Óscar Hernández, extrabajador de la mina Media Luna, filial de la canadiense Torex Gold, desapareció el 23 de septiembre. Hernández sostenía una batalla laboral contra la empresa asentada en un territorio controlado por el crimen organizado
Texto: Marlén Castro / Amapola Periodismo Transgresor
Fotografía: Angie García
CHILPANCINGO, GUERRERO.- Óscar Hernández Romero, trabajador despedido de la empresa minera Media Luna, desapareció la noche del martes 23 de septiembre. La autoridad no emitió ninguna alerta y no hay policías buscándolo.
Alrededor de las nueve de la noche del 23 de septiembre, Óscar Hernández se despidió de su esposa e hija en Nuevo Balsas, en donde Media Luna, filial de la canadiense Torex Gold, extrae oro y plata. Iba a Real de Limón, pueblo del municipio de Cocula, a 20 minutos de distancia.
Óscar Hernández forma parte de un colectivo de 200 ex trabajadores que en 2017 demandaron a Torex Gold ante la Junta Federal de Conciliación y Arbitraje por despido injustificado.
En Nuevo Balsas, Real de Limón y la Fundición, pueblos cercanos a la mina, asesinaron a otros tres trabajadores: los hermanos Víctor y Marcelino Sahuanitla Peña y Quintín Salgado Salgado.
“Trabajadores de la empresa que se opusieron a continuar siendo explotados por la empresa y el sindicato de la CTM”, indicó la Red Mexicana de Afectados por la Mineria (REMA), organización que denunció la desaparición de Óscar Hernández.
La zona es un territorio controlado por el grupo del crimen organizado conocido como Guerreros Unidos. La agrupación fue señalada de desaparecer junto con policías municipales a los 43 normalistas de Ayotzinapa.
Además de los tres trabajadores asesinados también fueron desaparecidos los hermanos Víctor, Miguel y Modesto Rebolledo Salinas, habitantes del ejido Real del Limón, privados de su libertad durante el conflicto con la minera canadiense.
Los mineros pararon labores y cerraron la mina en 2017. Exigían mejores condiciones laborales y derecho a formar parte de la organización sindical de su preferencia, no la Confederación de Trabajadores de México (CTM).
Durante el paro asesinaron a los hermanos Víctor y Marcelino Sahuanitla Peña y a Quintín Salgado, líderes del movimiento. Después de los asesinatos la empresa ordenó un desalojo de los trabajadores y reinició labores.
Desde entonces, los accesos a los tres pueblos son vigilados por integrantes de un supuesto grupo de policías comunitarios, controlado por el grupo Guerreros Unidos.
La REMA indica en el comunicado en el que denunció la desaparición de Óscar Hernández que el crimen organizado opera abiertamente para la empresa Torex Gold.
Óscar Hernández salió de la casa de su esposa en Nuevo Balsas rumbo a Real de Limón alrededor de las nueve de la noche. Pero nunca llegó a su destino.
Al día siguiente, familiares denunciaron la desaparición en el Ministerio Público de Iguala, pero a pesar de los días transcurridos la autoridad no ha emitido la alerta por la desaparición. Tampoco ha apoyado las labores de búsqueda realizadas por familiares y amigos desde el 25 de septiembre.
Esta parte de la entidad en donde hay minas explotadas por empresas canadienses es una de las zonas más violentas de Guerrero.
Hernández es una de las víctimas de la violencia registrada en el mes de septiembre del 2019, mismo que el gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo Flores, presumió como el menos violento de los últimos ocho años.
En esta entidad, para los hombres mayores de 18 años que desaparecen no existen protocolos de búsqueda. No se emiten alertas inmediatas. La esposa e hija suman hoy 14 días sin conocer su paradero.
El dolor que vive la familia de Óscar contrasta con la satisfacción con la que el gobernador anunció la baja en el número de homicidios, estadística con la que los especialistas miden la violencia en una ciudad.
De acuerdo con las cifras difundidas, que el gobierno del estado retomó del periódico Milenio, septiembre cerró con 87 homicidios, casi 50 por ciento menos al mismo periodo del año anterior, cuando se registraron 172.
En este septiembre del 2019, 80 hombres y siete mujeres murieron asesinados.
Acapulco, de acuerdo con estas cifras, también tuvo en septiembre el mes menos violento de los últimos 10 años.
Dos menores y tres mujeres adultas desaparecieron según alertas Ámber y Alba.
Este septiembre la alerta Ámber se activó ocho veces, y sólo seis menores fueron localizados, mientras que el protocolo Alba, cuando desaparecen mujeres mayores de 18 años, se echó a andar tres veces, pero ninguna apareció.
Gloria Estefani Campos Ávila, de 17 años, no regresó a su casa desde el 2 de septiembre. La alerta se activó dos días después. De acuerdo con la página de la Fiscalía General del Estado (FGE), Gloria Estefani se perdió en Mochitlán, Guerrero, en la zona Centro del estado. Es rolliza, morena, pelo lacio.
Al igual que Gloria Estefani, no aparece Julián Crescenciano Vicente, de 16 años, quien fue visto la última vez en Chichihualco, de donde es originario, el 20 de septiembre, también del 2019. Es delgado, moreno, cabello lacio, cicatriz debajo de la ceja derecha.
No ha regresado a casa y por ello se activó el protocolo Alba Diana Abigail Gutiérrez Jiménez, de 20 años. Diana es de Acapulco, puerto en el que desapareció el 27 de septiembre. Ella es de 1.60 metros, 55 kilos, pelo castaño largo y lacio.
Irazema López Pérez, de 46 años, también de Acapulco, desaparecido desde el 6 de septiembre. Ella es de 1.57 de estatura, 60 kilos, pelo castaño y ojos verdes.
Herminia Santiago Marcelino, de 77 años, es otra mujer desaparecida. Aunque sus familiares dejaron de verla desde el 22 de julio del 2019, el Protocolo Alba se activó hasta el 11 de septiembre. Se perdió en Xalpatlahuac, municipio de Tecoanapa, en la Costa Chica. Es de 1.60 de estatura, 55 kilos, pelo lacio, largo y cano.
Este trabajo fue publicado por Amapola Periodismo Transgresor. Se reproduce con autorización de ese medio y como parte de una alianza. Consulta aquí la publicación original.
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