Comprar boletos para la llamada “rifa del avión” se convirtió en un acto político, la suerte estuvo de más para las miles de personas que se apelotonaron para adquirir un boleto a última hora. Para muchos, como en los tiempos de “tata” Cárdenas, fue el momento de mostrar su apoyo al proyecto de Andrés Manuel López Obrador
Texto: José Ignacio De Alba
Fotos: José Ignacio de Alba, Daniel Lobato y María Ruiz
A las dos de la tarde era el cierre oficial. Pero en un país que llega tarde a todos lados la gente logró que se extendiera el horario por casi una hora más, “hasta que se acabaran los boletos”. Aún así, los compradores no dejaron de estar angustiados, unos por desembolsar sus 500 pesos y otros por no alcanzar un “cachito”.
Afuera del edificio de la Lotería Nacional, en un par de pequeñas casetas de lámina, concentraron los últimos boletos en la ciudad. La rifa no tiene precedente. Por un lado, la inédita bolsa de premios de 2 mil millones de pesos, por el otro: una potente carga política, donde el presidente Andrés Manuel López Obrador midió el respaldo popular a su gobierno.
Juana es zapoteca, de San Pedro Ixtlahuaca, Oaxaca. Explica sus razones:
“Como dicen, antes cuando estaba el general Lázaro Cárdenas la gente apoyó con su pollito, con su borreguito, con muchos animalitos. Por eso vengo apoyando a nuestro presidente”.
En 1938 el gobierno de Lázaro Cárdenas nacionalizó la industria petrolera de México, para pagar parte de la indemnizaciones a las compañías británicas y estadounidenses los mexicanos aportaron de forma voluntaria dinero, animales, ropa y otros objetos. El hecho es rememorado como un momento cumbre del nacionalismo mexicano.
Para Juana, de 58 años, participar en la “rifa del avión” es algo parecido. Ella vende artesanías en el Centro Histórico y explica que juntar los 500 pesos para el boleto le costó varios días “ahorrando de veinte en veinte”.
-¿Qué haría si se saca uno de los premios de 20 millones?
-Ahorita uno viene con la mentalidad de ayudar. Pero igual si nos lo sacamos pues apoyar a nuestro pueblo.
Le pregunto a Juana cuál es la cantidad más grande de dinero que ha tenido en su vida, la mujer responde: “lo más que yo he ahorrado son 5 mil pesos”.
Desde su campaña a la presidencia, López Obrador, anunció que no se subiría al Boeing 787-8 adquirido por el gobierno de Felipe Calderón. “¿Cómo se va a desplazar un presidente en un avión de lujo habiendo más de 60 millones de ciudadanos en la pobreza?”, dijo en una de sus conferencias. Pero vender la aeronave de 218 millones de dólares ha supuesto un reto.
Después de varios meses sin encontrar interesados en el mercado internacional, el gobierno de López Obrador anunció una rifa que equivaldría al costo del avión. La idea, para muchos disparatada, se convirtió en un termómetro de la popularidad del presidente.
El reto ya no sólo era vender el Boeing, sino 6 millones de boletos de lotería. El gobierno informó que los fondos recaudados se utilizarán para comprar equipos médicos y arreglar hospitales.
Para el 11 de septiembre el gobierno informó que ya se habían vendido más de 4 millones de boletos, casi el 70 por ciento.
Pero a pocas horas del sorteo miles de personas iniciaron una frenética búsqueda de billetes de Lotería en Ciudad de México. Al final no importó llevarse los números menos prometedores, con tal de llevarse algo “pues ya, deme el 02” dijo un desesperado.
En la familia Galván se juntaron varios para poder comprar un billete de Lotería, a Alejandro le tocó ir a comprarlo. El herrero de 42 años llegó minutos antes de que acabara la venta de “cachitos”, con los 500 pesos se llevó uno de los últimos números.
-¿Por qué se gastaron 500 pesos en comprar un billete de Lotería?
-Pues sí está bastante caro, pero como esto va a ir en apoyo de los hospitales, realmente no es un gasto que incomode. Sí es un gasto significativo, pero al menos este gobierno ha demostrado que ayuda a la gente y que quiere hacer cambios. No es como los gobiernos anteriores que robaron lo más que pudieron.
-¿Qué harías si te lo sacas?
-Pondría un taller y a lo mejor un bien inmueble, un carrito, algo que haga falta. Pero para un negocio estaría bueno.
Alejandro atesora su boleto.
Miles de personas se arremolinaron, a pesar de la pandemia, por compra boletos. La concurrencia ameritó la presencia de Protección Civil que calmó a los presentes: “hay para todos”.
Pedro García no tiene la suerte de tener 500 pesos para comprar un boleto. Pero de todos modos acudió a la Lotería Nacional a apoyar a la gente que sí puedo comprar su “cachito”. La gente no lo toma muy en serio, pero él de todos modos aconseja: “no hay que dejar de apoyar, este gobierno es la última oportunidad que tenemos para salir de jodidos”.
López Obrador eligió la simbólica fecha del Grito de Independencia como la indicada para la rifa. Una celebración en que las personas que hicieron fila para conseguir un boleto de lotería no pudieron replicarse sobre la plancha del Zócalo capitalino, por la pandemia de covid-19.
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