Crisis de adicciones, rezago educativo y bajos salarios, el legado social de Diego Sinhue

11 septiembre, 2024

El modelo de importar capitales y ofrecer mano de obra barata fracasó; brecha de desigualdad aumenta ante inoperancia de programas oficiales

Texto: Yajaira Gasca / Poplab

Imágenes: Juan José López Plascencia

GUANAJUATO.- El sexenio está por terminar y Guanajuato no ha mejorado para sus habitantes. Las recurrentes afirmaciones de prosperidad y grandeza que realizó Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, en discursos y propaganda oficial, se contraponen con fenómenos como un persistente rezago educativo, una crisis de adicciones en progreso, precariedad salarial que opaca el crecimiento del empleo y una profunda brecha de desigualdad.

En el programa de gobierno 2018-2024, que se actualizó después de la pandemia de COVID-19, el Ejecutivo Estatal se planteó “asegurar la oportunidad y calidad del acceso a los servicios de salud” e “incrementar la cobertura en todos los niveles educativos”. Sin embargo, el Indicador 2023 del Consejo Nacional de Evaluación de la Política Social (Coneval) encontró que casi un tercio de la población no contaba con servicios de salud y el rezago educativo impactaba a 23 de cada 100 guanajuatenses.

Cuando Diego Sinhue asumió la gubernatura en 2018, la población vulnerable por carencias sociales era de 1.7 millones de personas. En 2022 el número de personas en esa situación aumentó hasta 2.1 millones. El plan estatal de gobierno ofrecía mejorar dos posiciones en la clasificación nacional de pobreza por ingresos, pero de 2018 a 2022 la cifra de personas pobres creció en cincuenta mil.

Diego Sinhue Rodríguez Vallejo en el Congreso del Estado de Guanajuato en su toma de protesta como Gobernador en 2018. Foto:Juan José L. Plascencia.

Aunque este gobierno se jacta de contar con el mejor sistema de salud del país, lo cierto es que la entidad enfrenta una emergencia social y de salud pública desatendida derivada del incremento en el consumo de sustancias, entre niñas, niños y jóvenes. La única respuesta ha sido un promocionado programa de prevención, importado de Islandia como franquicia, Planet Youth, que busca inhibir nuevas adicciones, pero no hace nada por las existentes.

Para Nicolás Pérez Ponce, quien dirige una organización de centros de rehabilitación en el estado, el programa es un desperdicio: “sabíamos que ese plan no servía, son diferentes culturas, diferente consumo y otras sustancias”.

Diego Sinhue ha continuado con la política económica de atracción de inversiones extranjeras que ha sido una exitosa bandera de los gobiernos panistas. Aunque el informe de la Comisión Nacional de Inversiones Extranjeras reporta una caída en este rubro para el estado a la mitad de lo que logró Miguel Márquez entre 2012 y 2018.

Por otro lado, a pesar del reciente incremento al salario mínimo promovido por el Gobierno Federal, los sueldos para la clase trabajadora siguen siendo insuficientes. Los sindicatos independientes se han aferrado al mecanismo del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC) para continuar la lucha por sueldos dignos, como en el caso más reciente de la empresa Pirelli.

Diego Sinhue Rodríguez, en la inauguración del Centro de Investigación y Desarrollo de Pirelli en Silao, Guanajuato. Foto: Gobierno del Estado de Guanajuato.

“La existencia de representaciones sindicales auténticas, implica una consulta permanente a la base trabajadora y la posición de utilizar el derecho a la huelga, eso es lo que está produciendo que los sindicatos independientes, rápidamente consigan incrementos salariales que los charros nunca consiguieron”, afirmó Francisco Retama de la Liga Sindical Obrera Mexicana.

Para el académico y activista David Herrerías, el modelo equivocado no ayuda: “Guanajuato optó por un modelo exacerbado de esa política, apostando por la atracción de inversiones de grandes transnacionales, que a fin de cuentas nunca se tradujo en una disminución de la pobreza”.

Política económica que perpetúa la desigualdad

Hay una tendencia hacia la privatización de los derechos de las personas, influida por la política económica y los problemas de inseguridad que, durante los seis años del gobierno de Diego Sinhue no se resolvieron, sostiene el activista social David Herrerías.

