6 mayo, 2022
Vecinos de San Bartolomé Xicomulco reportaron escasez de agua en sus viviendas y el Sistema de Aguas de la Ciudad de México halló más de un centenar de tomas clandestinas en lo que representa una nueva invasión en suelo de conservación. De acuerdo con testimonios, las conexiones clandestinas fueron realizadas por la alcaldía de Milpa Alta
Texto y fotos: Arturo Contreras Camero
CIUDAD DE MÉXICO.- Hace un mes el agua empezó a escasear en San Bartolomé Xicomulco y los vecinos se movilizaron. Cuando el Sistema de Aguas de la Ciudad de México llegó a verificar el estado de la línea de conducción que dota de agua a ese pueblo se encontró con una sorpresa: la línea de conducción que dota de agua a ese pueblo y a otros varios estaba llena de decenas de tomas clandestinas.
La visita del Sistema de Aguas, Sacmex, se debió a la inquietud que un grupo de vecinos organizados bajo un comité llevó a las oficinas de la dependencia. Al inicio, como cuenta una de las personas del comité que busca anonimato por miedo a represalias, los “tiraron de a locos”, pero después de muchas pruebas se acordó un recorrido.
“Tuvieron que hacer una prueba primero, mandaron una cantidad determinada de agua, no recuerdo cuánto, y después midieron y llegaron menos litros de los que habían mandado, fue entonces que propusieron hacer un recorrido”, cuenta la persona del comité.
San Bartolomé Xicomulco queda en la parte alta de una colina que se conecta con el pueblo vecino de San Pablo Oztotepec por un camino en una ladera empinada, el llamado Camino Real, que desde hace décadas está en desuso. Por este camino corre también una línea de conducción de agua que viene de pozos de otros pueblos y alimenta a toda esta comunidad, en ese camino se centró la visita de Sacmex.
Además de cerca de 120 tomas clandestinas, los vecinos se dieron cuenta de algo más, de que en la zona empezaba a asentarse un nuevo predio irregular que no solo se alimentaba de las tomas clandestinas, sino que ya contaba incluso con tendido eléctrico. El predio bordea la cañada que separa San Bartolomé de San Pablo, y como todo el suelo de Milpa Alta, es considerado suelo de conservación.
En Ciudad de México succionar agua de las líneas de distribución es meritorio de una sanción que va de entre 145 mil 30 pesos a 290 mil 624 pesos.
En realidad actualmente gran parte de las manchas urbanas de toda Milpa Alta se encuentran de alguna manera en una situación irregular, pues el crecimiento superó los planes urbanos. “Más de la mitad del pueblo está fuera del casco urbano, pero eso ha sido porque la administración, la delegación, la alcaldía, no ha hecho su trabajo. Entonces, hay más de 190 parajes (irregulares) en toda Milpa Alta y de todos esos, hay unos de hasta 30 años”, reconoce una de las vecinas del comité.
Cerca del nuevo asentamiento que encontraron los vecinos hay otro predio histórico, que se asentó en el paraje de Malacaxco, hace cerca de 30 años, mismo que creó varios problemas en la comunidad, que incluso llevó el caso a la procuraduría agraria, donde, en 2015, misteriosamente extraviaron el caso.
Desde entonces el asentamiento parecía contenido, hasta que aparecieron estas nuevas casas en las laderas de la barranca de San Bartolomé.
“Llegó la pandemia y aprovechando que no hay autoridades, abrieron un camino, derribaron árboles, nadie les dijo nada hasta ahora que se escasea lo del agua y como ahí sí involucra a todos los vecinos, pues es que hay una reacción”, acusa otro miembro del comité.
En otro recorrido hecho por Pie de Página junto con un grupo de los vecinos del comité, se constató la presencia de chozas montadas con láminas y cartones en la parte baja de una cañada, divididos en lo que parecieran lotes de 10 metros de ancho por otro tanto de profundo. Por el camino que les cruza enfrente hay señalizaciones para conectar el drenaje y unos números que es difícil entender. Del mismo camino viene una línea de luz eléctrica que llega a chozas y casas por igual.
Algunas de las supuestas viviendas, que los vecinos aseguran nunca están ocupadas, no son más que cuatro palos parados al viento que parecieran estar esperando un cartón que les haga de pared. No obstante, a unos metros cuentan con un medidor eléctrico.
Otras ya lucen más concluidas, son de bloques de concreto, tienen ventanas de herrería y puertas de metal, sin embargo, lucen vacías.
“Nadie vive en estas casitas, las construyen y ahí las dejan, Es una invasión, porque así, si tú preguntas con los que son expertos en invasión te dicen que esa es la consigna: tú vas y paras cuatro palos, si nadie te los quita en dos o tres meses, vas y paras la casa, como esta, y ya chingaste”.
Vecino de San Bartolomé Xicomulco.
Después de la visita de Sacmex, los vecinos cayeron en cuenta de una irregularidad escandalosa. Para que el agua llegue a los hogares de toda la Ciudad de México hay dos partes que juegan un papel importante: el sistema de aguas y los gobiernos de todas las alcaldías. Mientras Sacmex se encarga de llevar agua a todas las colonias, los últimos tramos de distribución corresponden a las alcaldías.
Es por eso que para los funcionarios de Sacmex que atendieron a los vecinos de San Bartolomé les pareció inconcebible que hubiera tomas clandestinas en la línea de conducción.
“Cuando estábamos en el recorrido se nos acercó un vecino de los predios de la zona. Nos dijo que él había llegado hace cinco o seis años a la zona y que él, hace unos meses, junto con otras 18 personas, habían firmado un convenio que les permitía conectarse a la tubería. ‘No solo soy yo’, nos comentó, ‘somos varias vecinas que estamos conectados así’”.
Vecino integrante de comité.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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