De piel oscura, la infinita resistencia

18 junio, 2022

Cientos de personas principalmente Haitianas, esperan en una fila ser atendidas por autoridades de la COMAR (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) en Tapachula, Chiapas. Foto: Duilio Rodríguez.

Este portafolio muestra al grupo de personas migrantes más vulnerables que llegan a México, las que por su afrodescendencia son asediadas por las autoridades y maltratadas por la sociedad; cocineros, artistas, estudiantes, hombres y mujeres que recorren un territorio tras otro en busca de la oportunidad de tener una vida mejor

Texto y Fotos: Duilio Rodríguez

CIUDAD DE MÉXICO.- Decenas de miles de personas llegan a México con la esperanza de encontrar un mejor lugar para vivir. La mayoría de ellas busca llegar a Estados Unidos de Norteamérica pero hay muchas otras que se han quedado en nuestro país para empezar una vida mejor que la que tenían en su lugar de origen.

Ya sea de forma temporal o definitiva, su presencia es notoria en algunas ciudades mexicanas. La forma de hablar, la música, la cocina, los negocios, la forma de vestir son algunos ejemplos de cómo estos grupos de personas migrantes enriquecen a nuestra sociedad de formas diversas.

Este portafolio muestra al grupo de personas más vulnerables, las que por su color de piel oscura son  asediadas por las autoridades y maltratadas por la sociedad.

Un grupo fácilmente identificable en un país racista, personas a las que se les detiene arbitrariamente, a las que se les orilla a vivir hacinadas en cuartos diminutos (cuarterías) y sin posibilidades reales de encontrar un trabajo.

Es difícil comprender un país que dice acoger a personas por razones humanitarias mientras existen numerosos intentos  gubernamentales por impedir a cualquier persona que lo desee, vivir y crecer en México o transitar por su territorio. De enero de 2021 a marzo de este año, el INM envió por vía terrestre a 93 mil 55 personas migrantes, según datos del Instituto Guatemalteco de Migración (IGM), como menciona el informe y trabajo periodístico «Bajo la Bota»

A Tapachula, ciudad fronteriza al sur de México, ya se le conoce como “ciudad cárcel”. Y es que las personas migrantes pueden transitar en las calles pero no pueden salir de la urbe sin un documento, que en el mejor de los casos, el Instituto Nacional de Migración se los expide tras varios meses. 

Pero la mayoría de personas que logran llegar al norte del país lo hacen de formas inimaginables, a expensas de extorsionadores y bandas del crimen organizado. Las historias de abusos se repiten y se repiten en las zonas fronterizas con Estados Unidos.  

Es el caso de Joy, Betty, Elena, Djingo, Flerend, Julien, personas que llegaron de África o de Haití, que son estudiantes, profesionistas, artistas, cocineros, hombres y mujeres que tienen una vida increíble por su resistencia y perseverancia infinita a pesar de toda la adversidad.

Estas fotografías son una recopilación de la serie de reportajes sobre migración humana titulada, “Bajo la Bota”.  Los nombres de las personas que aparecen en las fotos han sido cambiados por su seguridad.

Djingo, su esposa y su hijo menor de edad, huyeron de la guerra en la República Democrática del Congo para buscar refugio humanitario en México. Djingo y su familia se encuentran varados en Tapachula, Chiapas, frontera sur de México con Guatemala. Él reclama a las autoridades mexicanas la falta de atención y oportunidades que le permitan al menos, trabajar legalmente para alimentar a su familia. Foto: Duilio Rodríguez


La familia de Flerend N. un migrante de Haití, espera a que unos “coyotes» (sobrenombre con el que se les conoce a los traficantes de personas) los recoja para transportarlos desde Chiapas, hasta la frontera de México con Estados Unidos de América. Foto: Duilio Rodríguez
Cientos de personas migrantes viven en zonas rurales de Tapachula. La hija adolescente de Flerend, platica con una amiga en una zona alejada de la ciudad, en donde autoridades de migración no puedan capturarlas. Foto: Duilio Rodríguez


Miles de personas migrantes viven en pequeños cuartos que miden entre 10m2 y 12m2, conocidos como cuarterías en Tapachula, Chiapas. Foto: Duilio Rodríguez


Un peluquero en le hace unas trenzas a su paisano de Haití. La comunidad de afrodescendientes trabaja y participa activamente en Chiapas, donde se calcula que hay mas de 40 mil personas migrantes. Foto: Duilio Rodríguez


Personas haitianas, esperan ser atendidas en una pequeña clínica en Tijuana, Baja California. Foto: Duilio Rodríguez


Personas migrantes de Haití se reúnen en las calles del centro de Tapachula, Chiapas, en México, para vender productos de belleza y trabajar como estilistas. Los grupos de migrantes afrodescendientes que están varados en la frontera sur de México aportan con sus conocimientos a la cultura de México. Foto: Duilio Rodríguez


