¡Bicicletas al rescate! Un transporte que evita contagios de covid-19

23 junio, 2020

Recomendado por la Organización Mundial de la Salud, la bicicleta es el medio de transporte más seguro para evitar contagios de covid-19. Este mes, como parte de las medidas previsiones de vuelta a la “nueva normalidad”, se habilitaron ciclovías emergentes en la Ciudad de México, una medida que las organizaciones que fomentan el uso de este transporte esperan se quede con o sin pandemia

Texto: María Ruiz

Fotos: Daniel Lobato y María Ruiz

La bicicleta es reconocida por la Organización Mundial de la Salud como el transporte más seguro para evitar contagios de covid-19. Ayuda a evitar aglomeraciones, permite distancia entre los usuarios y posibilita realizar actividad física para mejorar su salud.

“En medio de una economía global que está bajo gran presión, con grandes incertidumbres y desequilibrios, cada vez más vamos a necesitar poder movernos de la manera más eficiente, rápida, cómoda y barata, y ésa va a ser la bicicleta. Si logras tener para desayunar, pues ya llenaste el tanque” señala Areli Carreón, presidenta de Bicitekas A.C., la organización que promueve desde 1998 el uso de este transporte en México.

En tiempos de la sana distancia, la covid-19 aceleró políticas públicas de movilidad que estaban en pausa en muchas ciudades del mundo:

“Los primeros seminarios o espacios de intercambio internacional de conocimiento alrededor del coronavirus y el transporte identificaron que la gente se contagió en los autobuses. Fueron los que dieron pie a todo el mundo a decir: ‘oigan, podemos utilizar la bicicleta como una opción de movilidad, con todas las ventajas que ya tiene, más la sana distancia’”, recuerda Carreón.

Ciclista en Xochimilco. / Foto: Daniel Lobato

La experta en movilidad explica que a partir de estas observaciones muchas ciudades de Europa adelantaron planes que tenían en cuanto a planeación y políticas públicas en torno a la bicicleta, que tienen que ver con mejorar la activación física, reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y conseguir una mejor calidad de aire. 

Para la ciclista en este momento es esencial replantear cómo habitamos el espacio público:

“No podemos seguir usando el espacio para los coches, porque lo necesitamos. Uno de los valores más importantes de la ciudad es el espacio público. Es absurdo que le dedique tanto a una forma de movilidad que es la que más conflictos -de contaminación, ruido, congestión, accidentes- nos causa”, explica.

Areli Carreón se imagina un escenario en el que para reactivar la economía de, por ejemplo, los restaurantes una opción sea restarle espacio a los automóviles. Se imagina una calle sin coches, con sillas y mesas, iluminada y con espacio suficiente para disfrutar una cena sin temor al contagio. La idea le ronda tanto en la cabeza que lanzó una encuesta en Twitter: “¿Irían a cenar a una calle libre de coches en Roma o Condesa, habilitada para poder cenar con ‘Susana Distancia’ cuando el semáforo lo permita?”. El 73 por ciento votó por el sí. 

Ciclista en la alcaldía de Tlalpan/ Foto: María Ruiz

Ciclovías emergentes, una buena respuesta… pero tardía 

En total, en Ciudad de México hay 247 ciclovías activas. Como medida de la “nueva normalidad”, la Secretaría de Movilidad habilitó dos  ciclovías emergentes, la primera en avenida Insurgentes y la segunda en Eje 4. Éstas contribuyen a evitar aglomeraciones. 

Esta medida incluye el préstamo de bicicletas de manera gratuita para el uso en el tramo habilitado en Insurgentes, que va desde Álvaro Obregón a Río Churubusco y próximamente llegará hasta Villa Olímpica. La secretaría lanzó una biciescuela virtual y gratuita para quienes buscan aprender a rodar.

Bicitekas celebra esta medida pero la considera tardía. La organización propuso 131 kilómetros de ciclovías desde el principio de marzo:

“Para nosotros llegó tarde porque lo planteamos como una estrategia de prevención, para aminorar la velocidad del contagio, pero en su momento no se la vio como prioritaria. Es hasta ahora que se utiliza más para la respiración económica”, recuerda Carreón.

