6 abril, 2024
Ningún gobierno latinoamericano ha respaldado la acción ordenada por el derechista Daniel Noboa; también la OEA y el gobierno de Estados Unidos rechazaron el asalto a la sede diplomática mientras que en México, ciudadanos cerraron filas con el gobierno de López Obrador. Esta semana se reúne la Celac
Texto y fotos: Daniela Pastrana
CIUDAD DE MÉXICO.- El gobierno de Daniel Noboa está aislado diplomáticamente del resto de las naciones latinoamericanas. El viernes pasado, la policía de Ecuador asaltó la Embajada de México en Quito y secuestró al exvicepresidente Jorge Glas, a quien el gobierno mexicano le había otorgado asilo político. Un hecho sin precedentes que ha recibido una condena unánime entre los países de toda la región.
Incluso, la Organización de Estados Americanos (OEA), que ha tenido una relación ríspida con el presidente Andrés Manuel López Obrador, y el gobierno de Estados Unidos, rechazaron el asalto a la sede diplomática, una acción violatoria de la Convención de Viena.
En las últimas 48 horas, el gobierno del derechista Noboa ha recibido en cascada las condenas de los gobiernos de Brasil, Colombia, Chile, Venezuela, Honduras, Guatemala, República Dominicana, Bolivia, Cuba, Costa Rica, Panamá, Paraguay, Perú y Uruguay. El gobierno de Nicaragua fue más lejos y este sábado anunció este sábado el rompimiento de relaciones diplomáticas con Ecuador.
Pero la condena latinoamericana rebasó los gobiernos de izquierda. En un breve comunicado, la Cancillería de Argentina dijo unirse a los países de la región “en la condena a lo sucedido” y llamó “a la plena observancia de las disposiciones” de las convenciones de Viena y sobre Asilo Diplomático de 1954. Apenas unos días antes, el presidente argentino, Javier Milei, había emitido fuertes descalificaciones a los presidentes de México y Colombia.
La Cancillería argentina recordó que recientemente concedió asilo político a seis opositores venezolanos que se refugiaron en su Embajada en Caracas y están en espera de un salvoconducto para viajar a Buenos Aires.
Un día y medio después, Estados Unidos se sumó a la condena a “cualquier violación de la Convención de Viena“ y, tras asegurar que “toma muy en serio la obligación de los países anfitriones según el derecho internacional de respetar la inviolabilidad de las misiones diplomáticas“ hizo un llamado a los dos países a resolver sus diferencias de acuerdo con las normas internacionales.
En la misma línea del Departamento de Estado, la Secretaría General de la Organización de Estados Americanos (OEA) que encabeza Luis Almagro propuso una reunión -sin fecha aún- del Consejo Permanente para tratar los acontecimientos en Ecuador con base en “los principios consagrados en el derecho internacional, como el respeto a la soberanía, la solución pacífica de las controversias (…) y el fiel y estricto cumplimiento de los tratados internacionales, entre ellos los que garantizan el Derecho de Asilo”.
En cambio, la presidenta pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), la hondureña Xiomara Castro, convocó a una reunión urgente para este lunes 8 de abril a la troika (instancia suprema) de ese foro regional para tratar el tema y anunció que los cancilleres se reunirán el martes 9 de abril de manera virtual.
La mañana de este sábado, el exvicepresidente Jorge Glas fue traslado de Quito a Guayaquil, donde quedó recluido en la cárcel de máxima seguridad conocida como “La Roca”.
Glas es militante del partido Revolución Ciudadana al que pertenece el expresidente Rafael Correa -exiliado en Bélgica y acusado en su país de influencia psíquica-. Tras permanecer cinco años en prisión, acusado de recibir sobornos de la constructora brasileña Odebrecht, fue puesto en libertad en 2022, pero un año después un juez giró una nueva orden de aprehensión en su contra. El 17 de diciembre solicitó asilo en la Embajada mexicana, el cual le cual concedido el viernes pasado. En todo este tiempo, el exvicepresidente ha sostenido que es un perseguido político.
Por su parte, el presidente Daniel Noboa había alcanzado un acuerdo legislativo con Revolución Ciudadana, el Partido Social Cristiano y su propio partido, Acción Democrática Nacional (ADN) para tener una mayoría en la Asamblea Nacional que le permitiera aprobar cinco leyes económicas que considera urgentes. Sin embargo, la operación contra Glas acabó con ese pacto.