“Cuando para tener acceso a tus derechos no es el Estado el que te los garantiza, sino que eres tú quien los tiene que pagar; por ejemplo, si la educación no es de calidad, la tienes que pagar; si la salud no es de calidad, la tienes que pagar y si la seguridad que el Estado ofrece no es suficiente, los que tienen capacidad se encierran, se protegen y los que quedan fuera de sus zonas seguras quedan desprotegidos”.

Datos del Coneval refieren que en Guanajuato, la población vulnerable por carencias sociales, es decir, necesidades no resueltas como ingreso, educación, salud y vivienda, era de 2 millones 138 mil personas, hasta 2022. De esta cifra, 1.2 millones de personas sufrían al menos tres carencias.

En el renglón del ingreso, había medio millón de guanajuatenses que no recibían recursos suficientes para adquirir la canasta básica- que no sólo incluye alimentos, sino también transporte, educación, salud, esparcimiento, bienes y servicios de consumo habitual.

Aunque el número de personas en situación de pobreza disminuyó durante el sexenio de Rodríguez Vallejo, la cifra se mantuvo por encima del 32% de la población -2 millones de personas- hasta 2022. Además, el número de personas en pobreza extrema también se ha mantenido desde 2018 en el rango superior de 200 mil personas, equivalente a la población total del municipio de Silao.

Una familia de bajos recursos en la colonia San Juan de Abajo en el municipio de León, Guanajuato. Foto: Juan José L. Plascencia.

“La pobreza extrema, como la mide Coneval, se reduce más fácilmente si disminuyes las carencias. Por ejemplo, si enfocas tus esfuerzos en una campaña de piso firme, logras que la gente salga arriba en la carencia de vivienda; esto afecta la medición, pero el origen de la pobreza, que tiene que ver con el bajo ingreso, no se modifica”, explicó David Herrerías.

Añadió que las mediciones más recientes relacionadas con la pobreza muestran una reducción vinculada con el incremento del salario mínimo debido a las reformas a la Ley Federal del Trabajo en 2021.

“Eso me parece que ha sido realmente la acción que más ha impactado en la disminución de la pobreza en los últimos 30 años y en Guanajuato también tuvo efecto. Creo que se debe más al resultado de esta política federal que a decisiones estatales, porque trajimos muchas grandes empresas, pero esas grandes empresas no están pagando bien a los trabajadores”, enfatizó.

Los indicadores de carencia social que también mostraron resultados negativos durante el presente sexenio fueron los relacionados con el rezago educativo, acceso a los servicios de salud y seguridad social.

Herrerías Guerrera dijo que el problema de la desigualdad y la pobreza en Guanajuato comenzó “con la idea de que el país fuera uno que vendiera mano de obra barata. Se tomaron acuerdos para mantener los salarios bajos, fortalecer las maquilas y atraer inversiones, pero con base en la idea de la mano de obra barata, y esa es la razón principal que ha generado cada vez más desigualdad”.

Informalidad, bajos salarios y pobreza laboral

Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía, indican que la informalidad creció año con año durante el sexenio que está por concluir, alcanzando en la actual administración estatal una cifra equivalente a la población total de Irapuato y Pénjamo juntas.

Los datos del primer trimestre de 2024 indican que la población ocupada es de 2 millones 797 mil 205 personas, de las cuales 1.2 millones están incorporadas al sector formal. En 2018, cuando el gobernador comenzó su gestión, el número de personas en el sector informal era de 677 mil 861. Para el primer trimestre de 2024, la tasa de informalidad en el estado alcanzó el 54%.

Por otro lado, referencias de la ENOE indican que en la entidad hay 90 mil 607 personas en situación de desocupación laboral. La cifra más alta en este rubro durante el sexenio de Diego Sinhue se alcanzó en el tercer trimestre de 2020, período que coincidió con el aislamiento por la pandemia de COVID-19.

De acuerdo con el Observatorio Ciudadano de Trabajo Digno, de la organización Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, hay 1.4 millones de trabajadores en Guanajuato con ingresos insuficientes.

Esto significa que, además de que el salario es deficiente para comprar la canasta básica, tampoco alcanza para cubrir necesidades de salud, educación y actividades de entretenimiento.

La agrupación también advirtió sobre 1.6 millones de guanajuatenses sin la protección de la seguridad social, que provee servicios de salud, prestaciones económicas y pensiones para el retiro. Además, hay un millón de empleados sin un contrato estable.

