El exgobernador de Chihuahua aseguró ser un “botín político” y comparó su situación penal con el intento de feminicidio de Mya Villalobos, en ciudad Camargo. Aunque el dilema de un supuesto infarto y el interrogatorio hacia un cardiólogo generó fricciones en el tribunal, la defensa de Duarte no logró justificar tenerlo bajo arresto domiciliario.

Texto: Óscar Rosales / Raíchali

Fotos: Especiales vía Raíchali

CHIHUAHUA. – Luego de casi doce horas, la audiencia intermedia contra César Horacio Duarte Jáquez, llevada a cabo este lunes 3 de abril, concluyó con dos decisiones: mantener al exgobernador de Chihuahua en prisión y continuar con el proceso de la misma audiencia el próximo 27 de abril.

Para sorpresa del exmandatario, acusado de peculado y asociación delictuosa por el desvío de 96 millones 685 mil 253 pesos, fue Delia Valentina Jiménez quien fungió como jueza y no Humberto Chávez Allende, quien ocupó dicha función durante el último juicio.  

La jueza Valentina Jiménez es recordada por haber sido quien decidiera que el caso de la nómina secreta de Duarte fuera procesado por las autoridades de Chihuahua y no se delegara a un juez federal, en marzo del 2021, a finales del sexenio de Corral.

Valentina también fue señalada ese mismo marzo por el Consejo Jurídico debido a un “un incidente de exceso”, que permitieron suspender temporalmente las audiencias en las que se presentó Maru Campos en su tiempo como alcaldesa de la ciudad de Chihuahua, tras ser acusada como una de las que recibía dinero de César Duarte y pese a no contar con un amparo.

La petición del Ministerio Público (MP) de diferir la audiencia se debe a la necesidad de más tiempo para examinar nueva evidencia que fue entregada el 31 de marzo, entre la que se encuentran 160 páginas de ofrecimientos de medios, así como el descubrimiento probatorio en una memoria USB con más de 370 archivos, explicó la autoridad.

Duarte señaló que la estrategia de la Fiscalía solo intenta “dilatar” el proceso y que no quiere reconocer los 33 meses que ha sido retenido desde su detención en la ciudad de Florida, EUA, para que sean tomados en cuenta como parte del periodo de prisión preventiva, ya que como máximo esta medida solo puede durar dos años.

“El gobierno, vaya si lo conozco, tiene las herramientas y los elementos para conocer, hacer y deshacer la información, lo que se requiera…”, expuso el exgobernador. 

Aunque la decisión de posponer la audiencia para el último lunes de abril fue tomada durante las primeras horas de la sesión, al abogado Enrique Muñoz, defensor de Duarte, se le permitió presentar evidencia con la que buscó justificar el retiro de la prisión preventiva y hacer que pase el resto del proceso bajo arresto domiciliario. 

Entre las pruebas, se encontraban los resultados de un electrocardiograma y un ecocardiograma realizados al exgobernador, ante un supuesto infarto que sufrió el pasado jueves 27 de marzo. 

La defensa también adjuntó una recomendación de la Comisión Nacional de Derechos Humanos y presentó una constancia de GPS Monitor, propiedad de Jorge Cabrera Zapata, para certificar la capacidad que tiene esta empresa para proporcionar un brazalete electrónico que se utilice durante el arresto domiciliario.

La exposición de estas nuevas evidencias y el interrogatorio a un médico cardiólogo convocado por la Fiscalía, generaron fricciones en la sala de la audiencia y una serie de declaraciones de Duarte que generaron polémica en redes sociales. 

El infarto de Schrödinger

El Gato de Schrödinger es un experimento en el cual se encerró a un gato en una caja con veneno y no puede saberse si este sigue vivo o muerto hasta abrirla. Esto parece ser la situación de Duarte:

De acuerdo con un electrocardiograma realizado el 29 de marzo por su cardiólogo personal, el doctor Mario Humberto Valles Terrazas, César Duarte presentó signos de haber sufrido un infarto en el miocardio. Según la explicación del abogado Muñoz, este se produjo durante la madrugada, mientras dormía, sin embargo, el mismo exgobernador reconoció que no lo percibió, pero describió un intenso dolor en el pecho al día siguiente. 

