Cinco meses después de esquivar más de 150 amparos, el gobierno federal presume los avances en la obra del aeropuerto en Santa Lucía. Trabajan 24 horas al día. La Sedena se ajusta a los tiempos de entrega de la magnaobra para el 2022.

Texto y foto: José Ignacio De Alba 

El gobierno intenta demostrar la eficacia de su administración con la construcción del aeropuerto de Santa Lucía, a cargo del ejército nacional. Después de librar una serie de obstáculos, la conclusión de la obra se proyecta para el 21 de marzo del 2022. 

Cientos de camiones de volteo, excavadoras, mezcladoras de cemento, grúas, trascabos se extienden sobre el terreno donde se construye el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles. Hace apenas cinco meses el gobierno federal pudo iniciar la obra, después de librar más de 150 amparos que se oponían a la construcción. 

Para sobreponerse al retraso la Secretaría de la Defensa Nacional, utiliza literalmente un ejército de obreros para remontar el tiempo perdido. En apenas unos meses la cimentación de la obra está a punto de concluir.  

Antes de dar un recorrido por la obra del nuevo aeropuerto, el presidente Andrés Manuel López Obrador ofreció un discurso en la base de Santa Lucía a las Fuerza Aérea, en el 105 aniversario de su creación. Ahí el mandatario aseguró que “fue una bendición el que se tomó la decisión de abandonar el proyecto de Texcoco”. 

El gobierno federal asegura que el avance de la obra es de más del 5 por ciento, en la obra hay casi 10 mil personas trabajando. Según explicó uno de los participantes de la construcción en el lugar se trabaja las 24 horas del día. 

Hoy López Obrador aseguró “Se lleva a cabo un  un seguimiento del avance de la obra, vamos en tiempo y en y se va a lograr la hazaña de hacer un aeropuerto de nivel mundial con bajo costo, mucha calidad y en tiempo”. 

José Ignacio De Alba

Cronista interesado en la historia y autor de la columna Cartohistoria que se publica en Pie de Página, medio del que es reportero fundador. Desde 2014 ha recorrido el país para contar historias de desigualdad, despojo y sobre víctimas de la violencia derivada del conflicto armado interno. Integrante de los equipos ganadores del Premio Nacional Rostros de la Discriminación (2016); Premio Gabriel García Márquez (2017); y el Premio Nacional de Periodismo (2019).