Ticketmaster se corona como la empresa más preparada para le venta de boletaje en el mundo, pero la final del tour mundial Bad Bunny en México superó su capacidad. Ahora el gigante del monopolio de conciertos enfrenta una crisis de denuncias por sobreventa y boletos falsos de quienes perdieron su dinero.
Texto y fotos: María Ruiz
CIUDAD DE MÉXICO. – Ticketmaster es una empresa que se dedica a la venta de boletos, vende aproximadamente 500 millones al año en más de 30 países. La empresa nació en 1976. Dos años después logró expandirse de Estados Unidos al resto del mundo, y sus clientes son teatros, arenas y estadios.
En México la compra de boletos de los principales foros como el Palacio de los Deportes, El Foro Sol, el Auditorio Nacional o Bellas Artes están a su cargo. La empresa trabaja con OCESA; la productora musical más grande del país, y se encarga de la venta de boletos de sus eventos. Actualmente en México existen otros servicios de venta de boletos como Boletia, Ticket Fairy y Super Boletos, pero estos sólo se venden en foros pequeños de la ciudad como el Indie Rocks, Bajo Circuito o el 316. Hay foros independientes como el No Somos Nada Café y el Foro Alicia que siguen manteniendo de manera independiente la venta de tickets para sus conciertos.
En la pandemia comenzaron a visibilizarse una serie de denuncias hacia esta empresa por las cancelaciones de eventos masivos. Esto, debido al distanciamiento social. Pero fue el concierto final de la gira del reggaetonero Bad Bunny, lo que puso en la mira la falta de capacidad de la empresa para organizar su boletaje en eventos tan masivos.
El concierto del cantante boricua es el que más demanda ha tenido en la historia de la ciudad. Ticketmaster contaba con 120 mil entradas y registraron un aproximado de 4.5 millones de personas buscando boletos. Esto, según datos publicados en uno de sus comunicados el pasado doce de diciembre.
Y aunque la crisis de la primera fecha lo volvió tema de agenda, las denuncias de sobreventa y cancelación comenzaron desde antes. Una usuaria de Twitter publicó cómo, sin aviso, sus boletos fueron cancelados al día siguiente de lograr comprarlos en la fila virtual. Se dio cuenta cuando el montó del boleto le fue regresado a su cuenta bancaria, sin el cargo por el servicio. La empresa no dejó de cobrarlo.
Los cargos por el servicio nunca se reembolsan. Este cargo se calcula con base en el precio y categoría del evento en cuestión. En caso de que se cancele un evento, estos cargos no te serán reembolsados, lo hayas comprado en línea o de manera presencial en algún centro Ticketmaster.
Las cuotas por servicios aumentan bastante el costo del boleto. Estos son algunos ejemplos:
Lo que comenzó como una advertencia de un épico perreo masivo terminó en una escena triste llena de frustración, enojo y tristeza para quienes no pudieron acceder al concierto durante su primera fecha.
Hubo quienes acamparon desde la madrugada para poder estar lo más cerca de Benito Antonio Martínez, mejor conocido como Bad Bunny. Su objetivo era estar en primera fila a las 4 PM, cuando abrieron las puertas del Estadio para los fans del Conejo Malo. Pero el acceso se cerró pronto, antes de que empezara a cantar el boricua.
El concierto se retrasó una hora, y una hilera de policías antimotines custodiaban la puerta principal. Esto por la efervescencia del rechazo a quienes traían boletos falsos, el intento de entrar de quienes no tenían aún boletos y el rumor de un posible portazo.
La escena era triste. La venta de boletos falsos y el intento de quienes no tenían boleto de conseguir entrar convirtió una noche de perreo épico en el epicentro de denuncias y llantos de algunas chicas que, con ahorro y esfuerzo, habían conseguido un boleto; pero, ante el cierre de la puerta, no pudieron ni siquiera demostrar que era genuino.
La foto de la noche fue la de un concierto agotado, pero con un estadio semivacío.
Unos cuantos se subieron al techo de la entrada principal del estadio, pero fueron bajados por policías. Otros corrieron hacia los distintos accesos bajo el rumor de que los estaban dejando pasar en otras puertas. También hubo quienes decidieron regalar su boleto e irse.
Y hubo quienes, al no tener boletos, desde un principio tomaron las banquetas y se juntaron a cantar las rolitas, que durante todo el año fueron éxito en fiestas y bares: Moscow Mule, Me porto Bonito, Ojitos Lindos, Un Ratito, Neverita, Safaera… y le dieron al perreito entre miches y azulitos de los puestos de esquina de las calles de Santa Úrsula.
Hasta ahora Bad Bunny no se ha posicionado respecto a este problema que afectó a sus fans.
