De estigmas y migrantes

23 julio, 2019

Microfilme Postal, columna de opinión por Daliri Oropeza Alvarez

¿Hasta dónde pueden llegar los muros de las fronteras? Todas las personas migrantes comparten problemas derivados de la discriminación estructural en México. Se extienden los muros y con ellos la xenofobia

@Dal_air

¿Hasta dónde pueden llegar los muros de las fronteras?

Entra la Guardia Nacional.

El camión que regresa de Chiapas rumbo al norte se detuvo segundos antes. Son los de bajo costo en los que suelo viajar. Acabamos de pasar San Cristóbal de las Casas.

Da la sensación de permanecer en un estado militarizado. Es aún de día.

Son dos personas de la Policía Federal, una del Instituto Nacional de Migración y dos de la Guardia Nacional los que inspeccionan el camión.

Justo a mi lado viene sentada una niña, acompañada de un hombre de no más de 40 años.

Los agentes pasaron mirando meticulosamente a todas las personas en el camión, asiento por asiento.

Al viajar desde Chiapas, los retenes solían ser de noche, solo me habían tocado a las afueras de Tuxtla, nunca saliendo de la turística San Cristóbal. Es la primera, observo cómo suben los adiestrados guardias nacionales con su nuevo brazalete que dice GN en sus uniformes semi camuflados.

Miran detenidamente a todos lo pasajeros, menos a la güera. Aunque parece extranjera, no le piden que se identifique, como sí hacen con varios más, que son de pueblos de Chiapas y responden en tsotsil. Todo va de su aspecto.

El guardia se sigue de largo y el agente del Inami suelta una pregunta que el hombre acompañado de una niña, no supo contestar. Veo su cara de preocupación. Tampoco muestra ninguna identificación. Entre tres le piden que baje del camión y lo toman del brazo al igual que a la niña.

Abajo, en mero monte, los entrevistan por varios minutos. El camión sigue sin avanzar. Por ver esto, no me di cuenta que el otro equipo de agentes ya había bajado a otro hombre con un bebé en brazos y dos niños a su costado.

De nuevo sube el guardia nacional con un agente del Inami y al inicio de los asientos, sin chistar, toman del brazo a una mujer de chamarra rosa que sostenía un bebé entre cobijas afelpadas, la bajan.

Su esposo la había delatado. Tal vez ella hubiese seguido el camino sin él.

Me cambio al lugar vacío que dejaron los migrantes para ver qué sucede en el retén, la mujer de chamarra rosa se para junto al hombre con la niña que estaban a mi lado y ahora están parados en el pasto.

El camión queda en silencio. Se miran unos a otros como buscando quien más sigue.

En sus asientos quedaron sus botellas de agua de sabor y un gorrito que la niña traía puesto pues hacía frío, rosa con rayas café.

¿Cómo sabían los agentes quiénes son los migrantes, cómo fueron directo por ellos?

Están adiestrados como policías, asegura Margarita Nuñez, doctorante especialista en temas de migración, quien ha seguido las caravanas desde finales del 2018:

“Revisamos los manuales y entrevistamos sobre el modo en que los capacitan, básicamente les enseñan como policías que tienen que controlar a las personas migrantes, la base es que los migrantes pueden agredir y ellos deben someterlos, les enseñan y justamente cuando a veces lo académicos hablamos de la securitización de las fronteras de como se ve como una amenaza, para el Inami son percibidos como amenaza”.

Pero ese discurso se recicla en las conversaciones, las ideas que se transmiten y en los medios de comunicación.

De acuerdo con Sara Salazar, voluntaria en albergues de todo el país y especialista en hospitalidad y migración, hay un estigma de que son delincuentes, incluso, el aumento de delitos en el transporte publico, las poblaciones las adjudican a los migrantes: “me sorprende cómo comparten esa información sin tener certezas”.

De hecho, uno de los delitos y derechos humanos violados en México contra personas migrantes es el derecho a la no discriminación y el derecho a un trato digno, tanto en el camino o mediante el abuso de autoridad, de acuerdo con lo documentado por la Red de Documentación de las Organizaciones Defensoras de Migrantes (REDODEM).

De acuerdo con el Conapred, los grupos de migrantes más discriminados son los que pasan de manera irregular, “quienes pasan por el país sin la documentación oficial necesaria para llegar a su destino”, y de manera similar, la discriminación está latente en quienes son personas migrantes en retorno (mexicanas o extranjeras) desde Estados Unidos.

“Todas las personas migrantes comparten problemas derivados de la discriminación estructural”, en donde la mitad de los expedientes abiertos por actos de discriminación, entre 2012 y junio, realizados por autoridades.

“Cada vez hay más discriminación, ahora que se está legitimando el discurso racista desde el norte, hasta hay convocatorias para sacar los migrantes de los pueblos, hay por ejemplo llamados en Tapachula para organizarse en el parque y sacarlos, tapachultecos unidos vamos a sacar a los migrantes, dicen, tienen las calles sucias, se quejan, eso no se veía antes, hasta después de las caravanas”, describe Margarita.

La discriminación estructural es una de las causas más importantes de que no se respeten los derechos humanos de las personas migrantes en el país, asegura Conapred, y si bien siempre se ha manifestado xenofobia contra personas de Centroamérica, ahora es más abiertamente. Eso se reproduce en los agentes de migración, denuncia Margarita. Aún así recalca que siempre hay gente solidaria en la ruta migrante.

De acuerdo con Sara, la discriminación también obliga a los migrantes a elegir las rutas peligrosas, “cuando llegan a Guatemala y cruzan esa frontera, los agentes les empiezan a pedir cuotas, cometen abusos a las mujeres y niños, más si vienen solas o solos, se aprovechan”, las dinámicas legales se envuelven desesperantes ante la falta de compresión de quienes atienden.

Según la Encuesta Nacional de Migración de la UNAM, “los extranjeros” son, junto con “las personas más ricas”, el grupo respecto al que más desconfianza se tiene en el país. Además, una quinta parte de la población mexicana cree que los extranjeros debilitan “nuestras costumbres y tradiciones”, y ese mismo porcentaje cree que los migrantes ya “son demasiados”, a pesar de que México tiene una de las proporciones de población extranjera más bajas del continente, al grado de que cuatro de cada 10 personas no rentarían un cuarto de su casa a personas extranjeras, y casi la mitad de la población (46.9%) estaría poco o nada de acuerdo con que se eligiera a a una persona nacida en el extranjero (con padre o madre mexicana) para la Presidencia de la República.

Si bien el presidente López Obrador dice que hace valer la ley en cuanto al paso regular de personas extranjeras, el Coneval detalla que uno de los desafíos más importantes respecto a las personas migrantes es reformar o eliminar los contenidos discriminatorios de muchas
leyes y reglamentos del país que impiden el disfrute de los derechos humanos, ya que la propia Ley de Migración y su reglamento tienen contenidos discriminatorios, como ocurre en materia laboral.

Los muros, después de ser alzados en las fronteras, luego pueden ser alzados en las mentes con mayor facilidad.

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