La evaluación de Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, con datos actualizados a 2024, resalta que al menos 900 mil trabajadores tienen jornadas excesivas, es decir, laboran más de ocho horas continuas, en contradicción con lo que establece la Ley Federal del Trabajo.

Un negocio familiar de venta de comida en León, Guanajuato. Foto: Juan José L. Plascencia.

Con respecto a los salarios para la clase trabajadora, la ENOE muestra un ligero incremento en los salarios del sector formal, al pasar de 5 mil 900 pesos mensuales en 2018 a 6 mil 100 pesos mensuales durante el primer trimestre de 2024. Este incremento se debe, a partir de 2021, a las disposiciones federales de aumento del salario mínimo.

En cambio, el salario promedio mensual en el sector informal apenas alcanzó los 4 mil pesos mensuales en el primer trimestre de 2024. La organización México, ¿cómo vamos?, informa que al primer trimestre de 2024, el 36.7% de la población estatal se encontraba en pobreza laboral; es decir, que el ingreso del trabajo no es suficiente para satisfacer las demandas de una familia.

La investigadora de la Universidad de Guanajuato, Jessica María Vega Zayas, explicó que el modelo económico que se ha perpetuado en el estado por más de tres décadas ha roto la dinámica comunitaria y acentuado la vulnerabilidad de la población.

La entidad se encuentra ante un escenario complejo, dice la académica, puesto que el modelo económico que se ha sostenido en Guanajuato generó el crecimiento de las zonas periféricas urbanas, en donde se han profundizado más las desigualdades

Adicciones, la otra pandemia de Guanajuato

El problema de las adicciones en Guanajuato es un secreto a voces. Ha servido para que el presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, fustigue el modelo de desarrollo de los gobiernos panistas, pero también se encuentra en la raíz de la guerra de cárteles que sigue afectando a la entidad.

En 2023, un atisbo de la magnitud de la crisis fue develada por el secretario de Seguridad Pública, Alvar Cabeza de Vaca Appendini, quien afirmó que su dependencia había detectado un “mercado” de 600 mil personas con un problema de abuso de sustancias en la entidad. Esta cifra representa el 9.7% de la población total del estado.

En febrero de 2023, el ex secretario de Salud, Daniel Díaz Martínez, advirtió que el cristal era el segundo estupefaciente más usado, después del tabaco y el alcohol, entre los jóvenes, debido a su bajo costo.

En noviembre del mismo año, Díaz Martínez presumió, durante el Congreso Internacional de Salud Mental y Prevención de Adicciones, una disminución de entre el 3% y el 4% en el consumo de alcohol y tabaco entre niños y jóvenes del estado, como resultado de la implementación de la estrategia Planet Youth.

El Secretario de Salud de Guanajuato, Daniel Díaz Martínez durante la edición 2022 de Planet Youth.

Nicolás Pérez Ponce, presidente de la Unión Estatal de Centros de Rehabilitación Unidos del Bajío, tiene la certeza de que el programa no es apto para la entidad, ya que es un plan diseñado para una cultura diferente, una economía distinta y prácticas de consumo también diferentes.

Aseguró que el número de pacientes atendidos en los centros de rehabilitación de esta organización y las características que presentan los enfermos permiten valorar la magnitud de la crisis de adicciones a la que se enfrenta Guanajuato.

Indicó que el cristal se ha convertido en la droga de mayor uso entre niños, niñas y jóvenes, y advirtió que podrían estar combinándolo con fentanilo.

“Conforme pasa el tiempo, esta sustancia está afectando cada vez más a la juventud debido a lo que le están mezclando. Hace cinco años, los pacientes no llegaban como llegan hoy en día. Ahora presentan infecciones en la piel, pérdida de dientes y problemas en los riñones. Nos hemos percatado de que actualmente el cristal viene acompañado de otras sustancias”, agregó.

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado confirmó en marzo de este año la presencia de fentanilo en la entidad, tras la incautación de dosis en operativos. En Estados Unidos y Canadá, esta droga ha generado una crisis de salud pública.

Nicolás Pérez previno sobre el fracaso de la estrategia Planet Youth, afirmando que los hábitos de consumo han cambiado, lo que ha llevado a que las infancias y adolescencias prueben el cristal a una edad más temprana. Las dosis han bajado significativamente de precio, y los jóvenes buscan la droga por sus efectos más prolongados.