Los asistentes no fueron los únicos afectados. Aunque son parte del problema, los revendedores también tuvieron pérdidas. Boletos V, como se identificó el revendedor entrevistado para esta nota, y quien al subsistir a partir de una falta administrativa pidió no revelar su identidad, contó a Pie de Página que ese viernes su familia perdió 72 mil pesos por el cierre de acceso.
Boletos V es una empresa familiar. El papá del ahora revendedor también se dedicaba a lo mismo. Su hijo ahora también está en el negocio. Los encuentro afuera del Pepsi Center, donde están vendiendo boletos para el concierto del rapero Russ.
A ellos no les dan confianza los boletos electrónicos, y por eso buscan siempre los boletos en papel. Esos son los que venden a las afueras de los foros. Los revendedores de antaño buscan garantizar que sus boletos no son falsos entregando en la entrada, casi dentro del evento. Es la garantía que dan.
Boletos V dice que el boleto falso se vende por internet. Ahora la gente llega desconfiada e incluso entre los revendedores desconfían. Tienen sus redes, grupos de Facebook y Whatsapp con revendedores que llevan años en el negocio. Incluso cuenta que una vez agarraron a dos vendedores de boletos falsos y los entregaron a la policía: “A la media hora ya habían regresado” cuenta.
Un tip que da para identificar los boletos es el grosor de letras como la G, que se ve más gorda de la fuente que utiliza Ticketmaster. También habla de los espacios entre palabras. Esto es más evidente en la parte donde viene el nombre del show.
Para Boletos V la reventa nunca se va a acabar y “es tan vieja como Tin Tan”. Recuerda que en una de sus películas el famoso actor mexicano salía revendiendo boletos por ahí de 1946. Su red de compañeros de reventa se conforma de más de 500 personas. Él comenzó revendiendo boletos en los cines, en la plaza de Toros… “antes le invertías poco y ganabas mucho, ahora le inviertes mucho y ganas poco” cuenta.
Los precios de los boletos han ido cambiando. Después de la pandemia hubo un boom de eventos, conciertos y más. Esto provocó que sus precios aumentaran. Ahora hay boletos hasta en 7 mil u 8 mil pesos.
Hay quienes denuncian que Ticketmaster vende directo a revendedores y por eso se agotan los boletos. V explica:
“Es una gran mentira porque ya todo se vende en línea, y quien entra en línea ya la hizo, es un rife. Antes uno se quedaba toda la noche, traías gente y les pagabas 200 pesos para que ellos te sacaran tus boletos”.
Boletos V dice que la reventa nunca se va a acabar. También sabe que es una falta administrativa que le costaría 36 horas de detención en un torito, pero es la forma de vida de su familia y cree que mientras no engañe, es una forma de ingreso de antaño en la ciudad:
“Muchas veces la gente no sabe reconocer boletos falsos, eso está feo y perjudica y porque unos lo hagan, pagamos todos”.
Ante el caos y las denuncias, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) solicitó a Ticketmaster un informe sobre los problemas de acceso al concierto y la Defensoría Pública Federal prepara una demanda colectiva.
Hasta ahora 59 personas formalizaron quejas ante Profeco y Ticketmaster les notificó que tienen mil 600 quejas de reembolsos, directamente con ellos. En lo que va del año les han presentado 233 quejas en contra de este proveedor.
Profeco aún no cuenta con una conclusión sobre qué pasó, no han determinado aún ni la sanción ni el monto de multa y por ahora sólo piden que cumplan con la Ley Federal de Protección al Consumidor. Sin embargo, al final de la semana Ricardo Sheffield, titular de esta dependencia, informó que la empresa comenzó a reembolsar a los 2 mil afectados por el concierto de Bad Bunny. Además del reembolso, les dio el 20 por ciento del costo de sus boletos como forma de compensación.
Actualmente en Estados Unidos se presentó una demanda colectiva contra Ticketmaster liderada por los fans de Taylor Swift, después de que pasaron varias horas en la fila virtual y no consiguieron boletos. El caso llegó hasta el Senado de EU y puede ser un referente para lo sucedido en México.
No es la primera vez que se emprenden acciones contra Ticketmaster pero sí la más exitosa. En 1994 la banda Pearl Jam inició una huelga contra la empresa por los altos precios de los boletos de sus shows. Comenzaron a tocar únicamente en foros que no vendían sus entradas vía Ticketmaster, pero eran pocos y mal ubicados. Después de meses de una batalla legal, la ley determinó que no había elementos suficientes para sancionar a la empresa. El tema quedó en el olvido.
Para ser parte de la demanda colectiva encabezada por la Defensoría Pública Federal hay que mandar nombre, estado, datos de contacto y el problema vivido con Ticketmaster al correo ajcdmx_ifdp@correo.cjf.gob.mx
Y si fuiste de las personas afectadas puedes formalizar tu queja ante Profeco en el teléfono 55-5568-8722 y presentar la siguiente documentación:
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