En tiempos de pandemia y la hiperconectividad a través de pantallas, el arte se reinventa y este mes Casa del Lago apuesta por atravesar el confinamiento con poesía en el cielo. Por medio de drones, durante los fines de semana, cuatro poetas se apropiarán con versos del firmamento en distintos puntos de Ciudad de México
Texto: María Ruiz
Fotos: Cortesía Casa del Lago
CIUDAD DE MÉXICO.- Escrituras en el Cielo es la apuesta de Casa del Lago por llevar el arte al espacio público, usando nada más y nada menos que drones para invadir con poesías el cielo nocturno.
El ciclo comenzará a partir de las 8:00 PM de este sábado 17 de abril y durante 15 minutos. Las proyecciones serán cuatro en distintos puntos de Ciudad de México e irán rotando de centro a sur.
“Queríamos que fuera en distintas partes de la ciudad, llegar incluso al público que ni siquiera sabe que existe Casa del Lago o que por la lejanía de su vivienda ni siquiera ha ido al Bosque de Chapultepec”, explica Cinthya García, directora de Casa del Lago.
La pandemia para los museos ha significado pérdidas y cierres. Antes del confinamiento Casa del Lago recibía 30 mil visitantes por fin de semana. Debido al covid-19 este público se perdió. Durante la primera ola de contagios y los primeros meses de distanciamiento social se enfocaron en lo virtual de carácter interactivo. Recrearon el museo virtualmente y programaron piezas de arte digital.
A un año y meses de que inició la pandemia se preguntaron: ¿qué pasa con las personas que no están teniendo acceso a las tecnologías y que comparten una computadora entre cinco o seis personas para clases o trabajo? Para Casa del Lago Escrituras en el Cielo es una respuesta ante esa preocupación latente.
Para esto aprovecharon el espacio público del cielo, que permite acercar al arte a las personas sin la necesidad de salir de casa. Apuestan contra el confinamiento sin arriesgar la salud. Pensando también en los estragos que está teniendo el estar pegados 24/7 a las pantallas, ya sea por trabajo, ocio o Interacción con las demás personas:
“Tratemos de sacar (a las personas) de este doble confinamiento: estar encerrados por razones de responsabilidad y salud y el pantallismo agudo, al que estamos sometidos es extremo; nuestros cuerpos están cansados, nuestros ojos también y hace falta pensar en cómo nos vamos a salir de esa lógica en lo que podemos regresar a nuestras labores en espacios físicos”, menciona García.
Escrituras en el Cielo se inspiró en la obra del poeta chileno Raúl Zurita, quien en 1982 trazó con humo generado con avionetas quince versos de su poema La vida nueva en el cielo de Nueva York.
Raúl Zurita participará también en el ciclo junto al poeta Luis Felipe Fabre y las poetas Ruperta Bautista y Maricela Guerrero.
Los poemas que podremos leer fueron escritos especialmente para formato drone. A partir de colores, movimientos, palabras y figuras, los artistas de la palabra crearon versos accesibles para ser dibujados en quince minutos por las máquinas.
Se enfrentaron a muchas restricciones, a no poder poner una frase larga o adaptar textos. Son eventos que normalmente se trabajan con 500 drones pero por motivos económicos se usarán 50.
El equipo de producción de Casa del Lago trabajó junto a profesionales que normalmente tienen un giro comercial. Cinthya García explica que ese fue otro reto, buscar generar una experiencia literaria, lograr un golpe poético.
La primera intervención poética será de la poeta mexicana Maricela Guerrero. Se podrá ver en las colonias Buenavista, Guerrero y Santa María la Ribera. Ella resume el crear este poema celeste como un agasajo de poder escribir en otros espacios, más allá de las libretas y las pantallas:
“Toda vez que ya tuve el tema y la intención de lo que quería proyectar en el poema, el siguiente trabajo fue una cuestión de síntesis, plantear lo que se podía hacer y no. Partí de mi investigación que traigo desde una preocupación que tenemos todos desde muy jóvenes: el cambio climático. A partir de ahí fui seleccionando las palabras, acomodandolas. Luego algunas palabras se transformaron en imágenes, todo eso en compañía maravillosa del equipo casa del lago. Pensar en esta escritura en el cielo, me dio esta posibilidad de imaginar que estaba escribiendo con luciérnagas, recordando el libro La supervivencia de las luciérnagas de Didi Huberman, que justo va en el sentido de la fragilidad humana y el no perder nunca la esperanza. Poder ver en la noche oscura de crisis climática, pandemia, crisis económica, incendios… en esa noche oscura imaginar que hay esperanza”, comparte la poeta.
