a esta perspectiva de género?
—En países de formación latina, como Francia y México, la formación de los abogados es monodisciplinaria. El derecho, tendemos a no interesarnos en las nuevas disciplinas. No coopera con otras disciplinas. Se consideraba como una disciplina encima de las demás. A pesar de que el propio derecho es resultado de una cultura, de una sociedad, marcada por religiones y un sistema patriarcal. Por eso es clave colaborar con las demás disciplinas para adaptarnos a las realidades de lo humano.
Ese es nuestro problema, lo constatamos también en México. Con nuestra asociación, mediante este diplomado, hay un acercamiento más global más pluridisciplinario. Tenemos enfoques diferentes, por ejemplo trabaja con nosotras una comandante de la policía que también da clases en el diplomado. También contamos con una abogada mediadora en todos los temas de Justicia Restaurativa. También tenemos un acercamiento antropológico mediante mi propia aportación y contamos con una médica, una lingüista llamada Margarita quien también coordina el diplomado con Patricia.
Con esa pluridisciplinariedad esperamos conseguir que el derecho sea más más efectivo, más eficaz me gustaría eso.
Michelle Dayan: —A cerca de la formación a nivel universitario, la formación profesional de los y las abogadas ha evolucionado mucho en Francia. Pero no lo suficiente. Justo ese acercamiento sociológico, psicológico y antropológico, no es suficientemente importante. No formamos a los abogados a cerca de los psicocotraumátismos de las víctimas, el fenómeno del control del hombre a su pareja. A los Magistrados tampoco los formamos.
En materia de formación sobre derechos de las mujeres o sobre las violencias o los derechos humanos es casi inimaginable practicar el derecho sin saber cómo se conforma el cerebro de una mujer víctima, o de un perpetrador. Parece loco. Es como si un cirujano hace una operación de corazón sin saber dónde están los demás órganos.
—¿Qué papel juega la formación de abogados en un sistema judicial patriarcal?
Michelle Dayan: —El o la abogada es un eslabón de la cadena. En Francia, es el primero, junto con los policías, en recibir la denuncia de la víctima. El sesgo patriarcal inconsciente, eso incluye las abogadas, si no conocen la perspectiva de género, a pesar de que tiene que ser la voz de la víctima, lo replican. Y así pasa con los jueces, con los policías.
Creo que las nuevas generaciones de abogados, jóvenes, no consideran la palabra patriarcado como una grosería, su feminismo es combativo, y después del movimiento #metoo muchas cosas cambiaron.
Necesitamos formar y concientizar, abogados, policías, magistrados. Con magistrados es más complicado, son escuelas distintas. Hoy en día existe la concientización contra las violencias de género.
La palabra género en Francia es una grosería, no nos gusta. No nombramos bien las cosas en Francia. Al no nombrar de manera específica, tampoco podemos luchar de manera específica.
El abogado también tiene un papel cívico, de vigilancia, y puede lanzar alertas a la sociedad.
—¿Qué herramientas son importantes dar a los, las, abogadas, policías, magistradas pedagógicamente para revertir esta situación?
Khadija Azougach: — Nuestra profesión no está aislada de la sociedad patriarcal, desafortunadamente hasta hoy, algunas materias se atribuyen más fácilmente a hombres que a mujeres. Como por ejemplo el derecho familiar. Mientras que otras categorías de derecho, como penal, comunitario, fiscal, se considera que las mujeres son más frágiles y los hombres son más fuertes. Lo que Simone de Beauvior decía, esa tendencia de limitar la situación de género de relación de fuerza o de poder.
Nuestro diplomado enuncia esos estereotipos de género para luchar contra ellos. El consejo de formación volvió obligatorio a la facultad de abogados formaciones sobre el apoyo y el acompañamiento a las mujeres víctimas de violencia. Tiene que pasar de manera obligatoria un examen final de acompañamiento y tiene que estar habilitado con las víctimas, no solo se dicho es un examen de derecho. Incluye acercamiento sociológico, psicológico el acompañamiento que la víctima necesita para entender en la situación legal en la que está, tener más empatía, entender las razones si no quiere demandar o si va a retirar la demanda si hay control de otros factores.
Michelle Dayan: —Hay una herramienta pedagógica muy interesante, que es un casco de realidad virtual, que permite que el perpetrador sienta la situación de la víctima de violencia u hostigamiento. Ahí en vez de dirigirnos a su cabeza nos dirigimos a sus emociones. Las mejores herramientas son multi pedagógicas, las que apelan a la emoción.
Botas llenas de Tierra. Tejedora de relatos. Narro sublevaciones, grietas, sanaciones, Pueblos. #CaminamosPreguntando De oficio, periodista. Maestra en Comunicación y cambio social. #Edición #Crónica #Foto #Investigación
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