Esta fue la primera gran población en el Valle de México, su historia se remonta a hace más de 2 mil años. Pero el asentamiento tuvo un final de proporciones apocalípticas, una explosión volcánica destruyó el sitio y obligó a sus pobladores a huir

@ignaciodealba

El territorio que ahora abarca la Ciudad de México ha estado habitado durante miles de años, nómadas errantes acudieron a este prodigioso lugar para sobrevivir; la abundante agua atrajo buena fauna y generó tierras fértiles. En un sitio ubicado al sur de la cuenca, entre los lagos de Texcoco y Xochimilco se formó una de las poblaciones más numerosas de la época. 

Se sabe, con seguridad, que el centro de la vida comunitaria estaba regido por normas religiosas. Incluso los asentamientos en Cuicuilco se dieron alrededor de un adoratorio; hasta hoy sobrevive el basamento de éste, entre el cruce de Periférico e Insurgentes Sur. 

Se cree que el lugar empezó a ser habitado cerca del año mil antes de cristo, sus habitantes, dedicados a la agricultura, se sustentaron de animales de las vertientes del Valle de México, como el Bosque de Tlalpan. También por ahí viajaban hacia el occidente para intercambiar mercancías con regiones cercanas al Pacífico. 

Se cree que los pobladores del lugar también construyeron una represa para almacenar agua dulce. Ésta se alimentó, seguramente, del río que bajaba por el Bosque Tlalpan. En las excavaciones arqueológicas se pudo recuperar una parte del drenaje utilizado por los antiguos habitantes. Se calcula que el sitio fue habitado hasta por 40 mil personas. 

Las casas y construcciones se extendieron por toda la zona. Cuicuilco, en realidad cuenta con tres sitios arqueológicos, uno de ellos se ubica donde está la Villa Olímpica, otro de los lugares está en la parte alta del Bosque de Tlalpan. Además del principal, ubicado a un costado de Periférico Sur. 

Pero bajo los edificios del corporativo de Elektra, las oficinas de Grupo Carso y Perisur hay restos arqueológicos, o hubo… Los edificios que se construyeron en la zona, pertenecientes a algunos de los hombres más ricos del país, probablemente acabaron con las primeras construcciones levantadas en la Ciudad de México. 

La palabra Cuicuilco se deriva de vocablos náhuatl que quieren decir “el lugar de cantos y rezos”. Cuicuilco se encuentra marginado con el crecimiento de la ciudad, la historia del sitio está ensombrecida por la gran Tenochtitlán, que se fundó varios siglos después. Los visitantes más asiduos a la zona arqueológica de Cuicuilco son entusiastas de “cerrar ciclos”, hombres y mujeres se reúnen en la punta del basamento para cargarse de energías, como si fueran pilas. 

Sobre todo, las visitas se acumulan el 21 de marzo. Los “seres de luz” se visten de blanco y extienden los brazos para darle la bienvenida a la primavera. Este año, al lugar acudió la jefa de Gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, para inaugurar las conmemoraciones por los 500 años de la conquista europea, sobre Tenochtitlán. 

En el evento, el director del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), Diego Hernández Prieto, explicó que los pueblos originarios no tenían exactamente un concepto de equinoccio, más bien tenían mediciones astrológicas que les permitía proveer los solsticios. 

En una parte de Cuicuilco hay una construcción circular con pinturas, hechas por los cuicuilacas, donde se representaron elementos naturales: planetas, estrellas, cerros y agua.

Incluso, el funcionario explicó que el equinoccio ocurre en diferentes días, dependiendo el año. Este año no ocurrió el 21 de marzo, cuando se llevó a cabo el evento conmemorativo. Sino un día antes. 

El antropólogo Hernández Prieto explicó que el INAH está buscando financiamiento, por parte de las autoridades capitalinas, para seguir con las investigaciones y la conservación del lugar. También dijo: “porque esta zona nos permite entender muchos de los desarrollos culturales en el sur de la actual Ciudad de México, próxima a la región lacustre y chinampera de Xochimilco, Tláhuac y Milpa Alta. Donde decenas de pueblos originarios siguen haciendo su contribución a la transformación, difícil pero indispensable, que ha emprendido México desde el 2018”. 

La jefa de gobierno, explicó que con el 21 de marzo iniciaron los eventos para el rescate de la memoria histórica de la capital. También dijo “queremos dedicar este año a las culturas originaras de la Ciudad de México”, cuando se cumplen 500 años de la llamada “Conquista de México”. 

Además, este 16 de abril se cumplirán 100 años de que los arqueólogos Miguel Gamio y Byron Cummings iniciaron las investigaciones para descubrir Cuicuilco. Y es que el gran desarrollo que vivió la zona quedó casi destruido por un evento de proporciones extraordinarias. 

El volcán Xitle, que en náhuatl quiere decir “ombligo” (en el Ajusco) entró en una intensa actividad volcánica durante varios cientos de años. El suceso más tremebundo sucedió en el año 250, cuando la lava cubrió buena parte del sur de la Ciudad de México. La destrucción fue imaginada y retratada por el pintor Jorge González Camarena, quien hizo “la erupción del Xitle”, donde también quedó retratado la inundación de lava de Cuicuilco.

 La obra genial, expuesta en el museo de sitio de Cuicuilco, compuso con una serie de rojos el infierno en que se convirtió el asentamiento. En esos años Cuicuilco y las zonas colindantes quedaron enterrados bajo varios metros de piedra volcánica. 

Una parte de los pobladores de Cuicuilco, abandonaron sus tierras y se instalaron en otras partes del Valle de México, muchos migraron a Teotihuacán.