Con la intención de contrastar esta evidencia médica, la Fiscalía llamó a declarar al doctor Adrián Holguín Pérez, especialista en cardiología y quien le realizó un ecocardiograma a Duarte el viernes 31 de marzo. 

Para precisar, el ecocardiograma es una técnica no invasiva que emplea ultrasonidos para crear una imagen interna del corazón, permite valorar la estructura y función cardiaca. Por su parte, el electrocardiograma (ECG), es una representación gráfica de la actividad eléctrica del corazón. Aunque los estudios suenan distintos, ambos sirven como complementos del otro. 

Adrián Holguín, quien fue llamado por las autoridades para hacer la valoración, luego del rumor del infarto, explicó haber encontrado a un paciente un poco renuente a dejarse examinar, sin embargo, este accedió después de unos momentos. 

“Yo encontré un corazón de tamaño normal, un poco de hipertrofia, que se da en cualquier paciente hipertenso (…), encontré una hipertensión normal”, explicó el cardiólogo. 

Tras la prueba, Holguín dijo ver a Duarte “relajado”, con un 58 por ciento de movilidad, dentro de los parámetros normales. 

El especialista agregó que comparó los resultados del 31 de marzo  ecocardiograma del 7 marzo, y que ambos fueron muy similares, por lo que concluía que las dolencias de Duarte eran causadas por sus problemas de hipertensión y la poca actividad física que tenía, y no por haber sufrido un infarto. 

Pese a las explicaciones manifestadas durante el interrogatorio de la Fiscalía, el abogado Muñoz preguntó a Adrián Holguín si de todas formas los resultados de las pruebas y el estado de salud de Duarte, podrían dar indicios de que si pudo haber sucedido el infarto. 

Aunque Holguín quiso explicar el contexto médico, el abogado Muñoz le pidió que solo se limitara a responder “cierto” o “falso” a sus preguntas, instrucción que la jueza Dalia también solicitó se siguiera. 

El doctor se limitó a decir “cierto” al cuestionamiento del defensor de Duarte, lo que junto con las objeciones de la Fiscalía y las reacciones de aparente molestia por parte del testigo, produjeron algunas fricciones. Incluso, hubo un momento en el que el doctor no quiso responder las preguntas, sin embargo, la jueza le indicó que debía responder y pidió orden y respeto entre todas las partes de la sala.

El exmandatario priista acusó a la Fiscalía de haber corrido el rumor del infarto a un medio de comunicación y, teorizó, que eso dio pie a que las autoridades hablaran a un médico distinto al que le daba un seguimiento puntual a su condición.

“Soy un botín político”: Duarte

En una de sus intervenciones, el exgobernador hizo alusión al intento de feminicidio de Mya Villalobos, asesinada en octubre del 2022 en ciudad Camargo, así como a un robo de banco, y a la violación de un menor, casos recientes donde la Fiscalía permitió a los victimarios llevar sus procesos en libertad, y comparó su situación con la de ellos. Cuestionó el por qué los autores de estos crímenes pueden gozar de libertad condicional y él no.

“A la conclusión a la que yo llegó, y que todos ellos gozan de cabal salud, es que, ¿qué necesito yo tener, o que hice, o que piensan que puedo llegar a hacer, para tener una libertad condicional?”, preguntó.

Aunque se disculpó con la jueza por no haber sido ella la que procesó esos casos, señaló que la Fiscalía estuvo a cargo de los mismos. De acuerdo con Duarte, las acciones de dicha dependencia le hacen pensar que él es un “botín político”. 

El exgobernador agregó: “me parece que hay una perversión para tratar de desvirtuar mi condición y el trato de la misma”. 

Luego de un receso que se extendió hasta tres horas, alrededor de las nueve de la noche del lunes, la jueza Valdivia negó la solicitud de prisión domiciliaria y pidió estudios exhaustivos de la salud de César Duarte, así como reportes semanales del centro penitenciario que se harán llegar a la jueza y el tribunal. 

Duarte deberá presentarse nuevamente en el tribunal de la ciudad de Chihuahua, el próximo lunes 27 de abril a las 09:30 am. De ser encontrado culpable, el exgobernador podría alcanzar hasta 29 de años de prisión, como lo establece el Código Penal.

Esta nota fue realizada por RAÍCHALI, integrante de la alianza de medios de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leerla.