Aviones de la muerte

19 abril, 2023

Tatyi savi

Ahora más que nunca los cuarteles y los archivos militares deben de abrirse para que no quede en el olvido que en este país, durante 60 años, los militares instalaron el terrorismo de Estado

Tw: @KauSirenio

La Comisión para el Acceso a la Verdad visitó este fin de semana la Base Área Militar número 7 (BAM-7), de Pie de la Cuesta, Guerreo. En ese lugar salieron los vuelos de la muerte en 1971.

De acuerdo con documento desclasificado de la Secretaría de la Defensa Nacional, en marzo de 1971 arrancó el Plan Telaraña, cuya misión principal consistía en la “localización, captura y neutralización en su caso, de los grupos maleantes, lo cual se logrará por medio de la constante búsqueda de información”.

El Plan de Operaciones, un documento diseñado como manual para que el Ejército Mexicano y Fuerza Aérea Mexicana (FAM), que tenía como objetivo que se combatiera a la guerrilla, fue firmado por el secretario de la Defensa Nacional, Hermenegildo Cuenca Díaz.

Plan Telaraña fue una operación contrainsurgente que se implementó en la Sierra, Montaña y Costa de Guerrero para sofocar la guerrilla rural de Genaro Vázquez Rojas y Lucio Cabaña Barrientos.

Vázquez Rojas nativo de San Luis Acatlán región de la Costa Chica, mientras que Lucio Cabañas desarrollo su luchar armada en la Sierra de Atoyac, Costa Grande.

De ahí que la operación Telaraña fue encarnizada contra la base social de la guerrilla de la Asociación Cívica Nacional Revolucionaria (ACNR) y en contra de la Brigada de Ajusticiamiento del Partido de los Pobres (PdlP).

La declaración del testigo ante la procuraduría militar, el mecánico del avión Arava matricula 2005 de la FAM, Margarito Monroy Candia, dijo que durante los años 1975 y 1979 época de la guerra sucia se realizaron 33 vuelos »de la muerte».

El testimonio Monroy Candia señala a los generales Arturo Acosta Chaparro y Francisco Quirós Hermosillo quienes dieron la orden de lanzar al mar más de 200 cadáveres de campesinos que llegaban a la BAM 7.

Durante el juicio de noviembre de 2002, el mecánico militar Monroy Candía declaró que participó en 15 viajes, cargando un total de 120 cadáveres, el que daba la orden de tirar los paquetes era el general Acosta Chaparro.

De acuerdo con los testimonios de los militares, la fuerza armada cuenta con una bitácora de vuelo del avión Arava asignado a la BAM-/ de Pie de la Cuesta, desde donde se realizaron viaje para transportar entre ocho y 12 cuerpos de campesinos para arrojarlos en el océano Pacífico.

La bitácora del vuelo de la muerte, está asentada en el expediente de la causa en contra de Quirós Hermosillo y Acosta Chaparro por desaparición y asesinato de 143 campesinos.

En las averiguaciones que realizó el Ministerio Público Federal, consta de las declaraciones de testigos como Gustavo Tarín Chávez y del entonces teniente Monroy Candia. Ambos precisaron que “los cuerpos eran metidos en bolsas de lona” y los colocaban en el avión Arava.

La BAM-7 de Pie de la Cuesta fue uno de los centros de detención y tortura diseñado por el Estado mexicano para aniquilar a la población civil que se oponían a la dictadura del Partido Revolucionario Institucional (PRI).

De ahí la importancia que la Comisión para el Acceso a la Verdad, el Esclarecimiento Histórico visite estas instalaciones para conocer la cárcel de tortura que implementaron los militares en Guerrero. 

Lo que preocupa es que no se haya invitado a familiares de personas desaparecidas durante la guerra sucia en Guerrero y miembros de organizaciones sociales para que acompañaran el recorrido en la BAM-7 de Pie de la Cuesta.

La molestia de familiares de personas desaparecidas durante la guerra sucia es que lo hayan dejado fuera ignorados por integrantes de la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV), quienes, al concluir el acto, celebrado ayer por la mañana en las instalaciones militares.

En las afueras de la BAM-7, integrantes del Colectivo de Esposas e Hijos de Desaparecidos de la Guerra Sucia y de la Asociación Representativa de Ejidos y Comunidades y Violaciones a los Derechos Humanos, esperaron 22 horas y nadie los atendió.

Mientras que, en la Ciudad de México, el Colectivo Movimiento por la Verdad y la Justicia de Familiares de Personas Desaparecidas de la «Guerra Sucia» de los años 60, 70 y 80 del Siglo Pasado en el Estado de Guerrero mantienen tomada las instalaciones de la Comisión Ejecutiva de Atención a víctimas (CEAV) desde el 17 de marzo, exigen que se cumplan los acuerdos firmados el 27 de octubre de 2022.

“Nos pronunciamos en contra de la cerrazón que tienen las diversas dependencias de gobierno ante los hechos que venimos presentando las personas que somos víctimas de violaciones graves a nuestros derechos humanos, acontecidos hace más de 50 años, hechos derivados por el Estado gobierno con su brazo armado (el ejército mexicano) y que hasta la fecha se nos revictimiza y excluye de los procesos de Verdad y Justicia por nuestros familiares detenidos desaparecidos” señalan en un comunicado.

Así las cosas, el contexto que llevó a las graves violaciones a los derechos humanos es una herida que no ha podido sanar ni cerrar, los familiares no han terminado su duelo porque siguen esperando a la hija, hijo, esposa, esposo, hermana, hermano, tía, tío, mamá y papá.

Mientras esto no ocurra es muy difícil sentar la base para la reconstrucción de un país vejado, ultrajado por el Estado mexicano. Los abusos cometidos por miembros del Ejército mexicano, Fuerza Aérea Mexicana y la Marina Armada de México son cuentas que están pendientes que todos los mexicanos esperamos una respuesta contundente.

Castigo a los responsables, reparación del daño y la no repetición de los hechos, son las demandas de todas y todos los mexicanos a la Comisión para el Acceso a la Verdad y el Esclarecimiento Histórico.

Ahora más que nunca los cuarteles y los archivos militares deben de abrirse para que no quede en el olvido, de que en este país durante 60 años los militares instalaron el terrorismo de Estado.  

Porque vivos se los llevaron, vivos los queremos… 

Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.