De Ciudad Juárez a la diamantina rosa: 27 años de impunidad en feminicidios

28 diciembre, 2020

La Nota Roja es un podcast de 10 capítulos que reúne las historias de Alma, Esmeralda, Alejandra, Silvia Olga, Elizabeth, Andrea, Dana, mujeres desaparecidas y asesinadas en Ciudad Juárez, el municipio donde comenzó la pandemia de feminicidios en México

Texto: Vania Pigeonutt

Fotos: cortesía Producción The Red Note

CIUDAD DE MÉXICO.- Esmeralda Castillo Rincón desapareció en Ciudad Juárez, Chihuahua, el 19 de mayo de 2009 camino a la secundaria. Tenía 14 años y cursaba el segundo grado. Su desaparición ocurrió 16 años después de que la policía estatal descubriera el cuerpo de Alma en el desierto: ella fue considerada la primera mujer asesinada en la ciudad que ha sido epicentro de violencias feminicidas.

El papá de Esmeralda, José Luis Castillo Carreón es un hombre de 60 años convertido en activista, tiene 11 años y cinco meses buscando a su hija. Es claro: en estos 27 años desde la primera mujer encontrada asesinada en su municipio, los feminicidios y desapariciones de mujeres han aumentado. Prevalece la impunidad y falta de interés para que estos casos se resuelvan. Dejan a las familias solas con sus búsquedas.

 Las autoridades no investigan y hacen sus procesos revictimizantes, dice.

Para deslindarse de muchos de los casos de desaparición y para no hacer su trabajo de búsqueda y encontrar a la chica desaparecida, te dicen: ‘no pues, ya murió’. Muchas de las veces se encuentran restos óseos, que posiblemente sean del mismo cuerpo; y les hablan a las madres, y entregan un hueso o dos, y les dicen: ‘ya su hija murió’”, explica Castillo.

El 16 de agosto de 2019, en el contexto de las protestas por el movimiento #nomecuidanmeviolan, contra la violencia policial, José Luis lanzó diamantina rosa y pidió: “no se olviden de mi niña”.

Él sigue en campo, y su esposa Alicia Rincón vende hamburguesas afuera de su casa para seguir financiando la búsqueda.

El caso de Esmeralda es narrado en el pódcast de La Nota Roja, que en 10 capítulos de 40 minutos profundiza en el fenómeno de feminicidio en Ciudad Juárez, como una ilustración de esta violencia que inició en 1993, pero que se expandió en diferentes estados y se diversificó: las mujeres no sólo son asesinadas, pueden ser desaparecidas, y violentadas sexualmente. Es un problema de América Latina y del mundo.

El objetivo del pódcast dice la productora Estefanía Bonilla a Pie de Página, es explicar el fenómeno feminicida desde el punto de vista histórico, antropológico y sociológico. 

“En 1993 es cuando se empieza a registrar en Ciudad Juárez todo el tema de los abusos de feminicidio y de las desapariciones de mujeres que también da con la coyuntura de lo que es frontera con el Tratado de Libre Comercio (TLC) y con todo este tipo de movimiento sociales y económicos que también se dan en relación con Estados Unidos y México, toda esta serie de tráfico ilegal en todo sentido”, explica.

El cineasta Craig Whitney, quien escribió la serie considera que “la historia pública es también una historia personal a la de las víctimas y sus familias. El problema del feminicidio es nacional… pero la manifestación en Juárez tiene elementos únicos: hay trata de personas, tráfico de drogas y armas en los Estados Unidos. Es una razón por qué este fenómeno, esta pandemia de feminicidios en México comienza en Juárez”.

Juárez, Tijuana y Acapulco, los municipios de mayor incidencia 

Hace unos días, la Organización de las Naciones Unidas (ONU)– Mujeres presentó junto al Instituto Nacional de la Mujer el informe anual: “Violencia Feminicida en México, aproximaciones y tendencias”. El documento coloca a Juárez; Tijuana, Baja California y Acapulco, Guerrero como los municipios con la mayor incidencia de casos durante el tiempo que comprende el estudio 1990 hasta 2019.

En 2019, Chihuahua fue el segundo lugar en casos de homicidio con presunción de feminicidio, con el 14.1 por ciento, mientras que Colima ocupa el primer lugar en número de casos y una tasa del 20.3 por ciento.

Que Juárez siga en los primeros sitios en cuanto a asesinatos de mujeres, precisa Whitney, no es casual. Si bien allí comienza la historia del feminicidio en el país, hay cosas híperlocales al ser una cuidad fronteriza. “La realidad si es que a una autoridad no le conviene tener que estar resolviendo estos crímenes, es muy probable que se estén beneficiando de todo esto que está ocurriendo”.

Considera lo mismo que José Luis Castillo, quien cree que los cambios generados en México, en cuanto a feminicidios, en leyes contra la impunidad de estas violencias contras las mujeres, se han logrado gracias a las familias y su organización colectiva. 

“Ha sido gracias a ellos, que se lograron los mecanismos con las fiscalías especializadas; la Ley Olimpia, La Ley Ingrid, y eso ha sido gracias a esas feministas radicales que tanto critican que van y rompen vidrios y pintan paredes”, considera.

