Educación secundaria, cuna de violencias (parte II)

25 marzo, 2023

En abril, Norma Lizbeth iba a cumplir quince años de edad. Afirma su madre que el deseo de su hija era tener una gran fiesta y un vestido amplio para poder bailar.

Por: Évolet Aceves Twitter: @EvoletAceves

Los adolescentes a menudo no alcanzan a dimensionar la gravedad, el impacto de sus acciones, sin embargo, el adolescente actúa conscientemente, sabe lo que hace. El daño que se ejerce dentro de las escuelas debe atenderse. En la entrega pasada hablé sobre Pao, une estudiante de nivel secundaria en el estado de Oaxaca, a quien se le negó la entrada en múltiples ocasiones por no usar falda y, en cambio, llevar pantalón a la escuela.

El fin de semana pasado se dio a conocer también el caso de los estudiantes de una secundaria en Durango, quienes protestaron afuera de su escuela —hasta la cancelación de clases de aquel día— debido al despido injustificado y discriminatorio que sufrió su docente de Español por parte del director de dicha institución, quien confabuló falsos testimonios en contra de éste para finalmente despedirlo.

Por otro lado, hace unas semanas se dio a conocer otro hecho lamentable. “No he tomado agua, no he dormido, por mi hija, por el dolor que yo siento. Mi alma se está destrozando. Lo único que yo quiero, es justicia”, comenta la madre de Norma Lizbeth tras la muerte de su hija, adolescente de 14 años y estudiante de la Secundaria Anexa a la Normal 0518, ubicada en Teotihuacán, Estado de México. Este trágico evento se suscitó a consecuencia de las agresiones que sufrió por parte de una de sus compañeras de escuela el pasado 21 de febrero, quien presuntamente ejercía abuso físico y psicológico contra ella.

En el video que circuló en redes, se muestran las dos adolescentes en un espacio terroso, Norma trata de defenderse sin lograr zafarse de las agresiones físicas de su rival. Esta otra adolescente da múltiples golpes a puño cerrado, y para afianzar el daño, la agresora utiliza también una piedra para golpear la nuca de Norma múltiples veces, la jala del cabello manteniéndola de rodillas en la tierra mientras continúa golpeándola. Más de una docena de golpes se muestran en el video.

Al igual que la agresora, otro puñado de estudiantes violentaba a Norma Lizbeth; una amiga suya dice que las razones de las agresiones radicaban en su tono de piel y en su clase socioeconómica, desde hacía años atrás. Le jalaban el cabello y la ofendían diciendo que “olía feo”. En el video, los estudiantes aplaudidores de la agresora ríen y celebran cada golpe, cada maniobra, cada pedrada contra Norma Lizbeth. ¡Pégale fuerte!, ¡Dale uno en la cara!, dice el efervescente público rodeando la escena. Le está saliendo sangre, dice, con sarcasmo, la agresora a su audiencia.

“Ella solamente se quejó tres veces, se me volteó de lado, la intenté voltear, la pegué a mí y vi cómo ella cerró sus ojos, pero pensé que se me desmayó…”, dice Alma Delia, hermana de Norma, días después del fallecimiento de su hermana en una entrevista con Milenio.

Norma Lizbeth, tras haber presentado fractura de nariz, episodios de náuseas y desmayos, el 14 de marzo ya no despertó, murió a consecuencia de un traumatismo craneoencefálico.

El hacer del conocimiento del abuso de sus compañeros hacia Norma Lizbeth, no fue suficiente para el accionar de las autoridades educativas, para que éstas tomaran acciones preventivas.

Azahara “N” es la menor de 14 años, a quien se le vinculó a proceso la semana pasada por su presunta participación en la muerte de Norma Lizbeth. Fue detenida y trasladada a la Quinta del Bosque en Zinacantepec, Estado de México, por su posible responsabilidad en el delito de homicidio calificado. En el penal para menores, su situación jurídica será determinada por un juez de control, pudiendo alcanzar una pena máxima de hasta tres años por ser menor de edad.

No se trata de un enfrentamiento propiamente, dado que, como califica el abogado Francisco Castañeda, no había una igualdad de contendientes, por lo que se considera una agresión de una menor a otra menor, por esta razón se le juzgará por homicidio calificado. Cabe mencionar que el arresto se suscitó a raíz de que Azahara “N” fuera detenida en la frontera de México con Estados Unidos.

Azahara “N” deberá pagar una reparación de daños de hasta 500 mil pesos, y podrá evitar el internamiento si es que llega a algún acuerdo con la familia de Norma Lizbeth. A los demás estudiantes que grababan el video también se les imputará autoría por instigadores del hecho.

En abril, Norma Lizbeth iba a cumplir quince años de edad. Afirma su madre que el deseo de su hija era tener una gran fiesta y un vestido amplio para poder bailar.

Hoy hablo por Norma y por todas aquellas víctimas del abuso de sus compañeros. Invito a la población a hacer una reflexión y a frenar, a toda costa, el abuso que toma lugar alrededor y al interior de las aulas. No se necesita ser un directivo o un profesor, a quienes naturalmente les corresponde parar los abusos; los mismos estudiantes tienen un papel fundamental para visibilizar estas violencias que arrebatan vidas.

Twitter: @EvoletAceves

Instagram: @evolet.aceves

Évolet Aceves escribe poesía, cuento, novela, ensayo, crónica y entrevistas a personajes del mundo cultural. Además de escritora, es psicóloga, periodista cultural y fotógrafa. Estudió en México y Polonia. Autora de Tapizado corazón de orquídeas negras (Tusquets, 2023), forma parte de la antología Monstrua (UNAM, 2022). Desde 2022 escribe su columna Jardín de Espejos en Pie de Página. Ha colaborado en revistas, semanarios y suplementos culturales, como: Pie de Página, Nexos, Replicante, La Lengua de Sor Juana, Praxis, El Cultural (La Razón), Este País, entre otros. Fue galardonada en el Certamen de ensayo Jesús Reyes Heroles (Universidad Veracruzana y Revista Praxis, 2021). Ha realizado dos exposiciones fotográficas individuales. Trabajó en Capgemini, Amazon y Microsoft. Actualmente estudia un posgrado en la Universidad de Nuevo México (Albuquerque, Estados Unidos), donde radica. Esteta y transfeminista.