Solicitantes de asilo bajo el programa MPP o Quédate en México, que comenzaron su reingreso a Estados Unidos en febrero del 2021, enfrentan largas esperas en cortes de inmigración; muchos de ellos tienen programadas sus audiencias hasta 2023
Texto: Verónica Martínez / La Verdad
Foto: Rey R. Jáuregui
CIUDAD JUÁREZ.- Cuando cruzó a El Paso, Texas, por el puente internacional Paso del Norte, Nicole se llenó de alivio. Desde la esquina de la calle Sexta podía ver los negocios de zapaterías, tiendas de conveniencia y farmacias con anuncios en inglés y español, recuerda al narrar la experiencia de su retorno a Estados Unidos como solicitante de asilo originaria de Honduras.
Después de una larga espera de casi dos años en Ciudad Juárez, la mujer, de 19 años, sus padres y su hermano menor de edad pudieron entrar a territorio estadounidense en junio del 2021 bajo el Protocolo de Protección a Migrantes, programa también conocido como ‘Quédate en México’. Sin embargo, a siete meses de residir en el estado de Florida, ni ella ni el resto de familia han visto un avance en sus casos ante tribunales de inmigración.
“Nos dieron una cita de audiencia para octubre del 2023”, dice Nicole. “Después de esperar tanto en México, esperábamos que no tuviéramos que esperar tanto en Estados Unidos”.
En febrero del 2021, la administración de Joe Biden suspendió el programa permitiendo la entrada paulatina a Estados Unidos a miles de migrantes. Casi un año después hay más de 29 mil casos pendientes y solicitantes de asilo como el de Nicole, que continúan enfrentando demoras significativas de sus casos en las cortes migratorias.
Mientras esto ocurre con los primeros solicitantes de asilo que retornaron al territorio estadounidense, el pasado 8 de diciembre el gobierno de EE.UU. reinició por Ciudad Juárez el programa bajo la incertidumbre de migrantes.
Durante este año fiscal, la espera promedio ha sido de casi dos años y medio, según un análisis de los datos judiciales realizado por él Transactional Records Access Clearinghouse (TRAC). La demora en los casos de asilo ha provocado una acumulación de casos descomunal en las cortes de migración, señalan abogados y organizaciones de apoyo a refugiados.
Para finales de diciembre del 2021 se han registrado 1 millón 596 mil 193 casos pendientes— la acumulación más larga hasta ahora.
Aunque Nicole y su familia ya se han establecido en la ciudad de Pompano Beach y han conseguido empleos, la larga espera los ha dejado en un estado de limbo. A pesar de estar de forma legal, la familia hondureña no siente que pueda iniciar planes a futuro ya que su permanencia en Estados Unidos no esta garantizada, se desprende de la entrevista con Nicole.
“Hay algunos conocidos que están esperando todavía (sus audiencias en la corte) porque se las dieron para este año, me preguntan si me han dicho algo a mí, pero tampoco nos han dicho nada”, dice Nicole. “Sentimos miedo que nomas nos hayan alegrado al entrar, pero nos vayan a sacar (deportar) así nomas”.
Nicole llegó a Ciudad Juárez a finales del mayo de 2019. Unos días después, a mediados de junio de ese mismo año, logró cruzar la frontera, pero fue regresara a esperar su trámite en México. En febrero de 2021, su hermano de 11 años y su padre llegaron a Ciudad Juárez para sumarse a su caso de MPP. La familia huyó de Honduras. Actualmente sigue a la espera de su trámite de asilo en Florida.
El problema del acumulamiento de casos en las cortes migratorias se arrastra desde administraciones anteriores. Para finales de la segunda administración de Barack Obama en el 2017, se registraron 533 mil 909 casos pendientes. En diciembre del 2020, a unas semanas de finalar la administración de Donald Trump, este número subió a un millón 290 mil 766 casos.
Pero el incremento que se vio recientemente en el 2021 ha sido el más alto agregando 138 mil 578 casos más en tan solo tres meses.
Aunque el cierre parcial de las cortes ocasionado por el COVID-19 contribuyó al crecimiento de casos pendientes, la principal razón es el exceso de casos nuevos que se han registrado por el Departamento de Seguridad Nacional (DHS), reportó TRAC.
Esta acumulación ha causado retrasos en todo tipo de solicitudes de asilo en las cortes de EE.UU., pero en el caso de los participantes de MPP se han presentado retrasos de cerca de tres años, afirma Jennifer Babaie, directora del programa fronterizo del International Refugee Assistance Project (IRAP).