En el micrositio del evento se explica que el nombre del poema, Axkan Kema/ Así Mero, viene de una historia familiar de la poeta:
«‘Axkan Kema’ es la única palabra que recuerda mi padre que le decía su abuelo Jesús, quien hablaba mexicano, y que aprobaba con esa frase cuando su nieto lo bañaba, le recortaba el cabello y la barba, cuando lo cuidaba, axkan kema/ así mero. Así mero, en diversos territorios mujeres y hombres cuidan bosques, montañas, ríos, lagos, manantiales o mares ponen su vida en defenderlos de un estado extractivista que no está pensando ni la vida ni en las comunidades”.
Maricela Guerrero busca situar los temas de cuidados desde esta esfera íntima, personal, hasta esta esfera común de los cuidados al planeta. Con su poema también cuestiona las ideas alrededor del cuidado, es por ello que se remonta a la historia de su padre, que era hombre y cuidador, una ruptura de estereotipos:
«Quizá tenemos una forma muy tradicional de entender el cuidado y a veces poco crítica, entonces habría que diversificar nuestra idea de cuidados, y reconocer en ella todo lo complejo que interviene en nuestras relaciones»
En tiempos de internet pandémico y «pantallismo agudo», como lo nombra la directora de Casa Lago, Cinthya García, el arte en combinación con lo virtual puede ser una forma de libertad y expansión.
La pandemia la remonta al libro Respirar, caos y poesía de Franco “Bifo” Berardi, donde el italiano critica la algoritmización del mundo y el cómo las sociedades nos hemos adaptado a las máquinas y sus ritmos acelerados. Para ella con la pandemia esto se agudizó pero también genera una oportunidad:
“Cuando la pandemia nos empieza a encerrar en tantos sentidos también pasa eso, empiezan a reducirse los canales de comunicación, la red posible de afectos y de contacto con otras personas y lo que él rescata de este ritmo no maquínico, no exacto, que es el ritmo de la poesía, es la posibilidad de lo que se expande en vez de reducirse, del arte como posibilidad de expansión y eso es lo que siento que ha hecho internet. Hay internet limitante, caro, pero hay otro que quiere ser más bien potencia. Lo virtual como potencia. Lo virtual no es únicamente algo que ocurre en la pantalla, lo virtual es lo que puede llegar a ser y eso también está en el arte, lo que puede llegar a ser y está en la imaginación política y poética que busque en vez de reducción y construcción, expansión y ambigüedad.
Para Maricela Guerrero la pandemia tendrá consecuencias en el arte que tienen que ver con reconexiones personales, con recuperar el tiempo:
“Con todo y lo atroz que algunos trabajos en línea se han convertido, las juntas por zoom, el no vernos, con todo eso, creo que sí hemos logrado una vinculación más profunda con nosotros mismos. Para mí la poesía es muy generosa, no necesitas mucho para encontrar poesía, o para que te llegue o para crearla. Lo que sí, la poesía necesita es tiempo. La poesía está en otro tiempo y por eso es tan valiosa. La lentitud, el tiempo vegetal, leeeenta, es otra condición de estar en el mundo. De repente tener esta oportunidad de hacer un poema, de leer un poema o de compartir un poema creo que es algo muy recomendable. Es como un tiempo árbol”.
-En tiempos de inmediatez, tiempos máquina, tiempos de consumo que nos quitan tiempo, ¿el tiempo de la poesía, la poesía, es antisistema? -se le pregunta.
-Claro que es antisistema.
–¿Y hay que resistirnos?
-Exacto. No dejarnos arrancar. Conectar con nuestro ser vegetal, con la parte del ADN que compartimos con las plantas, reconectar con ellas y empaisajarnos un poco y evitar que nos arranquen esas formas la vorágine de los tiempos económicos.
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