La inmobiliaria Spazio Casasola aprovechó el paro del 9 de marzo para demoler una casa e iniciar la construcción de un edificio de departamentos. Sin embargo, los vecinos aseguran que no tiene los permisos necesarios para ninguna de estas obras, además de que los trabajos violan una orden de suspensión emitida por un juez federal
Texto y fotos: Arturo Contreras Camero
Aprovechando que la ciudad estaba casi vacía por el paro de mujeres del 9 de marzo, trabajadores de la constructora Spazio Casasola realizaron obras de demolición en el número 9 de la calle Tepeji en la Roma Sur. Esto, a pesar de que dichas obras están suspendidas por orden de un juzgado federal.
“Hablamos a la delegación y pedimos que viniera gente a revisar la obra, pero nos dijeron que como no estaban las mujeres que atendían esos asuntos, que mejor llamáramos mañana”, cuenta Ana Aparicio, vecina de la obra.
Anteriormente la obra había sido suspendida por no contar con los permisos necesarios por parte de Protección Civil y también había sido suspendido por la Secretaría de Desarrollo y Vivienda (Seduvi), por no contar con los permisos necesarios, sin embargo, las obras continuaron.
Los vecinos de la zona promovieron un juicio de amparo que resultó en la suspensión de la obra. Promovieron el juicio porque los constructores no les consultaron si estaban de acuerdo con la obra, lo que es un requisito para construcciones como ésta.
“Quieren hacer un edificio de departamentos. Y nosotros a través de transparencia vimos lo que querían hacer, que es un edificio. En unos documentos dice que de siete pisos, en otro que de nueve, hasta eso es irregular. También vimos que no tenían permisos, pero de todas maneras se metieron a demoler”, añade Ana. En la calle no hay ningún edificio de departamentos, y según información oficial, ese predio solo puede tener hasta tres niveles, por su uso de suelo.
La mañana de este lunes, Ana vio cómo llegaba una treintena de trabajadores al predio, donde está una casa grande, de mediados de siglo pasado, en ruinas, producto de un trabajo de demolición inconcluso. “Llegaron desde las ocho de la mañana, por andar en esto ni he desayunado”, dice Ana, “Varias veces llamamos a la patrulla, y detuvieron a uno de los trabajadores, pero nada más, a nosotros no nos toman la declaración, y mientras sigue habiendo trabajadores adentro. Les vale”.
Afuera del predio, cruzando la calle hay tres hombres parados, sin moverse, miran con atención el predio. De acuerdo con los vecinos, llegaron para amedrentar y hostigar a la gente que pasa por aquí. Ana relata que en la mañana, cuando caminaba a su casa, una camioneta de la compañía constructora intentó atropellarla.
“También mi papá, que fue quien promovió el amparo, ha recibido amenazas”, asegura. “Es terrible porque nada más exponen a los trabajadores, los abogados y los arquitectos no dan la cara, ellos, cuando vieron que llegaba una patrulla se fueron y los policías dicen que mientras los trabajadores estén dentro del edificio no pueden hacer nada”.
En esta colonia, según el colectivo vecinal Claudia Cortés, hay 68 construcciones activas, y muchas de ellas, como este caso, no tienen los permisos necesarios para llevarse a cabo. En los últimos años, esta colonia, cercana al centroide de corporativos de la ciudad, ha sido víctima de este tipo de constructoras, que sin importar tengan o no permisos, construyen nuevos edificios y condominios.
Periodista en constante búsqueda de la mejor manera de contar cada historia y así dar un servicio a la ciudadanía. Analizo bases de datos y hago gráficas; narro vivencias que dan sentido a nuestra realidad.
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