De lo moderno a lo freudiano y el ser mexicano

4 septiembre, 2020

Toda teoría e innovación, cuando es exportada o traducida, es de alguna manera alterada. ¿Es el psicoanálisis que conocemos en México, cercano a lo que propuso Freud? El autor cree que probablemente lo que más se queda en el imaginario podrían ser son los elementos más controversiales.

Daniel Medina Reyes*

Designamos, proponemos y opinamos sobre todo bien o mal presente o ausente en el mundo. Nuestro estatuto de sujetos pensantes articuladores de ideas nos da materia prima para creaciones diversas y espacios proliferan para ello. Sin embargo, el elemento de completud o acabado nos acecha y nos hace recular. Toda teoría e innovación difícilmente pasa a su sana prudencia de lejanía, vista, estudio y rescate de sus elementos más importantes, siendo las más controversiales, las más consumidas y desechadas con voracidad.

   El individualismo moderno descrito por Lipovetsky nos deja aquel sin sabor del malestar, del placer, de la sensación de vida misma por una necesidad imperante de bienestar y felicidad violenta. Las agresiones son satanizadas sin saber sus raíces o en el peor de los casos sin querer saber de ellas, donde la corrección establece su manejo y su destino. ¿Dónde es que la imagen sustituyó lo estético? Entiéndase lo segundo como esa realidad que a pesar de sus pruebas no se agota,  como nos dice Braque. Es aquello verdadero de lugares y espacios lo que resulta complejo de digerir, la oposición se vuelve sinónimo de ser pensante, oponerse por oponerse ¿Cómo saber que eso no es simple ejercicio de desplazamiento?

   Cuando Freud propone sus tres ensayos de una teoría sexual, revoluciona aquella región Europea meca de la modernidad, donde aquella ciudad que nos describe bellamente José María Pérez Gay sirve de estimulante para ubicarnos en ese periodo entre guerras, de esa Viena de principios de los 1900, ahí donde las dudas aquejaban más que toda certeza cuyos estragos había ya comenzado a dejar.

   Las oposiciones surgen como es de esperar para todo texto escandaloso de su época. Pero es hasta 1924 y 1925 cuando los textos que más adeptos y opositores adquiere son publicados. Éstos se encuentran atravesados por su época y aún en nuestros días son tema de debate: “El sepultamiento del complejo de Edipo” y “Algunas consecuencias psíquicas de la diferencia anatómica entre los sexos”, son los escritos que le han valido a Freud las críticas al punto de definir su teoría como obsoleta e intrascendente para las modernas afecciones políticas. O incluso [se le ha tachado] como contradictoria de los movimientos sociales actuales, reduciéndola así a un simple escrito misógino y falocentrista que nada sabe de la corrección política de nuestros días. Donde la lectura, práctica y discusión se extravían con gran facilidad entre aquellas “…consecuencias psíquicas…” de lo que nuestra historia personal requiere, haciendo que nuestra propia postura se mezcle en un discurso colectivo que nos termina por callar por su sola rectitud y modernidad. Donde asumirse superado es la carta única de nuestro saber y sensación de avance en los malestares particulares que se vuelven colectivos por la necesidad a la cual nuestra modernidad nos empuja. Nos hacemos un “todos”. 

 Pensar que la conectividad resuelve el tránsito o exportación de la cultura, sería creer que McDonald’s sabe igual en todo el mundo. La importación terminó siendo una traducción donde toda la confianza es depositada en su intérprete y no en quien escribió. 

¿Qué sucede en México a principios de los 1900 o 1920 ‘s? ¿Es recibido Freud con la misma necesidad que existía en aquella Europa? Pareciera que el elemento de pérdida en su tiempo y traducción lo hemos pasado de largo. Freud, siendo el fundador del psicoanálisis no es su difusor; las pérdidas que ocurren en el “de boca en boca” habrían causado estragos en lo que conocemos actualmente, cosa que estamos advertidos quienes lo practicamos o quienes se sirven de él, pero un grueso de opositores y adeptos a su teoría. Esta teoría,  hasta nuestros días se moviliza, se encuentra en replanteamientos constantes y diversos en busca de diálogos con sus opositores y accediendo al aclarar sus malos entendidos, sus virajes, pero buscando sostener una de sus más puras esencias, su carácter subversivo.

De México y su posible recepción

 No es desdeñable un pensar histórico donde la historia más allá de lo anecdótico brinde otros elementos posibles para una discusión. Si bien nuestro acceso a las ideas , teorías, tendencias o modos extranjeros es más sencillo, no escapa a su reconocimiento y responsabilidad histórica, siendo herencia las radicalizaciones , revueltas, el charrismo, pero también su ateneo en nuestro país; donde los escritos y el servilismo político son y serán la moneda de cambio de una revolución inconclusa y diluida por el paso del tiempo. La contradicción se vuelve el lastre de nuestra identidad.

 La renuncia al discurso externo no es tampoco la vía posible para la obtención de identidad; nuestra lucha y nuestra violencia se muestra propia, donde su mexicanidad por muy aterradora que pueda sonar es y será parte de nuestra cotidianidad. ¿Es el tema de la contradicción nuestro mayor lastre? O ¿Es la posibilidad de un replanteamiento?

Toda oposición es viable, posible y legítima. Sin embargo, la idea de una estructura pura sirve de utopía. Es la contradicción en nuestros actos y vida lo que da lugar y hace legítimo nuestro vivir; es ahí donde lo puro o completo se disipa, lo criticable emerge pero no por ello debe ser callado/cancelado.

 ¿Ha sido la teoría freudiana, y más aún, la teoría psicoanalítica recibida en nuestro país con sus aristas? ¿Es factible pensar que hemos recibido cualquier otra idea o teoría pura en su esencia para lo cual fue concebida?

 Tal vez nos hemos adelantado a saber, sin poder contextualizar; y esto implica que muchos tantos se han quedado atrás. 

*Psicoanalista.

Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.

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