Beautiful boy: una mirada a la paternidad

25 enero, 2025

La película de Felix Van Groeningen nos habla sobre la reconstrucción personal, a la vez que modificamos nuestras relaciones. Enseña que el camino de las drogas es complejo, con altibajos y recaídas, y que la fuerza de voluntad no es suficiente para superarlo

Texto: Andi Sarmiento

Foto: Tomada del trailer oficial

CIUDAD DE MÉXICO. – Dirigida por Felix Van Groeningen, Beautiful Boy es una historia de paternidad, cuidado y crecimiento mutuo, en la que David, el padre de Nic, debe aprender a lidiar con el consumo de sustancias de su hijo.

La película presenta diversos elementos de lo que conlleva una adicción, planteando que esta es una cuestión biológica, emocional y social. Además, muestra el impacto que tienen las drogas no solo en quien las consume, sino también en todo su entorno.

Drogas y paternidad

David es periodista, padre de Nic y de dos niños menores, varios años más pequeños que él. Desde la infancia, Nic y David siempre tuvieron una buena relación basada en la confianza y la comunicación. Sin embargo, la rutina comenzó a cambiar cuando Nic entró en la adolescencia: comenzó a sentirse más desencajado, más ansioso, más triste y, además, empezó a utilizar las drogas como una forma de escapar de su realidad.

Con el paso del tiempo, la dependencia fue aumentando y Nic comenzó a consumir sustancias cada vez más fuertes. La película no se centra solo en el daño físico que esto conlleva, sino en las afecciones neurológicas que alteran su conducta y, por lo tanto, sus interacciones con su entorno, así como la percepción que tiene de sí mismo.

Lo que ocurre es que los niveles de ciertos neurotransmisores en su cerebro, encargados de hacernos sentir placer, se alteran. Con este desbalance, se distorsiona su percepción de la realidad. Ya no siente ánimos más que con la ayuda de las sustancias, y la forma en que recuerda ciertas situaciones también se ve afectada, lo que influye en sus respuestas actuales, basadas en un pasado deformado.

Llega un momento en que ya no es Nic quien habla, sino su adicción. La droga lo hace actuar de cierta manera, convencido de que, sin ella, no podrá volver a ser feliz. David debe comprender esto para poder afrontar la situación, ya que necesita entender que su hijo no está actuando ni pensando como lo hacía en el pasado.

Romper con la rutina

David se encuentra en el proceso de asimilar que el chico que tiene enfrente sigue siendo su hijo. El mismo niño risueño, con ilusiones y una gran curiosidad por conocer el mundo, creció, tomó sus propias decisiones y perdió el control de sus emociones hasta llegar a la situación en la que está. Ese niño ahora se enfrenta a una gran incertidumbre, está en la etapa en la que debe tomar las riendas de su vida, definir quién es y hacia dónde va, pero se siente desesperanzado e inquieto al respecto.

David debe aceptar este crecimiento y aprender que las dinámicas que siempre ha tenido con su hijo ya no funcionan de la misma manera, pues Nic ha cambiado.

La película plantea distintos conflictos morales a los que se enfrenta una comunidad cuando uno de sus miembros rompe con la rutina familiar, especialmente desde la perspectiva de la crianza. El trabajo de reconocer a su hijo en la actualidad implica una gran responsabilidad, pero también mucha culpa.

Los cuidados, una tarea colectiva

Cuando se habla de adicciones y salud mental, surgen sentimientos de arrepentimiento, producto de la nostalgia de la época anterior, antes de que estos pensamientos comenzaran a inundar. Es común que los padres se cuestionen: ¿qué fue lo que hice mal?

Sin embargo, es importante recalcar que estos son asuntos complejos, que involucran muchos factores emocionales y culturales. Si bien la crianza, la atención y la convivencia general en casa juegan un papel importante, no lo son todo. No existe una norma que establezca cómo atender a alguien con un problema de consumo, así como tampoco hay un tipo de persona que pueda caer en ello, ya que cada individuo es un caso único.

No todo aquel que consume se convierte en adicto, a pesar de que dos personas puedan provenir de contextos similares; cada una tendrá una reacción distinta ante las sustancias.

Es por esto que la carga no puede recaer sobre una sola persona. David lo está asimilando, pues entiende que parte de su papel en torno a su hijo es actuar de acuerdo con lo que está en su control. Por más que lo intente, las conductas de Nic no son su culpa, aunque esa conclusión le duela.

Dejar ir, un acto de amor

A David lo que le queda es acompañar a su hijo, pero sin confundir este acompañamiento con tratar de solucionar lo que ya está fuera de su alcance. Además, no puede desatender al resto de la familia, ni a su esposa ni a los otros dos niños en casa, que también se ven afectados. Por otro lado, aprende que su responsabilidad como padre también consiste en proteger a los niños pequeños, quienes inevitablemente notan la situación de su hermano mayor, y debe encontrar la manera de abordar este asunto con ellos, lo cual no es tarea sencilla.

Así, con todo el amor del mundo, David comienza a desprenderse de la situación de Nic, no porque no le importe, sino porque se le ha escapado de las manos. Siempre estará allí, pero no puede actuar por él.

Beautiful Boy nos habla sobre la reconstrucción personal a la vez que modificamos nuestras relaciones. Enseña que el camino de las drogas es complejo, con altibajos y recaídas, y que la fuerza de voluntad no es suficiente para superarlo. Involucra a muchas personas, y como externos, debemos aceptar que no podemos manejarlo todo y que tomar distancia está bien, pues no podemos cargar siempre con las emociones y situaciones ajenas, aunque este proceso sea profundamente doloroso.

Esta película está disponible en Amazon Prime.

Andi Sarmiento

Me gusta escribir lo que pienso y siempre busco formas de cambiar el mundo; siempre analizo y observo mi entorno y no puedo estar en un lugar por mucho tiempo