2 septiembre, 2022
Metales pesados y restos fecales por descarga de aguas negras en una exclusiva zona hotelera de Cancún han sido hallados en el Sistema Lagunar Nichupté en Cancún, colindante con un Área Natural Protegida
Texto: Ricardo Hernández
Foto: Elizabeth Ruiz
QUINTANA ROO.- La actividad turística y urbana, así como la descarga de aguas negras en la exclusiva zona hotelera de Cancún han contaminado todo un sistema lagunar –colindante con un Área Natural Protegida–, al grado de cambiar químicamente la composición de sus aguas y deteriorar su calidad, lo cual representa un riesgo a la salud humana y una amenaza para los humedales y arrecifes de coral del lugar, coinciden dos estudios científicos recientes.
Aguas negras, metales pesados como cadmio, evidencias de restos fecales como enterococos, altas concentraciones de nutrientes como nitritos, nitratos y fósforo, además de cafeína –prueba fehaciente de descargas residuales ilegales–, fueron algunos de los hallazgos de varios científicos en el Sistema Lagunar Nichupté, ubicada en Cancún, la ciudad más joven de México con apenas 52 años de vida.
Al filo de la década de los 60, luego de recorrer por vía aérea cientos de kilómetros de costa mexicana, un grupo de banqueros expedicionarios dio con el sitio imaginado: una fina franja de arena blanca entre el Mar Caribe y una prístina laguna. Aquella comitiva conformada de personal del Banco de México, que buscaba fundar en el país una nueva ciudad con vocación turística con el propósito de atraer divisas del extranjero, decidió que aquel lugar era el indicado para crear el primer Centro Integralmente Planificado de México.
A la planeación se le sumó la Secretaría de Hacienda y el Infratur, hoy Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), quienes elaboraron decenas de estudios justificativos: de demanda, costo beneficio, prospecciones y hasta ambientales.
Como aún no existía la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat) ni los proyectos de Manifestación de Impacto Ambiental, en 1971, Antonio Enríquez Savignac, quien se desempeñaba como delegado fiduciario de Infratur, solicitó al Instituto de Biología de la UNAM un estudio sobre los posibles impactos que provocaría un polo hotelero en la zona, especialmente sobre la laguna Nichupté, rodeaba de la franja de arena de 30 kilómetros que ahora conocemos como zona hotelera y a donde ya se han levantado 201 hoteles.
Eric Jordán Dalhgren, uno de los seis biólogos que realizaron el estudio, investigador fundador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología en Puerto Morelos, en Quintana Roo, recuerda en entrevista que hicieron una particular advirtieron sobre la fragilidad de la Laguna Bojórquez, una de las más pequeñas del Sistema Lagunar, porque es un cuerpo de agua muy cerrado, con escasa conectividad y, en consecuencia, vulnerable ante los contaminantes, que le son difíciles de expulsar.
“Cosa que les entró por aquí y les salió por allá”, se queja Jordán.
En 2008, para proteger el humedal que rodea al Sistema Lagunar, la Conanp decretó la creación de una nueva área natural protegida en una parte de ella: el Área de Protección de Flora y Fauna Manglares de Nichupté.
Por su importancia ecológica, por albergar selva baja caducifolia, humedales, especies de flora y fauna endémicas, amenazadas, sujetas a protección especial o en peligro de extinción como los mangle rojo, negro, botoncillo y blanco, así como el cocodrilo, la rana leopardo, la iguana y la tortuga blanca, se incluyeron 914.49 hectáreas correspondientes a los cuerpos de agua de las lagunas Del Amor y Río Inglés.
Con el tiempo, los canales naturales de interconexión de la Laguna Bojórquez con el resto del sistema y con el mar fueron obstruidos debido a la construcción de hoteles, según se reconoce en el capítulo ambiental del Programa de Desarrollo Urbano de Cancún de 2014.
Para 2015, Christine McCoy, investigadora de la Universidad del Caribe, en su tesis de posgrado advirtió de la contaminación de este cuerpo lagunar a causa de 10 descargas clandestinas de agua residual y 30 provenientes de alcantarillas pluviales.
A medio siglo de la fundación de la zona hotelera, no solo Bojórquez sino todo el Sistema Lagunar está contaminado.
Existen dos estudios recientes sobre la calidad del agua del Sistema, dos oficiales, realizados por la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT) y por la Dirección de Ecología del Ayuntamiento de Cancún, y otro por el Centro de Investigación Científica de Yucatán (Cicy). Ambos advierten sobre su franco deterioro, especialmente de Bojórquez, aunque el primero de ellos es más contundente.
La SICT realizó el Diagnóstico ambiental del agua en el Sistema como parte de la MIA del puente vehicular de 8.8 kilómetros que atravesará la Laguna Nichupté, proyecto prioritario para el gobierno federal y actualmente en construcción.