En la investigación, en la cual también participa la periodista juarense, Alicia Fernández, Whitney y el equipo de la Nota Roja descubrieron circunstancias que tienen que ver con el tráfico de personas, drogas y armas y el tráfico de otras violencias. “Ahí es donde empieza a hacerse una situación sistemática o muy compleja”. 

Un hueso no es Esmeralda 

José Luis Castillo recibió una llamada en 2015. Le avisaron que su hija fue encontrada muerta. Cuando le avisaron le dijeron que desafortunadamente se encontraron puros restos óseos, pero la prueba de ADN coincide a la de Esmeralda. 

Al día siguiente de ir al Servicio Médico Forense (Semefo) a reconocer los huesos y que hicieran un segundo ADN, le dijeron: ‘no, no es necesario pedir un segundo examen’. José Luis les dijo:“¿Por qué no?” y le dijeron: ‘Porque estos restos ya vienen de laboratorio  que se encuentra en Estados Unidos, ya es el segundo examen que les hacemos’. 

–Oye entonces, ¿por qué cuando les hiciste el primer examen, aquí en Juárez, no me notificaste a mí, que ya habías encontrado algunos restos, que daban con nuestro ADN, y que posiblemente fueran de Esmeralda.

–¡Ah, no! es que ya lo conocemos a usted que es activista y que usted, luego, luego le va a sacar a la prensa, y por eso no le quisimos avisar.

Cuando llegó al Semefo encontró no huesos sino un hueso, una tibia, la derecha. Él reclamó la insensibilidad. Quien lo llevó a la identificación le dijo: “capaz a usted le conviene más decir que Esmeralda ya está muerta, porque se le va a pagar una cantidad fuerte de dinero, y lo vamos a apoyar con una casa, o con una troca para que no ande de pie”. 

Nunca hubo una explicación de cómo murió en versión de las autoridades. Por eso él jamás creyó, en todo caso hay gente que vive sin una pierna, pero el Ministerio Público ya había dicho de que Esmeralda estaba sin vida. La judicialización de la carpeta de Esmeralda, clasificando el delito como feminicidio, sin tener una explicación de cómo falleció y cuál fue la causa de su muerte, obligó a Castillo a tener que sacar su expediente clasificado como feminicidio a la Fiscalía de búsqueda de personas.

José Luis lamenta que sean sobre todo las mamás quienes están buscando a sus hijos. “No es justo que nosotros los padres de familia tengamos que hacer los rastreos, para buscar a nuestras hijas, y a nuestros seres queridos, y encontrarlos tanto en Chihuahua, en Guerrero, Tijuana y las autoridades”.

En todo este tiempo ha hecho actividades con colectivos para seguir luchando. Su mayor urgencia es venir a la Ciudad de México a buscar a Esmeralda desde una llamada que recibió supuestamente de la universidad donde estudiaba. Ha recibido indicios de que vive, pero no tiene el dinero para buscarla.

“Nosotros los rastreadores, los colectivos tenemos que andar prácticamente pidiéndole limosna a las autoridades para que nos proporcionen para viajes, para viáticos… hasta siquiera para darme 50, 60 litros, de gasolina. Cuando nosotros los padres vamos a hacer el trabajo que les corresponde a ellos, por lo cual, el pueblo les está pagando, y todavía nos miran: ‘ahí vienen los pobres, llorones a ver qué les damos, dales un hueso para que no estén chingando ‘”.

Indolencia exacerbada

Durante la investigación de este podcast lo que más destacó fue la impunidad prevaleciente. “Hay problemas con el sistema el gobierno, pero la gente de México se fleta, son increíbles. Pienso que si vamos a cambiar el problema de feminicidio, será la gente, es como el problema de feminicidios”, considera Whitney.

“De inicio, la sociedad debe concientizarse y entender de si ya tenemos esta interconexión gracias al internet, a esta transnacionalización de recursos económicos, políticos y tecnológicos, es momento de pensarnos como la sociedad global, y por esa razón iniciativas como la de Las Tesis en Chile que tiene la repercusión a nivel internacional, Vivir Quintana con su canción Sin Miedo”, planea Estefanía.

Considera que la conversación debe continuar. La gente debe enterarse de la génesis de este fenómeno de violencia feminicida. El proyecto está disponible en español e inglés como The red note. En nuestro idioma es narrado por la periodista Lydia Cacho.  Está disponible en Apple Podcast, y SpotifyPodcast.

«Te van a quitar esa oportunidad»

José Luis recuerda cómo era su vida antes de la desaparición de Esmeralda: trabajaba en el ayuntamiento e Ciudad Juárez en el área de Control de Tráfico, el cual tenía a su cargo los semáforos, las líneas amarillas, las líneas que están en los cruces peatonales, donde no se puede estacionar la gente.

Esmeralda por esos días soñaba con ser veterinaria y él se enfermó. Así que permitió que lo inyectara, al fin de cuentas había practicado con naranjas. Al día siguiente José Luis amaneció mejor. 

–¿No fuiste a la escuela?

– No, no pa, yo me quiero quedar a cuidarte.

Le dije: “hija, ya faltan 15 días, ya vas a entrar al curso del ajedrez, a nivel estatal, faltas mucho, te van a quitar esa oportunidad.

Ese día José Luis por su gripe no pudo llevarla a la secundaria. Esmeralda nunca andaba sola. Él se arrepiente de haberle exigido que se fuera a la escuela. Desde ese 19 de mayo de 2009, no la ve.