Después de más de 12 años en prisión, absuelven a Verónica Razo Casales

4 enero, 2024

Austreberta Casales, y Byron Ariano, madre e hijo de Verónica Razo, quien fue torturada y encarselada acusada falsamente de secuestro desde el 2011, acudió a la SEIDO acompañada de activistas y miembros de Amnistía Internacional para entregar 135, 963 firmas de todo el mundo para exigir la liberación de la acusada. Foto: Tercero Díaz / Archivo Cuartoscuro

Un Tribunal del Estado de México consideró que no existen pruebas suficientes para que Verónica siguiera en prisión. Su caso es un ejemplo de las violaciones sistemáticas a los derechos humanos, pues pese a ser víctima de detención ilegal y arbitraria, tortura y violencia sexual cometida por elementos de la Policía Federal, pasó más de 12 años en prisión

Texto: Alejandro Ruiz

Foto: Tercero Díaz / Archivo Cuartoscuro

CIUDAD DE MÉXICO. – Después de más de 12 años en prisión, el Instituto Federal de Defensoría Pública logró la libertad inmediata de Verónica Razo Casales, acusada de secuestro por la extinta Policía Federal en 2011.

La decisión la tomó el Primer Tribunal Colegio de Apelación del Segundo Cirtcuito de Toluca, Estado de México. El argumento: la falta de pruebas en la acusación que le fincó una pena por el delito de secuestro.

Su caso es la historia de una larga lucha contra la tortura y las graves violaciones a los derechos humanos, pues en su detención la policía, Ministerios Públicos y juzgados atentaron contra su libertad.

Más de 12 años buscando justicia

El 8 de junio de 2011 policías federales detuvieron a Verónica y su hermano, Erick Iván, acusándolos de ser partícipes en dos secuestros.

La detención fue a unas cuadras de la casa de Verónica, quien ese día caminaba con su madre y sus dos hijos, entonces menores de edad.

De acuerdo con la investigación y las pruebas obtenidas, a Verónica la trasladaron a las oficinas de la extinta Agencia Federal de Investigación. Ahí, ella permaneció incomunicada mientras los agentes la torturaron psicológica y sexualmente para obligarla a confesar.

Un día después, el 9 de junio, los agentes presentaron a Verónica ante la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada de la Procuraduría General de la República. Ahí, después de un día entero de golpes, amenazas, toques eléctricos en sus pies y pechos y violaciones, Verónica se inculpó.

Su estado de salud era crítico, pero el Ministerio Público y los médicos que la revisaron encubrieron en sus informes las huellas de la tortura y la violencia sexual.

Su madre, comenzó a luchar por la libertad de Verónica y su hermano. Y también, a denunciar la tortura, incomunicación y amenazas por parte de la Policía Federal, quien en esos años asumió ese modus operandi en sus investigaciones.

La lucha por la inocencia

El 27 de ayo de 2022, tras más de 11 años de luchas legales, un juez de Distrito del Estado de México al fin dictó sentencia en el caso de Verónica y su hermano. Los absolvió de los delitos de secuestro contra tres personas, y también de los cargos por delincuencia organizada.

Ese día, su hermano salió de prisión, pero Verónica (tal vez en venganza por denunciar la tortura) se quedó en la cárcel, acusada de otro cargo por secuestro. El juez de Naucalpan la sentenció a 25 años de prisión y una multa de 119 mil pesos.

Los abogados de Verónica apelaron la sentencia, y el 23 de julio de 2023 un Tribunal Colegiado resolvió el amparo a su favor, obligando a las autoridades judiciales a que revisaran el caso, pues la tortura pudo influir en el sentido de la confesión que le arrebataron los agentes a Verónica.

Ahora, las autoridades reconocen que Verónica debe estar libre y ser absuelta de los cargos en su contra.

Periodista independiente radicado en la ciudad de Querétaro. Creo en las historias que permiten abrir espacios de reflexión, discusión y construcción colectiva, con la convicción de que otros mundos son posibles si los construimos desde abajo.