Becly, según autoridades, era el blanco de la matanza en la colonia Obrera que dejó 14 víctimas; en Minatitlán la recuerdan por su glamour y la gran popularidad que tenía entre las mujeres transgénero
Texto: Ignacio Carvajal
Fotografías: Yerenia Rolón
MINATITLÁN, VERACRUZ.- Glamurosa, de fiesta en fiesta, con muchas amistades, y siempre en el ambiente, hablando de la importancia de la humildad, así era la vida de Becly Ryn, asesinada el viernes en la balacera de la colonia Obrera.
La mujer transgénero del sur de Veracruz ha saltado a los círculos mediáticos pues su “cacería” por parte de un grupo de pistoleros derivó en la muerte de 13 personas más.
Becly Ryn fue ubicada por la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) como el blanco del ataque: «…sujetos arribaron al lugar preguntando por una persona conocida como ‘El Beky’ (sic), momento en que realizaron las detonaciones, privando de la vida a siete hombres, cinco mujeres y un menor, y dejando lesionados a tres hombres y una mujer”, dijo en un comunicado.
Este lunes, la Fiscalía General de Veracruz sostuvo esta misma versión, con base en testimonios recopilados, según dijo su titular Jorge Winckler.
«Descendieron alrededor de cinco o seis sujetos, con la cara cubierta con pasamontañas o pañoletas, portando armas de fuego tanto cortas como largas, mismas que se introdujeron al domicilio buscando a una persona denominada «Becky o la Bequerina», leyó el funcionario.
Entre las víctimas del ataque está el bebé Santiago, quien había cumplido un año de edad el pasado 17 de abril, cuyo padre también murió asesinado y su madre lucha contra los estragos causados por cinco balas.
A las seis de la mañana del sábado pasado, no se conocía la identidad de Becly Ryn, ni si quiera se tenía en cuenta que ya estaba entre las víctimas asesinadas.
Becly Ryn, cuyo nombre legal aún era Julio César González Reyna, vivía para las fiestas, los eventos sociales y la compañía de sus amistades. Siempre traía su agenda de eventos repleta de presentaciones, eventos de modelaje, concursos, etcétera.
Pero lo que le jalaba más tiempo y resultaba su real pasión era el cuidado de su bar, La Esquina del Cha-kl, ubicado en el corazón de su pueblo, Minatitlán, y que, de acuerdo con el fiscal, estaría relacionado con las causas del ataque.
«La privación de la vida de 13 personas y lesionados por el ataque de proyectil de armas de fuego puede tener vinculación con dos bares que están siendo investigados que es propiedad de una de las personas que perdieron la vida, uno es el bar que denominan La esquina del Cha-Kl; ahí tenemos un dato de alguien que nos dice, que nos indica, que en esta zona primero se vendía droga de un grupo de la delincuencia organizada y luego en este lugar se empezó a vender droga de un grupo distinto».
En el interior de La esquina del Cha-Kl, se realizaba la presentación de bailes protagonizados por hombres musculosos, traídos incluso de otros estados de la República, o por mujeres trans inspiradas en las artistas del momento.
Por eso, era ampliamente popular entre la comunidad LGBT. Constantemente en su bar se daban encuentros entre personas del mismo sexo que buscaban un espacio para charlar, convivir y coquetear.
Quienes la conocieron la ubican como una persona seria y trabajadora. De carácter fuerte; no permitía que nadie abusara de sus derechos y siempre estaba dispuesta apoyar a la comunidad cuando se trataba de discriminación.
El bar, al igual que el cuidado de su cuerpo, tenían su mayor dedicación. Desde hace algunos años llevaba tratamiento para cambiar su cuerpo. Entre las chicas trans de la región, era respetada y envidiada por los notables cambios en su cuerpo.
Amigos cercanos contaron que desconocían que tuviera problemas con algún grupo delincuencial. Aunque se han dado otras versiones, sobre la posible venta de sustancias prohibidas en su negocio, también hay quienes dicen que Becly Ryn fue víctima del propio éxito de su bar, pues los cobradores de “piso” la traían asolada, incluso, que sería una venganza.
En septiembre del 2014, Ivonne Alejandra González, de 34 años, su hermana, fue privada de la libertad al salir de una fiesta de quince años.
La dama dijo que iba a un antro llamado Bora Bora, y de ahí no supieron más de ella. Días después, en avanzado estado de putrefacción, su cuerpo fue encontrado en un rumbo a la zona rural de Cosoleacaque con huellas de violencia sexual.
“Otro más, no puedo con esto, otro más no, por favor. Esto no…”, gritaba un familiar de Becly Ryn el viernes pasado.
Por el momento ningún grupo de la delincuencia se ha adjudicado los hechos, pero de las 14 víctimas, seis presentaban impacto de bala en el cráneo, lo que confirma lo dicho por testigos en la escena del crimen, que algunos habían sido rematados.
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