Carreón espera que esta medida no sólo permanezca, sino que se expanda.  

Ciclista en artículo 123. / Foto: Daniel Lobato

“En la manera en la que consigamos infraestructuras se puede seguir, no sólo para atender la emergencia del coronavirus sino otros problemas como la falta de conexión, las malas condiciones del transporte público, los asaltos… Vamos a ver si logramos que se apliquen (infraestructuras para bicis) y que se pueda ampliar (a más) avenidas. Que sea un éxito al tal grado que se quede de forma permanente”, desea la ciclista. 

La ciclista advierte la necesidad de que esta infraestructura de ciclovías llegue a las periferias de la ciudad y al Estado de México, puntos de alto contagio de covid-19. Por lo pronto ya existe un proyecto de la primera ciclovía interestatal entre Naucalpan y Azcapotzalco. Y en esto es enfática la activista: es imposible que la gente use más la bicicleta si no existe infraestructura que les dé seguridad.

Perder el miedo a rodar

¿Qué tan posible es transportarte en bicicleta en la Ciudad de México? Para Areli Carreón la respuesta es “muy posible”. Explica que los trayectos urbanos que la mayoría de los citadinos realizan son menores a los 16 kilómetros. Una distancia perfectamente viable para andar en bicicleta. 

Para quiénes no se atreven a usarla o están a punto de hacerlo pero no se deciden, Areli Carreón da los siguientes consejos:

Que el miedo no te inmovilice 

“Es importante que el temor no te paralice. Que no te deje sin la oportunidad de actuar. La CDMX tiene un clima maravilloso y es fundamentalmente plana. En general somos una sociedad más respetuosa que otras, a pesar de los riesgos, por nuestra cultura de vida urbana. Está el señor de la basura, el señor del gas, el tianguis, la marcha… todas estas cuestiones llevan al automovilista a ser más cuidadoso y atento a lo que hay en la calle. A pesar de lo difícil y de la mala calidad de las calles, de lo mal organizado del transporte concesionado, los ciudadanos en general son menos agresivos”.

Ciclista en tianguis de Santa Úrsula. / Foto: María Ruiz

Aprende lo básico 

“Hay muchas personas que consideran que saben andar en bicicleta porque guardan el equilibrio, pero eso no es saber andar en bicicleta para poder salir de manera segura en la ciudad. En nuestro folleto de autoevaluación se explican las cosas que debes saber para para poder circular en la ciudad, haya o no ciclovía”. 

Practica y explora el territorio

“Haz recorridos cortos. Quizá ir en tu colonia por las tortillas, para ganar experiencia y confianza. Y una vez que tú hagas esos recorridos pequeños, eso te va a permitir ganar la confianza suficiente par a ver que no está lejos. Eso te permite ir evaluando qué tipo de equipo necesitas, si te queda grande la bici o chiquita. Después puedes ir adaptando tu bicicleta a tus necesidades. Date la oportunidad de explorar el territorio con calma, de ver donde está el cruce, conocer el terreno y medir cuánto tiempo necesitas para llegar a tu destino a tiempo, no ir con la misma lógica del automóvil de buscar una vía rápida. Descubrir rutas y tu propia potencia, velocidad y capacidad. Todo ese auto conocimiento hará que tu recorrido cotidiano sea más cómodo para ti”.

Precauciones ante la pandemia

Areli Carreón recomienda como medidas de bioseguridad, sanitizar la bicicleta -con cinco porciones de agua por una de cloro- con un aspersor, o lavar con jabón y agua los puños del manubrio y cualquier parte que pueda tener contacto con el virus antes y después del recorrido. Usar cubrebocas, no rodar con mucha gente, no tocarse la cara y evitar salir si se presenta algún síntoma de covid-19.

Foránea siempre, lo suyo es lo audiovisual y el periodismo es la vía por donde conoce y cuestiona al mundo.

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