26 septiembre, 2024
A diez años de uno de uno de los episodios de desaparición por el Estado más importantes, el caso Ayotzinapa permanece sin ser resuelto. La opacidad que lo rodea profundiza la desconfianza histórica que ha existido a las instituciones mexicanas.
Texto: Redacción, con información de Camilo Ocampo
Foto: Jesus Almazán
CIUDAD DE MÉXICO.- El caso Ayotzinapa simbolizó el punto más alto de una crisis en el régimen político del país que por acción u omisión, fue responsables de la desaparición de 43 estudiantes, dice un pronunciamiento firmado por más de 330 artistas, académicos, activistas y periodistas que demandan justicia a 10 años de aquella trágica noche.
A pesar de que el gobierno de Andrés Manuel López Obrador prometió hacer lo necesario para alcanzar la verdad y la justicia, como la creación de la Comisión para la Verdad y Acceso a la Justicia (COVAJ), o la reincorporación de los trabajos del Grupo Interdisciplinario de Expertos Independientes (GIEI), a partir de 2022, estos avances comenzaron a revertirse, descarrilando el proceso de investigación y deteriorando la relación entre la presidencia y los familiares de los 43.
En la carta, disponible en este enlace, las más de 300 personas que firman demandan:
– Restablecer las investigaciones con una fiscalía consensuada con las madres y padre, retomar las pesquisas interrumpidas tras la renuncia del fiscal Omar Gómez Trejo.
– El Cese inmediato del hostigamiento mediático desde la presidencia hacia las madres y padres de los 43
– Un firme compromiso de verdad y justicia por parte del nuevo gobierno de Claudia Sheinbaum
– La entrega inmediata de los 800 folios militares relativos a la desaparición forzada de los 43 compañeros normalistas.
Un día antes de que se cumplieran 10 años de la desaparición de los jóvenes, en la Facultad de Economía de la UNAM, académicos, periodistas y activistas se reunieron para dialogar sobre lo que ha fallado en estos años alrededor del caso Ayotzinapa y lo que implica para la historia del país.
Ángel Ruiz, analista y especialista del Centro de Análisis Fundar, aseguró que Ayotzinapa marcó un hito histórico dentro de uno de los dos periodos históricos donde se han extendido las desapariciones en el país.
“A pesar de que en 2012 había, con el movimiento de la Paz, Justicia y Dignidad, toda una discusión sobre la violencia en el país, es Ayotzinapa el que pone en el centro de la discusión nacional e internacional las desapariciones en el país.”
Después de la “verdad histórica”, la supuesta explicación que se quiso montar en el sexenio de Peña Nieto, se pudo haber trabajado en tres líneas para esclarecer el caso: tener un impulso decidido desde el Gobierno, que se logró con la creación de la COVAJ; hacer una investigación imparcial e independiente del caso y tener asistencia técnica internacional, como la del GIEI. Sin embargo, estos esfuerzos se coartaron a mitad del sexenio.
El analista explica que ante ello pueden haber dos explicaciones: “Una es un: yo tengo la capacidad y en realidad decido no hacerlo y la otra es: en realidad no tengo la capacidad para hacerlo, y hay unas personas que manejan el poder político del país, que son los militares, y yo en la escala de poder yo estoy debajo”.
Por su parte, el periodista Kau Sirenio Pioquinto, y el activista Luis Tuñón Arriaga, integrante del Comité 68, retomaron una línea de investigación relacionada con la lucha social que históricamente se ha gestado en la Normal Rural.
“Como reportero, venía escribiendo sobre Ayotzinapa, sobre las distintas agresiones que han sufrido”, comentó Sirenio Pioquitno. “Había logrado recuperar las memorias de los asesinatos de Jorge Alexis Herrera Pino y Gabriel Echeverría de Jesús”, contó. “Luego vino el movimiento de 2013 en contra de la reforma educativa, entonces yo alcancé a registrar por lo menos 10 agresiones”
Ese era el contexto de las coberturas que trabajaba Kau Sirenio, cuando el 26 de septiembre del 2014 se enteró de lo que había sucedido. “Aún no lo dimensionamos, porque después se confirmó que no había muertos en ese primer ataque, sino que había heridos, de ese primer ataque”. Y finaliza: “Lo que yo puedo pensar, es que la desaparición del 26 de septiembre no es una agresión que tenga que ver con un tema de narcotráfico, con un tema de violencia, sino que esta es una agresión de contrainsurgencia, en contra de la normal rural de Ayotzinapa”.
Luis Tuñón, coincidió: “A esta escuela casi siempre se le ha clasificado, se le ha tenido la creencia que ha forma guerrilleros, esta ha sido la tónica de los gobiernos y por eso es que a esta escuela se le ha castigado bastante, lo mismo que otras escuelas normales en el país”.
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