El cortometraje, que experimenta con animación, periodismo y cine para contar una historia de no ficción sobre las búsquedas de personas desaparecidas en México, compite a mejor corto animado en los premios Ariel 2020
Texto: Ignacio Rosaslanda y María Ruiz
Fotos: Dalia sigue aquí
“Dalia Sigue Aquí” es un cortometraje de ficción animado que cuenta una historia de desaparición y búsqueda a través de Dalia, una niña de ocho años y su mascota Pelusa, una gallina valiente.
Su historia podría ser la de de miles de familias en México. El corto combina periodismo y cine, potenciando sus posibilidades a través de la animación y nos adentrará en el complejo contexto de la desaparición forzada y las familias en búsqueda.
Después de su paso por varios festivales nacionales como el Festival Internacional de Cine de Morelia (FICM), donde obtuvo una mención especial del jurado, está nominado a los premios Ariel 2020.
Sus creadores, Nuria Menchaca y Carlos Isaac, quienes fundaron su propia productora de animación No Budget Films, buscan, en 11 minutos, generar empatía con la angustia de perder y no encontrar a alguien que amas:
“Sentíamos que de pronto las estadísticas se pierden. Queríamos alejarnos de un discurso más documental y mostrar qué es lo que sienten los que se quedan. Para elegir a nuestro personaje principal pensamos en quién es la persona más vulnerable en México y escogimos a una niña. Su nombre es Dalia que es la flor nacional de México, una flor silvestre que se da en el campo», narra la directora Nuria Menchaca.
Todo surgió a partir de una serie de pláticas que sostuvieron con los periodistas Celia Guerrero y José Manuel Jiménez, quienes han trabajado el tema de desaparición forzada.
«Les pedí ver su archivo para entender este tema. Queríamos hablar sobre la desaparición que para nosotros era un tema nuevo y darle una salida diferente al periodismo. Celia se involucró en leer el guión y hacer un montón de notas y sugerencias», relata Menchaca.
El corto si es fantasioso pero tampoco queríamos ofender a nadie. Nuestra meta también es hablarle a las familias que buscan y contar la historia del desaparecido y lo que es nunca regresar, nunca reencontrarse».
Para el corto estudiaron las búsquedas de familiares en Veracruz, en Guerrero, el cómo en cada terreno se adaptan los familiares, porque no es lo mismo buscar en el norte que en el sur. También se basaron en el archivo fotográfico de Jiménez:
“José Manuel Jiménez me dio acceso a su archivo de todo el seguimiento que había dado a búsquedas. Había de todo, entrevistas, fotografía y video. Fosas, familiares, marchas. Todos estos elementos al final salen en el corto. Me aventé días enteros viendo sus materiales y organizándolos”, dice Menchaca.
«Acercarnos al periodismo fue encontrar la manera correcta de comunicar una historia que es emocional pero sin perder la perspectiva del hecho», explica el realizador, Carlos Isaac.
Porque la historia de Dalia es una ficción basada en hechos reales: las familias que buscan a sus ausentes en México, un país con 70 mil personas desaparecidas
“Un amigo nuestro de Chilpancingo nos contó de los transportistas y nos basamos en una historia que nos contó de cómo viven extorsión, que acaba derivando en la desaparición de sus familiares”
Pasar el tema del documental a la animación busca encontrar nuevas narrativas para visibilizar el tema, generar empatía y llegar a más personas:
«El periodismo pasa muy rápido, uno lee una historia y la puede entender y se puede sentir conmovido, pero a fin de cuentas siguen saliendo más y más historias similares y estas se pueden perder en la cantidad. El cine hace que las historias permanezcan. Por esto quisimos contar esta historia sin que fuera un documental o reportaje, salirnos de eso», dice la directora.
El cortometraje no solo basa su historia en archivos periodísticos, también los utiliza de manera orgánica. Los periódicos al fondo tienen su propósito. Buscan narrar el tiempo, ese que pasa mientras las familias buscan:
«Si bien estamos haciendo un homenaje a la labor periodística al hacer esta historia justificada y proyectada sobre periódicos, el otro discurso es que el tiempo pasa rápido y el mundo sigue a pesar de que los que están buscando permanezcan en un estado intermitente y en un limbo».
«Ellos se quedan en este estado de ausencia mientras el mundo pasa detrás de ellos; hay elecciones, hay nuevos casos de desaparición, hay casos de corrupción, de homicidios pero su vida se congeló en ese instante».
El punto inicial fue el final. A partir de esa escena desarrollaron la trama e incluyeron también la historia de cómo se dio la desaparición:
«En la parte más cruda de la historia sugerimos a través de flashbacks quiénes eran nuestros personajes y cómo ocurrió su desaparición. Sugerimos, porque así es en la realidad, tenemos indicios pero no sabemos con exactitud cómo desaparecen las personas», resalta Carlos Isaac.
