En el cierre de su temporada de Nosfregatu, un vampiro traído a la Ciudad de México engañado con triquiñuelas políticas, las Reinas Chulas hablan de la adaptación pospandémica del espectáculo y el reto de criticar al gobierno de Andrés Manuel López Obrador, sin hacerle el juego a la derecha
Texto: Daniela Pastrana
Fotos: Cortesía de El Vicio
CIUDAD DE MÉXICO. – Sin el copete del expresidente Enrique Peña Nieto —personaje al que imitó por más de 10 años—, ni el bisoñé del canciller, Marcelo Ebrard, o el gesto inexpresivo de la jefa de gobierno, Claudia Sheimbaun, la Cheinbaum, la actriz Cecilia Sotres mantiene el mismo humor que le caracteriza en el escenario.
“Para los chairos soy fifi y para los fifis soy chaira”, resume divertida esta Reina Chula, pionera del cabaret feminista mexicano, aludiendo a las dos expresiones con las que popularmente se define en estos días a las personas de izquierdas o de derechas.
Junto con Nora Huerta, quien da vida a Cabecita de Algodón, Sotres ha parodiado durante más de dos años al presidente mexicano más popular de la historia y a los dos candidatos más fuertes del partido en el poder.
Eso quizá no sería tan raro en un par de cabareteras, si no fuera porque se trata de los representantes del proyecto político que apoyaron y por el que votaron en 2018.
“Es un periodo retador, fuerte, interesante, en el que dices: ‘sí, voté por este gobierno, pero con un ojo crítico’”, dice Sotres en entrevista con Pie de Página.
“Es un momento revuelto, caótico. No es todo lo que yo quisiera la 4T, para nada, pero hay cosas que se están poniendo en la mesa que no se habían visto y eso es un reto, porque tampoco le puedes hacer el juego a los otros, que quieren a toda costa recuperar el gobierno que perdieron. Porque sí hay una campaña en contra tremenda en los medios. Y nosotras no somos Brozo ni Loret… ni queremos serlo”.
—¿Cómo lo han hecho?
—Pasamos un periodo de adaptación bien interesante porque casi nos tardamos un año en hacer un espectáculo crítico. Empezamos a hacer muchas obras con temas sociales, pero no tocábamos directamente la política, hasta que sacamos a los personajes de Ebrard y (Andrés Manuel) López Obrador.
—¿Fue difícil?
— Con (Felipe) Calderón, con (Enrique) Peña Nieto, era muy fácil la crítica porque era todo mal. Con este gobierno ha sido interesante, porque, como te digo, no todo está mal, pero ¿cómo le haces para mantener la sátira? Y por otro lado, tampoco tienes una oposición viable. Ve a Alito (Moreno), a (Ricardo) Anaya, a (Gabriel) Quadri… Dices: si tienen dignidad, ¡escóndanse!
El Vicio, la casa de las Reinas Chulas, es un teatro bar que forma parte de un proyecto cultural de resistencia. “Un lugar de izquierda —dice Cecilia— cercano a las múltiples izquierdas que hay en este país. Pero el espectáculo nos permite seguirnos riendo y criticando”.
Luego confiesa:
“Me ha gustado vivir este tiempo que no te permite quedarte en el mismo lugar, que es el del confort. Lo hemos ido sacando (el espectáculo de parodia al actual gobierno) y nos quedó muy bien. Quizá no está bien que yo lo diga, pero creo que nos quedó muy bien”.
Nosfregatu, el Vampiro, cierra este sábado su temporada en El Vicio. La obra, dice Cecilia, es un homenaje a los 100 años de Nosferatu (una película de terror muda alemana de 1922, dirigida por Friedrich Wilhelm Murnau, que fue la primera adaptación al cine de Drácula y que se considera un clásico del expresionismo alemán).
“Este Nosfregatu es el expresionismo cabaretero mexicano”, concluye sonriente.
Nosfregatu es un vampiro que está en la Ciudad de México pero no lo sabe, piensa que sigue en Transilvania.
¿Por qué está aquí? ¿Quién lo trajo? ¿Cómo lo engañaron para venir y cómo percibe las triquiñuelas que hacen nuestros políticos? Es lo que se va develando a lo largo de la obra que tiene también un elemento relacionado con la pandemia.
“La obra habla del encierro. Los vampiros son muy melancólicos, nostálgicos, también tienen la sensualidad y el erotismo, son medio bisexuales y son inmortales. Ese es el arquetipo de los vampiros. Y ese es Nosfregatu”, dice Cecila.
Hace unos meses conversamos del regreso del Festival de Cabaret, estaban reabriendo las puertas después de un año y medio de pandemia. Le pregunto ahora cómo ha sido este primer año.
“En general, bueno, lo que pasa es que ya todo cambió”, responde de botepronto.
“Volvimos como a los primeros años de El Vicio”, resume.
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— ¿Qué significa, exactamente, “todo cambió“?
—Antes de la pandemia hacíamos, en promedio, 26 espectáculos por mes, pero había meses que había más y pues ahorita si tenemos 12 o 15 nos damos por bien servidas. Y el aforo, que antes era de 156 personas… ya jamás en la vida vamos a hacer eso. Ahorita estamos en 100 y ya sentimos muy pegadas las mesas, así que aunque nuestro permiso diga 156, nunca vamos a volver a eso. Y el personal, pues, a menos de la mitad…
— ¿Y la gente? ¿El público?
—La gente quiere salir y está contenta. Ha sido una montaña rusa, a veces estamos llenísimos y a veces hay días muy malos, de 20 personas. Pero es como adaptarte a una nueva normalidad, una expresión muy rara, ¿no? Pero es real. ¡Y eso será por años!
— ¿Y cómo toman la sátira? ¿No es muy difícil en una sociedad tan polarizada?
—Es extraño. Sí hay una polarización, pero es en las redes, y las redes nos hablan a un sector de la población que no es mayoritario. Por otra parte, muchas veces me pregunto qué tanto es más bien que la gente no expresaba ahora se expresa y sale todo el clasismo y racismo, que es súper interesante, con este gobierno, que ha sacado a la luz un tremendo clasismo y racismo. Es preocupante que seamos así, en un país donde somos morenos, somos mujeres, trabajadores.
Pero la risa es una cura universal.
Nosfregatu tendrá este sábado su última función en el Teatro Bar El Vicio (Madrid 13, Colonia Del Carmen, Coyoacán. Teléfono: 55 5659 1139). Con eso cierra la temporada.
La única función prevista para junio, el jueves 9, es Ribotrip, una obra de Nora Huerta que “ya es una obra de culto”, dice Sotres, sobre la puesta en escena de un grupo dark-punk que canta canciones románticas y que por lo general tiene público garantizado.
“En junio vamos a descansar del escenario, no de trabajar, vamos a escribir lo que estrenaremos en julio próximo”.
Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.
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