Betty nació en Haití y viajó hasta Tapachula, Chiapas, México. Cuando salió de su país natal hace 8 años se instaló en Ecuador donde nacieron sus dos hijos. Al inicio de 2021, vendieron sus pocas pertenencias e iniciaron el camino a Estados Unidos. Para llega ahí tuvieron que pasar por la selva del Darién. ahí: “ Robaron, violaron y mataron a muchos de nosotros. Es una mezcla de dolor, miedo. De todo” asegura Betty. Foto: Duilio Rodríguez
Cientos de personas migrantes son detenidas en la frontera sur de México, agentes de migración y Guardia Nacional suben al transporte público para buscar principalmente a personas afrodescendientes que son fácilmente identificables por su color de piel. Un agente migratorio baja del transporte publico a una familia para revisar sus documentos, unos minutos después la familia de migrantes es detenida y transportada a una oficina migratoria en Chiapas. Foto: Duilio Rodríguez
Familias de afrodecendientes son detenidas en las calles de Chiapas por agentes migratorios, con apoyo de la Guardia Nacional son transportadas en autobuses para ser deportadas a Guatemala. Un hombre junto a su esposa e hijo procedentes de Haití, son retenidos en un autobús del Instituto Nacional de Migración para ser deportados de México a Guatemala. Foto: Duilio Rodríguez
Un joven africano intenta atrapar unos polluelos, que después venderá entre la comunidad de haitianos que viven Tijuana, Baja California. Foto: Duilio Rodríguez

Flerend, es chef y busca  salir de México para radicar en los Estados Unidos. Actualmente él y su familia lograron cruzar la frontera de México y viven en los Estados Unidos. Foto Duilio Rodriguez

Campamento provisional en las calles de Tijuana, frontera con los Estados Unidos, donde viven personas migrantes en tiendas de plástico. En la foto aparece Julién viajó desde Chile para tratar de alcanzar a su esposa e hijo, que viven en Miami. Foto Duilio Rodríguez
Las calles de Tapachula han cambiado su rostro con la presencia de vendedores de comida y productos para personas de Haití. Foto Duilio Rodríguez
Miles de personas migrantes hacen fila en oficinas de para conseguir documentos que les permita permanecer en México. Foto: Duilio Rodríguez.
En la Plaza de Tapachula los domingos son los días de reunión para miles de personas afrodescendientes. Foto: Duilio Rodríguez
El esposo de Betty (quien prefiere el anonimato), discute con otros miembros de la comunidad haitiana la forma como intentarán salir de México para llegar a Estados Unidos de América. Él y su familia han esperado 4 meses un papel del INM (Instituto Nacional de Migración) que les permita transitar por territorio mexicano. Foto: Duilio Rodríguez.
Una familia de personas migrantes de Haití que prefieren omitir su nombre, descansan en uno de los cuartos que rentan cerca de las oficinas de la COMAR (Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados) en Tapachula, Chiapas. Los migrantes de origen africano que llegan a Chiapas, México, comparten pequeñas viviendas de diez metros cuadrados, llamadas «cuarterías». Más de 40.000 migrantes viven en la ciudad de Tapachula a la espera de obtener papeles que les permitan trabajar y circular libremente por el país. Foto: Duilio Rodríguez.
Una mujer de origen africano espera ingresar al alberque Juventud 2000 que recibe personas migrantes en Tijuana, Baja California. Personas afrodescendientes que logran llegar a la frontera norte de México en su mayoría provenientes de Haití buscan lugares donde puedan dormir, comer y bañarse mientras logran pasar a los Estados Unidos de América. Foto: Duilio Rodríguez. 
Joy es enfermera. Abandonó Camerún y ahora sobrevive de la ayuda de organizaciones de acogida para personas migrantes en Tijuana. Foto: Duilio Rodríguez.
La última vez que Peterson vio a su hijo, en 2016, tenía un año de edad. Ahora el pequeño vive en Canadá con su mamá. “Cinco años sin ver a mi hijo es muy triste para mí”, dice Peterson en la casa de 16 habitaciones donde vive a las afueras de la ciudad de Tijuana. Foto: Duilio Rodríguez.
Betty, en la cuartería donde vive. Foto Duilio Rodríguez.
Peterson entra a su casa que se encuentra en la zona periférica de Tijuana, donde las rentas son más baratas. Foto: Duilio Rodríguez.
Cuartería. Tapachula, Chiapas. Foto: Duilio Rodríguez.
Julién enfrenta el problema de reunir el dinero suficiente para viajar a Miami y encontrarse con su familia que viajó por tierra miles de kilómetros desde Chile. Foto: Duilio Rodríguez









Editor y fotógrafo documental, retrato, multimedia y vídeo. Dos veces ganador del Premio Nacional de Fotografía Rostros de la Discriminación.