Diego Sinhue Rodríguez en la inauguración de la edición 2022 del programa Planet Youth. Foto: Juan José L. Plascencia.

La evidencia científica presentada por Planet Youth en su sitio web consiste en los resultados de encuestas realizadas por municipios, de manera desagregada y con datos porcentuales. Las muestras se enfocaron en adolescentes de entre 14 y 16 años (tercer grado de secundaria) de 2 mil 282 escuelas públicas y privadas.

Desde 2021 hasta junio de este año, el Gobierno del Estado ha invertido 238 millones de pesos en el programa.

En el caso del sector obrero, la investigadora de la Universidad de Guanajuato, Jessica María Vega Zayas, sostuvo que las actividades económicas de cada región o municipio han propiciado el uso y la venta de drogas. Puntualizó que para los trabajadores más jóvenes, quienes se incorporan a la vida laboral por falta de oportunidades para estudiar después de concluir la secundaria, la situación es aún más riesgosa.

El consumo de drogas “es un problema de salud pública para Guanajuato y esto implica un gasto, y ese es el gran tema porque va a ir bajando a los grupos de edades más pequeños; ya hay un problema de adicciones en niños”, enfatizó la especialista.


Un salón de clases en una escuela en el municipio de León, Guanajuato. Foto: Juan José L. Plascencia.


El Gobierno del Estado ha gastado en los últimos tres años 414 millones de pesos en la compra de útiles escolares y mochilas para distribuir en las escuelas de nivel básico, como parte del Pacto Social por la Educación, pero no ha presentado resultados sobre el número de menores que logró reincorporar a través de la estrategia.

El único resultado, recientemente informado por el secretario de Educación, Jorge Hernández Meza, durante el arranque del ciclo escolar 2024-2025, se relaciona con la pérdida de aprendizajes durante el periodo de confinamiento por la pandemia. En este aspecto, los alumnos de Guanajuato presentan aún un rezago de conocimientos básicos del 40%

Esta valoración se obtuvo por parte de la Secretaría de Educación mediante la aplicación de la prueba RIMA (Recopilación de Información para la Mejora de los Aprendizajes) en primarias. Marco Fernández reconoció la evaluación como un buen intento para reconocer las carencias y saber hacia dónde enfocar las estrategias educativas, pues en los estudiantes, existen actualmente problemas de comprensión lectora y matemática.

Al hablar de los niveles de educación media superior y superior, el problema es distinto, pero no menor. Se trata de la falta de espacios para estudiar, lo que se traduce en una cobertura educativa insuficiente.

“En términos de las trayectorias educativas, es decir, desde que se comienzan la educación primaria hasta la educación superior, la entidad sí tiene, al igual que el resto del país, un problema importante. En el país, de 100 chicos que empiezan la parte primaria, sólo 28 terminan la parte de educación superior y se pierden básicamente 45 jóvenes entre el paso de la educación media superior a la superior. En el caso de Guanajuato es un poquito más arriba de la media nacional, se están perdiendo 49”, agregó el especialista.

Datos de la Secretaría de Educación Pública (SEP) indican que tres de cada diez jóvenes en edad de estudiar bachillerato no tienen la oportunidad de hacerlo, y la situación se agrava en el nivel superior. En este grado educativo, seis de cada diez no pueden inscribirse en una licenciatura.

Jorge Hernández Meza y Diego Sinhue Rodríguez en un evento de graduación de 754 jóvenes de la Prepa Militarizada de los planteles de los municipios de Celaya, Irapuato y León. Imagen: Gobierno del Estado de Guanajuato.

Jorge Hernández, secretario de Educación, reconoció que falta oferta educativa para ampliar la cobertura, pero consideró que, en muchos casos, los estudiantes en edad de preparatoria o nivel superior “por cultura, egresan y se ponen a trabajar”, y no porque falten oportunidades educativas.

Según Coneval, hasta 2022 el rezago educativo afectaba a 1.4 millones de guanajuatenses, es decir, 23 de cada 100 guanajuatenses estaban en esta condición.

Este trabajo fue publicado en POP LAB que forma parte de la Alianza de Medios de la Red de Periodistas de a Pie

Portal periodístico independiente, conformado por una red de periodistas nacionales e internacionales expertos en temas sociales y de derechos humanos.