La excandidata presidencial y líder de RC, Luisa González, pidió la dimisión del presidente Noboa, mientras que la vicepresidenta de la Asamblea Nacional y portavoz del grupo parlamentario de RC, Viviana Veloz, proclamó la «oposición total» al gobierno de los 51 legisladores de su partido. También anunció que RC pedirá la convocatoria inmediata de sesión de la Asamblea Nacional.
«La gran mayoría del Ecuador decidió que yo esté aquí y, basándome en ese mismo principio, jamás voy a permitir que un pequeño grupo de personas quieran imponerse como si es que fuesen la mayoría. La agenda del Ecuador la impone la mayoría, no un pequeño grupo de relajosos», respondió este sábado el presidente Noboa.
En México, la reacciones al ataque a la Embajada opacaron la discusión sobre el primer debate presidencial, que se realizará este domingo por la noche.
Aunque un sector de la derecha intentó responsabilizar al presidente López Obrador por provocar un conflicto diplomático con sus declaraciones sobre la violencia electoral en Ecuador, la mayor parte de las expresiones públicas fueron en torno a un cierre de filas con el gobierno mexicano.
El Programa de Posgrado en Estudios Latinoamericanos de la UNAM cuestionó la «cada vez más evidente política de provocación, violación de derechos fundamentales y criminalización por parte de los gobiernos ultraconservadores latinoamericanos, que buscan impedir la construcción de una política popular y democrática que emane legítimamente de nuestras sociedades».
El gobierno de Noboa, dice el pronunciamiento, «escaló su política militarista al ámbito internacional» y advierte que esa acción violenta «contribuye a la degradación del endeble orden político internacional, misma que se está abriendo paso en otras latitudes y amenaza con extenderse a nuestra región».
Tras el anuncio del rompimiento de relaciones diplomáticas entre México y Ecuador, decenas de mexicanos se reunieron afuera de la embajada de Ecuador en la Ciudad de México para expresar su rechazo al presidente ecuatoriano.
Fue una protesta pacífica en la que los asistentes -algunas familias completas, jóvenes, exiliados chilenos y argentinos- solicitaron a las fuerzas políticas del país cerrar filas con el gobierno del presidente López Obrador.
“México tiene una historia larga de ser un país de puertas abiertas, la solidaridad no se puede acotar, la solidaridad no se puede criminalizar como lo han hecho Ecuador en nuestra embajada, esa agresión es una intervención y decirle al Gobierno de Ecuador que a México se le respeta”, dijo la periodista Alina Duarte.
La sede ecuatoriana estuvo resguardada por medio centenar de policías de la Ciudad de México que no tuvieron mayor trabajo. Los manifestantes cantaron varias veces el himno nacional y el “Cielito Lindo”.
Desde temprano, el Gobierno mexicano había lanzado un mensaje para que la gente no acudiera a la convocatoria de la protesta para no caer en “provocaciones”.
La secretaria de Gobernación, Luisa Alcalde, hizo un llamado abierto en sus redes sociales a la desmovilización. “Hacemos un llamado respetuoso a no acudir el día de hoy a la Embajada de Ecuador en México para evitar actos de provocación o violencia”, anunció la funcionaria.
Usuarios de X respondieron con otros mensajes: «Las provocaciones se evitan organizándose, asistiendo masivamente, reforzando nuestros lazos; no, desmovilizando. Nos vemos a las 4 en una manifestación pacífica afuera de la embajada de México en Ecuador. El gobierno a lo suyo; los movimientos sociales a lo propio», escribió la filósofa Diana Fuentes.
Fue secundada por la veterana periodista Blanche Petrich: Los que necesitan pedir permiso al gobierno mejor que ni vayan”.
Una hora después, el presidente López Obrador también llamó a la tranquilidad, aunque sin un mensaje explícito de no participar en la protesta. “Respetamos al pueblo hermano de ese país y a nuestros connacionales les pedimos comportarse con mucha prudencia para evadir el acoso y no caer en ninguna provocación”, dijo el presidente en sus cuentas oficiales.
La embajada, en realidad, estaba vacía. El último embajador, Francisco Carrión Mesa, dimitió en septiembre de 2023 y no había sido reemplazado. Ecuador solo tiene representación de un encargado de negocios, Luis Gustavo Espinosa, quien este sábado no se encontraba en la sede diplomática. La policía capitalina comprobó que dentro del recinto solo estaba un trabajador de vigilancia quien por la mañana ha quitado las fotografías de paisajes ecuatorianos que decoraban el exterior del inmueble.
Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.
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