El tiempo y las emociones también se sienten en su banda sonora. La música es una aliada para sentir, los diálogos no se extrañan. La voz de Ingrid Beaujean sumerge en la nostalgia, el violoncello de Luz María Frenk y el piano del también compositor Joselo Higareda marcan la oscuridad, la inocencia y la valentía durante la historia.
“Y pensar que no te vuelvo a ver, pasan los días y no te encuentro…y toda nuestra infancia quedó atrás y todos nuestros cuerpos ya no están. Regresar. Ser la niña que fui…”
-Corinho Blanco, Ingrid Beaujean
“El tiempo también está apoyado por la labor vocal. Esta canción (Corinho blanco) es como la voz que no tiene Dalia, (durante) todo el corto está este canto nostálgico de querer volver y también habla del paso del tiempo, de un hubiera, del tiempo que quisieras que no hubiera pasado” resalta el productor y guionista.
No Budget films, como irónicamente indica su nombre, comenzó a realizar animaciones por apenas mil pesos de presupuesto. Para hacer este cortometraje, sus realizadores tuvieron que dibujar a mano los 5 mil 200 fotogramas que integran la obra.
Imprimir cada uno sobre papel periódico, darles un tratamiento para que fuera legible la impresión y al mismo tiempo la nota. Finalmente registraron fotográficamente cada cuadro terminado, para así montar el video final. Este proceso les tomó alrededor de dos años.
“Un equipo de más de 90 personas trabajó arduamente, con poco presupuesto y recursos. Hay mucho apoyo por parte del Fonca, de patrocinadores privados como la Red de Periodistas de a Pie, La Jornada y otros colaboradores que lo hicieron posible”, recuerda Carlos Isaac.
Para Nuria Menchaca y Carlos Isaac no sólo la producción fue un reto, también la historia por sí misma:
“Encontrar una historia lo suficientemente emocional y bien contada para que no sólo fuera emotiva si no que no ofendiera a quien está viviendo el problema, que sí lo ven las familias les parezca apropiada”.
El corto ha generado diversas reacciones. Familiares que buscan a sus desaparecidos se les han acercado o les han escrito para agradecerles pero hay también quienes no entienden la historia.
«Hablamos con el jurado en el festival de Morelia, los extranjeros nos dijeron que ellos no entendieron, no tienen el contexto. Nos dijeron que la mención nos la había dado otra jurado mexicana que los había hecho entender. Tal vez por eso el cortometraje se ha exhibido principalmente en México».
Mucha de la gente que ve animación espera historias ligeras, a veces infantiles, por lo tanto, resulta un poco inesperado. Aunque Dalia sigue aquí no está pensado para niños, es un cortometraje que puede utilizarse para hablar a los pequeños sobre desaparición forzada.
Menchaca cuenta que no necesariamente son su público objetivo pero sí lo trataron cuidadosamente por si se les presentaba a niños también:
“Hay partes violentas o emocionalmente crudas pero no las estamos manejando de manera sangrienta para que se les permita a un público infantil entenderlo. Probamos la historia con una niña que queríamos que hiciera la voz de Dalia y entendió perfectamente lo que estaba pasando. También se presentó en el Centro Cultural España en una serie de pláticas sobre desaparición para niños y les pareció un buen instrumento para aterrizar el tema».
Para Menchaca e Isaac que se utilice su corto con este fin les parece algo bueno:
“Los niños están ligados a lo emocional y es importante aceptar las emociones que sientan, que puedan entender de dónde vienen y sentir empatía por otras personas, tanto niños que están viviendo esto en sus comunidades como niños que no. Si esto es un canal que nos permite abrir el tema a niños que mejor», dice.
Es muy difícil porque entienden todo y muchas veces no se habla de esto en casa o en la escuela. Los niños lo ven como una especie de tabú, saben que pasa pero no sé dice y no hablar de estas emociones aumenta el problema”, dice Menchaca.
El próximo 20 de septiembre se realizará la ceremonia de los Premios Ariel 2020.
Para Nuria Menchaca y Carlos Isaac ganar a mejor corto animado significa que a más personas les llegue la historia de Dalia y con ella la de miles de familias que buscan a sus desaparecidos:
“Ojalá seamos afortunados, no por enaltecer nuestro trabajo pero el hecho de que llegue a ganar le va a dar más visibilidad al tema y lo pondría en el reflector para seguir hablando de esto”.
El cortometraje cierra con una referencia a las 37 mil familias que buscaban a sus desaparecidos cuando lo comenzaron. Hoy , la cifra oficial actualizada es de más de 72 mil desaparecidos.
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