El Sistema se dividió en cinco zonas para su estudio (Bojórquez, Norte, Tajamar, Centro, Sur y Río Inglés). Entre los valores a medir incluyeron a la cafeína, por ser “indicador de presencia de aguas residuales de origen antrópico”, pues solo el humano consume café, que luego de procesarlo lo desecha y va a parar a las cañerías. El valor más alto se encontró en Bojórquez y fue 31 veces más alto que el nivel más bajo monitoreado.
“La zona con mayor presencia de cafeína y por ende de aguas residuales fue Bojórquez con 606.66 nanogramos por litro (ng/L), mientras que la zona Norte fue la de menor concentración, con 19.34 ng/L”, se lee en el documento.
Las aguas residuales podrían provenir por el vertido de aguas negras sin tratar, por fallas en las plantas de tratamiento o por fosas sépticas, de acuerdo con los autores.
Otro de los indicadores medidos fue la clorofila-a, un pigmento muy común por el desarrollo vegetal, pero que cuando es alto puede advertir sobre el cambio químico del agua, propicio para que algas crezcan y colonicen el ambiente. El mayor registro hallado fue en Bojórquez.
Sobre los nutrientes, en específico, nitritos y nitratos, los niveles más altos se encontraron en las zonas Río Inglés, Tajamar y Centro.
“Si bien las tres zonas presentan manantiales y descargas de agua dulce, en el caso de Tajamar y en mayor medida la zona Centro, se encuentran muy cercanas a la zona urbana de Cancún. Estas concentraciones pueden estar relacionadas con las descargas de aguas residuales de origen doméstico, hoteles y fertilizantes inorgánicos, mientras que en el caso de Río Inglés altas concentraciones podrían tener su origen en la materia orgánica de los humedales circundantes”, apuntan.
En estas mismas zonas y por las mismas causas –aunque probablemente también por la actividad natural del manglar– se hallaron los índices más elevados de amonio.
El estudio concluye que el Sistema Lagunar se ha degradado y su calidad ha pasado al peor escenario medido de acuerdo con el Índice trófico (TRIX).
“El índice TRIX señala que la condición general del sistema es hipereutrófico, y que la calidad del agua es mala. Las zonas de Bojórquez y Tajamar presentaron una mala calidad de agua. En el caso de Bojórquez, la actividad turística y la descarga de aguas residuales, sumado al mayor tiempo de residencia del agua, promueve un mayor deterioro en esta zona y aumentando el estado trófico. Los resultados obtenidos en la concentración de Cl-a, son síntomas de dicho proceso”, concluyen.
Otros factores que influyen en el deterioro es el desmonte de manglar, el tráfico de embarcaciones y dragados que se han hecho. De hecho, el estudio indica que 36.18 hectáreas de manglar que rodea al Sistema está muerto, a causa del deterioro del ecosistema.
El estudio auspiciado por el Cicy y realizado por el investigador Eduardo Cejudo entre 2018 y 2019, cuyos resultados fueron publicados hace un año en la revista Regional Studies in Marine Science, tiene resultados muy similares. Altos índices de amonio, nitrito, nitratos, fosfatos, silicatos, clofila-a y nitrógeno. Este último, se apunta en el documento, supera la concentración sugerida como límite permisible para la protección de la vida acuática en zonas costeras.
Cejudo, amplió el espectro de muestras para incluir al cadmio, que es un metal pesado, y enterococos, un microbio usado como indicador de contaminación fecal de aguas, prueba también de las descargas de aguas negras.
En el Sistema Lagunar, comenta el especialista en entrevista, hay entre 5 y 10 nmp/100 mL (número más probable de enterococos por 100 mililitros), lo cual es superior a lo que la Organización Mundial de la Salud (OMS) fija como valor guía para riesgo de enfermedades gastrointestinales.
En tanto, el cadmio fue detectado en mayor medida en la zona centro del Sistema.
Los sistemas costeros como los del Sistema Lagunar Nichupté son de suma relevancia pues es en ellos donde se concentran los ecosistemas con más elevada productividad primaria, casi el triple que en los océanos abiertos, destaca la bióloga, Patricia Santos González, especializada en bioquímica y con décadas de experiencia de trabajo en este complejo lagunar.
Es en esta franja donde encontramos a los arrecifes de coral, manglares, pastizales y un sin fin de especies marinas y lagunares, destaca.
“El 70 por ciento de las especies de importancia pesquera lo constituyen organismos estuarinos o aquellos que algún período de su vida lo transcurren en un ecosistema lagunar estuarino, y que en su mayoría están asociados a manglares en zonas tropicales”, ejemplifica Santos.
Las lagunas costeras, enfatiza, hacen que las ciudades sean más seguras para vivir, por mitigar los impactos de fenómenos hidrometeorológicos; por ser biofiltros bacterianos contra toxinas, pesticidas y demás desechos de la actividad humana; brindan servicios climáticos, pues hacen a las ciudades más frescas y agradables para vivir.
Además, tienen una importancia económica, este Sistema Lagunar en particular da empleo de forma directa a mil 065 familias y de forma indirecta a otras 4 mil familias, con relación a actividades de snorkel, jungle tours, pesca deportiva, parasailing, motos acuáticas, barcos con cena, canoas, kayaks, entre otros.
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