18 septiembre, 2019
En Cuayuca, Puebla el 65.9% de las viviendas tuvo algún tipo de daño, y aunque supuestamente el gobierno federal entregó tarjetas Bansefi, no todas tenían la cantidad para cubrir las afectaciones
Por Aranzazú Ayala Martínez / LadoB
Foto: Viridiana Contreras / LadoB
Alianza de Medios
Teresa tiene dos años durmiendo junto a un muro que se mantiene en pie de milagro. La pared azul no sólo está cuarteada, sino que los trozos de cemento están completamente separados, como piezas de un rompecabezas que apenas se acercan para embonar.
Teresa Álvarez y su esposo Efraín Olmedo viven en la cabecera municipal de Cuayuca de Andrade, en el centro de la Mixteca poblana donde, según la Comisión Estatal para la Reconstrucción, 213 casas (65.9 por ciento del total de viviendas) sufrieron daños –57 totales y 156 parciales– por el sismo del 19 de septiembre de 2017, y el avance en la construcción de viviendas a cargo de empresas constructoras es de solo 14 por ciento, de acuerdo con un reporte del gobierno estatal de noviembre del 2018.
Aunque su casa fue catalogada como pérdida total y ellos entregaron todos los papeles a las autoridades, así como después al ayuntamiento de Cuayuca y a los arquitectos de la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI), su casa sigue detenida en el tiempo desde el 19s.
En el municipio de Cuayuca, según el reporte final de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (Sedatu), fechado en diciembre del 2018 y disponible en Datos Abiertos del gobierno estatal, se entregaron 254 tarjetas de Bansefi, 190 por daño parcial y 62 por daño total.
A Teresa Álvarez le entregaron una tarjeta que supuestamente tenía 120 mil pesos, pero en realidad solo pudo disponer de 105 mil, que fueron insuficientes para cubrir los gastos por los daños en su vivienda.
Una historia similar es la de la señora Natalia Negrete, que tiene más de 85 años y vive con su esposo enfermo. El cuarto donde vivían, dentro de una vivienda más grande que compartían con dos de sus hijos, quedó destruido. De lo que alguna vez fue su casa sólo quedan un par de pedazos de ollas de barro sobre el lodo, y maleza que ha crecido en medio. Nada más el baño que estaba aparte y medio muro quedaron de pie. Su casa también fue censada como pérdida total pero no les dieron ninguna tarjeta, sólo un talón con un número de folio.
Entre junio y julio de 2019 personal del gobierno federal visitó Cuayuca y estuvo en la presidencia municipal recolectando información de las casas que todavía siguen dañadas, pero a la señora Natalia y a su familia nadie les avisó; se enteró porque algunos vecinos subieron al centro desde el barrio de San Pedro –donde viven– y les dijeron que había gente anunciando para que se apuntaran y recibieran “las nuevas ayudas”.
En Cuayuca, como en otros municipios: Tilapa, Pilcaya y Metepec, la reconstrucción y los apoyos han sido desiguales. Unos no recibieron nada aunque tuvieron daño total, y otros, aunque sí recibieron recursos, denuncian que fueron insuficientes.
Nadie sabe cómo el gobierno decidió que 15 mil pesos eran suficientes para una casa con daño parcial, que podía ser desde un muro dañado hasta cuatro, desde una habitación dañada hasta tres, o desde una grieta hasta ocho en toda la casa.
En el barrio de San Pedro hay una casa que se cayó por completo. Sólo quedan algunos muros, el segundo piso no tiene techo y la parte delantera está llena de escombros. Sin embargo, al fondo quedan un par de habitaciones donde hay cortinas y una puerta y se pueden entrever algunos muebles y cobijas: ahí todavía vive alguien, en medio de una casa en ruinas que puede colapsar con cualquier otro movimiento de la tierra.
Después del sismo de septiembre de 2017 el censo no tardó en llegar y a los pocos meses las tarjetas con apoyo económico también, pero eso no fue garantía de que dos años después todo haya vuelto a la normalidad. La reconstrucción no está al cien por ciento porque hay poca transparencia y muchas dudas.
Además, los problemas políticos hicieron más complicados los trámites.
Desde los días posteriores al sismo, en 2017, comenzaron las denuncias de pobladores denunciando que quienes no apoyaban a Antorcha Campesina no estaban recibiendo ayuda.
Para 2018 otro problema político atacó al municipio mixteco: un conflicto poselectoral en el que el Instituto Electoral del Estado (IEE) dio el triunfo de último momento al PRI y no al PAN, por los procesos de impugnación. Pero lo que la gente espera es que la ayuda llegue sin importar quién está en el poder.
Como la señora Sofía González Galindo, quien perdió su casa totalmente. Aunque la reconstrucción ya llegó, sólo le levantaron los muros de una vivienda que quedó incompleta: sin piso, sin techo, sin ventanas ni puertas. Sólo las paredes naranjas de un material ahuecado, que se quedaron también detenidas en el tiempo, como tantas casas en Cuayuca que siguen existiendo entre dos años de incertidumbre.
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