Contra el ojo de fuego, iniciativas locales

13 julio, 2021

Tenemos la posibilidad de reinventar la forma en la que se produce energía: tenemos que apostar por iniciativas locales, descentralizadas, comunes, propiedad de quienes habitan, controlan y viven del territorio, para que sean el centro de nuestra política energética

Twitter: eugeniofv

Hace unos días se registró una fuga en una de las instalaciones de Pemex en el estrecho de Campeche. La empresa dijo que no hay ningún problema y que todo ha sido controlado, pero con eso solamente hacen gala de su cinismo y del cortoplacismo que caracteriza gran parte de las evaluaciones mexicanas sobre lo que pasa en torno al medio ambiente. No solamente este accidente pone en riesgo una biodiversidad importantísima para todos, sino que se acumula sobre otro montón de pequeños accidentes sistemáticos anteriores. La solución no es sencilla, pero está clara: hay que apostar por propagar sistemas descentralizados, locales, comunes de energía, y por transformar el sistema fiscal. 

En torno a la industria petrolera nacional, aunque la derecha insista en mostrarla como una cuestión sencilla, se conjugan un montón de factores. Uno de ellos, sin ir muy lejos, es la provisión de energéticos para el país, pero otro más es el de garantizar los ingresos del Estado mexicano y, con ello, el subsidio a servicios y exenciones fiscales que hasta ahora pareciera que se pagan solas (las protestas de quienes se sienten aludidos cuando el presidente López Obrador habla de los fifís dan cuenta de quiénes viven de esos pagos a los más ricos por parte de todos los demás). 

En la parte energética, sin embargo, las cosas son menos claras. De entrada, el accidente ilustra los costos de dar energía a la economía nacional. Gran parte de la economía nacional depende de los combustibles que surte Pemex, sin duda, pero eso no ocurre sin daños al medio ambiente, y no se trata solamente del cambio climático. Este accidente fue de tales proporciones que el Centro Mexicano de Derecho Ambiental (CEMDA) afirmó que se trata de uno de los componentes del “ecocidio que causa la industria petrolera en México”. 

El CEMDA da en la diana. A pocos queda duda de que la extracción de petróleo, sobre todo cuando ocurre en aguas profundas, es una actividad de alto riesgo para el medio ambiente, además de suponer un sabotaje activo en contra de los esfuerzos por contener el cambio climático. Seguir apostando por los combustibles fósiles es, sin duda, una acción que sabotea el futuro de la humanidad, pero sobre todo de los más pobres y vulnerables de ella.

Ahora bien, ¿qué alternativas hay? La propuesta de la derecha, que se ha llevado a cabo durante los últimos dos o tres sexenios, es la de la construcción de megaproyectos de energía renovable para las grandes empresas a costa de los derechos humanos y de los medios de vida de las comunidades locales. Ahí están los casos, por ejemplo, de Unión Hidalgo o de la termoeléctrica de Huexca. La respuesta en este sexenio no ha sido ninguna huida hacia adelante, sino más bien una especie de apuesta por el regreso al futuro —soñando que en el pasado se encuentre la clave del mañana—.

A pesar de todo eso, hay otras alternativas por las que se puede apostar. La clave para hacerlo está en repensar para quién y cómo se produce energía. Si queremos que sean las grandes empresas quienes produzcan electricidad para sí mismas, entonces los megaparques son una respuesta correcta. Para quienes no saben ver las injusticias de este modelo, ésta es la respuesta correcta. 

Todos, sin embargo, tenemos la posibilidad de reinventar la forma en la que se produce energía: tenemos que apostar por iniciativas locales, descentralizadas, comunes, propiedad de quienes habitan, controlan y viven del territorio, para que sean el centro de nuestra política energética. En lugar de estos grandes megaproyectos que dependen de ir al fondo del mar o a lo profundo de la tierra para obtener combustibles que luego hay que quemar o verter al medio ambiente, hay que invertir en capital social, en microinfraestructura, en otras formas de reparto del capital. Solo así transformaremos esta matriz energética.

Consultor ambiental en el Centro de Especialistas y Gestión Ambiental.

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