“Es importante recordar que en cuanto las personas que estaban bajo MPP les fue permitido entrar a los Estados Unidos, sus casos tuvieron que ser transferidos a cualquiera que fuera la corte de su destino final en el país”, dice Babaie.
“El año pasado empezamos a notar que había un retraso en la transferencia de estos casos contribuyendo a que sus fechas de audiencia se retrasaran”. Cuando el programa de MPP inicio en el 2019, los casos se registraron inicialmente en las cortes migratorias de siete ciudades fronterizas, incluyendo El Paso. Conforme los participantes fueron entrado a territorio estadounidense y viajando a otras ciudades donde se reencontraron con amigos y familiares que les ofrecieron redes de apoyo, estos casos se han transferido a más de 60 cortes del país.
Agregando a la casi inmensurable cantidad de casos que se acumulan, no hay suficientes recursos para atender la demanda, comenta la directora del programa de IRAP.
“Lo que muchas organizaciones en Estados Unidos, incluyendo la nuestra, estamos enfrentando es la dificultad para encontrar abogados para estos casos de MPP porque muchas de sus primeras audiencias ocurrirán dentro de dos a tres años en el futuro y es muy difícil fundamentar un caso cuando tienes que esperar tanto tiempo”, dijo Babaie.
Las largas esperas causan incertidumbre entre la población de solicitantes de asilo ya en Estados Unidos, señala Babaie, quien asegura que otras organizaciones han reportado lo mismo.
Durante la administración de Biden, la proporción de personas que han recibido resultados positivos ante sus casos de asilo creció, según un reporte realizado por TRAC. Mientras el año fiscal 2020 vio un porcentaje de 29 por ciento, para el año fiscal 2021 este porcentaje subió a 37.
Aún así, Babaie de IRAP explica que el porcentaje de aprobación de asilo varía inmensamente entre las diferentes juridicciones y depende del caso de cada individuo. Los casos de asilo están desigualmente distribuidos por todo el país con casi la mitad concentrados en seis cortes: Nueva York, San Francisco, Miami, Houston, Los Ángeles y Baltimore.
Mientras la corte de Nueva York tiene un rango de negaciones de asilo que va desde el 90 porciento de los casos a menos del 10, dependiendo de los jueces de migración. Otras cortes tienen rangos más cerrados como es el caso de Houston que llega a negar entre el 89 a 100 por ciento de los casos, muestra un análisis judicial.
Un factor que incrementa las posibilidades de recibir una aprobación de solicitud de asilo es tener representación legal. En general los solicitantes con representación legal tienen cinco veces más probabilidades de recibir algún tipo de beneficios de asilo, señala IRAP.
“Creo que mucho de eso tiene que ver con tecnicismos del sistema”, dijo Babaie. “Hay muchas reglas que tienen que ver con entregar ciertos documentos a tiempo y formatos de entrega. Seguir estos reglamentos hacen que el proceso de asilo ocurra de forma más fluida”.
Pero el acceso a abogados de migración y representación legal es limitada ya que no hay suficientes recursos para cubrir la demanda a bajo costo, especialmente para personas que acaban de llegar al país e intentan construir una nueva vida y buscar empleo, dice Babaie.
A pesar de poder tramitar un permiso de trabajo durante su estancia legal en EE.UU., Nicole menciona que se necesita pagar a un abogado por lo menos mil dólares por el servicio de trámite. La familia ha prioritizado ahorrar para pagarle a un abogado que los asista con el caso de asilo.
Nicole asegura que logró su meta de “llegar al otro lado”, pero su estatus como inmigrante también le ha traído retos como adaptarse a la cultura estadounidense, las dificultades que le trae no saber hablar inglés y la falta de oportunidades de empleo.
Durante el tiempo que Nicole lleva en Estados Unidos ha trabajado ofreciendo servicios de limpieza y como asistente de cocina en restaurantes. Su madre también ha laborado como cuidadora de una persona en silla de ruedas; Son los únicos trabajos que asegura que se pueden conseguir sin un permiso de trabajo.
“Te dejas ir por lo que te contaban. Es bonito y tranquilo, pero también cuando uno viene de inmigrante requiere trabajar más y más”, dice Nicole. “Gracias a Dios me he encontrado personas que vienen de mi país y de otros países que hablan español que le ayudan a uno”.
*Esta nota fue realizada por LA VERDAD, integrante de la alianza de la Red de Periodistas de a Pie. Aquí puedes leer la original.
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