Danza y ecología: un viaje sensorial por el cuidado del agua

27 mayo, 2025

El Colectivo Caudal reestrenó la pieza escénica de danza para las infancias “Espejos de Agua. Un viaje por las memorias del planeta de agua”: un viaje de sensibilización y cuidado mutuo

Texto y fotos: Laura Buconi

CIUDAD DE MÉXICO. – «Cuentan las abuelas que existen mujeres en las montañas que abrazan al mundo. Las mujeres montaña se convierten en aire y bailan en la tierra. Las mujeres de aire y de tierra viajan por todos los mares, lagunas y ríos, pidiéndole a todo el universo que haya agua, mucha agua, muchas flores y mucha lluvia.”

“Las mujeres de cielo viajan por todas las estrellas y recorren todos los planetas. Vuelan tan rápido que sus cabellos se convierten en un planeta. Su cabello también se convierte en olas de mar, gira en espiral, llega a la luna, llega a las nubes, sale volando fuera de la Tierra. Ahí danza, danza  con las estrellas fugaces, y baila y baila sin parar. cuando regresa a la tierra llega hasta el mar y le pide que ya no haya sequía, y que los cantos y el corazón de les niñes cuiden todos los lagos, los mares y las lagunas.”

Con estas palabras Rocío Nejapa inaugura el reestreno de la obra de danza Espejos de Agua. Un viaje por las memorias del planeta de agua, el pasado viernes 23 de mayo, en el jardín de Niños Giruyu, en el Pueblo de Santa Fé, Ciudad de México.

Cuidado del agua a través del cuidado mutuo

Esta pieza escénica representa “un llamado por el cuidado del agua a través de un viaje onírico de gestos y movimientos. Acciones poéticas y lúdicas que invitan a recordar que los humanos somos seres de agua en un planeta de agua”, explica Rocío Nejapa.

Dos  guardianas de las montañas se encargan de mantener el equilibrio del  agua en  la tierra para la sobrevivencia de los habitantes del planeta azul. Mediante la danza y la participación de objetos animados como conchas del mar, espejos plumas y flores, guían a las infancias en un viaje imaginario que manifiesta la importancia del cuidado del agua. 

La mujer de tierra y la mujer de viento guían al espectador a descubrir su papel fundamental en el cuidado del agua y de la vida en la tierra.  La danza  entreteje sonidos entrelazados con un canto sutil, el juego de la ronda y ejercicios de activación corporal  para invitar a  las infancias a participar desde el vínculo sensorial de manera afectiva y simbólica.

La pieza escénica honra el cuidado del agua tomando como punto de partida la memoria simbólica de nuestros cuerpos fluidos. La coreografía está acompañada de una  microhistoria en ocho escenas inspirada en la contemplación de los cuerpos de agua y en la ancestralidad de la oralidad. “Mi madre es de la sierra de Guerrero, y recuerdo que allá eran comunes las danzas para la petición de lluvia” y las historias orales , recuerda Rocío.

Sensibilizar a las infancias: la meta

Colectivo Caudal está integrado por las artistas escénicas Rocio Nejapa y Majo Pérez Castro, quienes han desarrollado una metodología de ecopedagogía somática y una propuesta artística para promover el cuidado del agua. Han colaborado desde los saberes del cuerpo y lo sensible, en iniciativas de cuidado de cuerpos de agua, en la restauración de la Barranca Tacubaya y de la Barranca Tarango en colaboración con la Secretaría del Medio Ambiente (SEDEMA). El colectivo es socio artístico de la iniciativa  internacional Global Water Dances y han participado desde 2017 creando danzas comunitarias.

La obra Espejos de Agua parte de exploraciones que las artistas desarrollaron en cuerpos de agua. Parte de su propuesta ecosomatica es  desarrollar propuestas creativas  que aborden el cuidado del agua buscando llevar la representación a las escuelas.

“Con esta obra buscamos visibilizar la importancia del agua y sensibilizar a las infancias a la importancia de su cuidado mediante el vínculo afectivo. Es importante que en la educación ambiental no veamos  los ríos y a los mares solo como  recurso natural, más bien queremos recuperar la cosmovisión de nuestros antepasados que los sentían y pensaban como seres vivos”.

“En esta época tan fuertemente entrelazada al mundo digital, creemos fundamental fomentar en las infancias su conexión con el cuerpo, y desde ese punto de partida generar pequeñas memorias importantes para las infancias hacia un proceso de concientización, que les permita crear nuevos símbolos, regresar al cuerpo y a la sensación. Sentimos que el agua es un elemento que abraza esas complejidades y refleja simbólicamente las emociones y vínculos afectivos”, reflexiona Rocío.

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