Dolores Jiménez y Muro, la brigadier zapatista

18 marzo, 2022

En la Revolución Mexicana el feminismo tuvo un papel destacado. Dentro de la lucha contra la dictadura, Dolores Jiménez y Muro –aunque marginada– es una de sus principales figuras. Esta periodista ayudó a luchar por el reparto de tierras, organizó obreros e incluso peleó junto a los zapatistas

@ignaciodealba

Dolores Jiménez y Muro nació en Aguascalientes en 1848, cuando ella apenas cumplió los 11 años su familia se mudó a San Luis Potosí. Las mujeres estaban vedadas de acceder escuelas, pero la familia de Dolores, de formación liberal, permitió que la niña se formara en la biblioteca familiar. Desde entonces Dolores se convertiría en poeta, aunque un tanto epopéyica. 

En uno de los aniversarios de la Independencia de México publicó: 

Hoy que en bellos discursos nuestros sabios

narran las glorias de la patria mía,

yo voy también a desplegar mis labios

para exhalar un canto de alegría.

Porque cual de una fuente se derrama

el agua cuando ya se encuentra llena,

de mi alma que por México se inflama

se desborda el placer que me enajena.

A pesar de que nuestra poeta cívica no tuvo una educación formal, se dedicó a ser profesora. Uno de los pocos campos de conocimiento abierto a las mujeres.

Durante la dictadura de Porfirio Díaz, Dolores empezó a escribir artículos para distintos medios. Primero abordó temas culturales y de historia, pero con el paso del tiempo la crítica se endureció.

En San Luis Potosí se formó uno de los grupos antirreeleccionistas y liberales más importantes del país. En la casa de Camilo Arriaga, se hicieron tertulias y se formaron muchos personajes. Los hermanos Flores Magón y Juan Saravia leyeron por primera vez a Kroptokin y a Marx en la biblioteca de Arriaga. Dolores también se acercó a lecturas anarquistas y organizó con sus contertulios clubes liberales, que se oponían al régimen de Porfirio Díaz. 

Durante la Revolución un grupo de mujeres periodistas, entre ellas Dolores Jiménez y Muro, hicieron varias publicaciones libertarias: Las Hijas del Anáhuac, El álbum de la mujer, El correo de las señoras, Vésper, Violetas del Anáhuac, entre otras.  La Voz de la Mujer, que se publicaba en Estados Unidos, a donde huyeron varios liberales por la persecución de Díaz, hizo un llamado a las mujeres para que rehusaran el intercambio sexual con sus compañeros si ellos no se unían a la revolución. También Regeneración llegó a estar a cargo de una mujer: Rosa Méndez, quien se ocupó de la publicación mientras Ricardo Flores Magón estaba en la cárcel. Algo parecido sucedió con Dolores: cuando Paulino Martínez, director del diario antirreeleccionista La Voz de Juárez, fue apresado. ella se encargó de que la publicación no cesara

Pero ella también llegó a estar en las mazmorras de Belén junto con Juana Belén y Elisa Acuña por la publicación de Vésper.  Esta revolucionaria pisaría la cárcel, en por lo menos, dos ocasiones más. Algo muy destacable de Dolores es que cuando se involucró en los vaivenes revolucionarios no era joven. De hecho, cuando llegó a la cárcel ya tenía 65 años.

Dolores se unió a Francisco I. Madero y fundó el Club Femenil Antirreeleccionista Las Hijas de Cuauhtémoc encabezando una protesta bajo la consigna:

“Es tiempo de que las mujeres mexicanas reconozcan que sus derechos y obligaciones van más allá del hogar”.

Además de su trabajo como propagandista y periodista, Dolores se involucró en la redacción del Plan de Tacubaya, que desconoció a Porfirio Díaz y exigió el restablecimiento de la libre imprenta, la protección de los pueblos nativos procurando su prosperidad y dignidad, la disminución de las jornadas de trabajo a ocho horas, la disminución de los alquileres y el reparto de tierras. 

El tema agrario fue fundamental para Dolores, quien defendió los derechos y las luchas agrarias. Fue por eso que el propio Emiliano Zapata la invitó a que se uniera a su ejército irregular. La periodista se encargó de escribir el prólogo del Plan de Ayala, que desconoció a Francisco I. Madero por traicionar a los campesinos. 

En la guerrilla zapatista Dolores, con nombramiento de General Brigadier, se refugió en las montañas para combatir al tirano de Victoriano Huerta, quien traicionó a Madero. La mujer escribió desde la clandestinidad. 

Durante sus años en las montañas Dolores vivió en cuevas y convivió con comunidades indígenas y con campesinos pobres. En su larga huida por las montañas, nunca dejó de escribir.

Después del asesinato de Zapata, en 1919, Dolores se dedicó a colaborar con algunos periódicos. Murió a los 77 años. Apenas hasta ahora esta mujer ha sido revindicada, aunque aun sigue siendo muy marginal y hay mucha información perdida. Curiosamente se conservan varios poemas que publicó durante su vida. 

Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).