Avelina Ramírez López es la secretaria general del sindicato de jornaleros agrícolas. En San Quintín, otras mujeres continúan con la lucha por el reconocimiento de sus derechos en los campos agrícolas, así como acceso a la educación, salud y salario digno
Twitter: @KauSirenio
A siete años del movimiento agrícola en el Valle de San Quintín, las mujeres avanzaron en la construcción de representación política en el sindicalismo mexicano, el Sindicato Independiente Nacional Democrático de Jornaleros Agrícolas (SINDJA) se convierte así en el primer sindicato con una mujer en la toma de decisiones. “Yo digo que no debemos de bajar la guardia, porque si lo hacemos ganan ellos”, advierte Avelina Ramírez López.
En la caravana de jornaleros agrícolas de San Quintín, Baja California, en 2017 iba Avelina Ramírez López como secretaria de Equidad de Género del SINDJA.
“Queremos decirles que somos las mujeres las que trabajan dos veces más en San Quintín: lo hacemos en los surcos y en la casa, donde le cocinamos a nuestros hijos, esposos y nietos; pero somos las más olvidadas, las ultrajadas, por ser pobres, indígenas y mujeres” dijo la ahora secretaria general del sindicato de jornaleros agrícolas.
La travesía inició ese sábado 4 de marzo en Valle de San Quintín, 32 hombres y mujeres decidieron olvidar un rato de los surcos para aventurarse en una caravana que ellos mismo llamaron “salario justo y vida digna”, consigna que llevaban en su lona y propaganda que repartían en cada lugar donde hacen parada para exponer sus razones el por qué el singular viaje a la capital del país.
En la caravana Avelina era la Única mujer con representación al interior del sindicato de jornaleros, desde ese espacio alzó la voz en contra de acosos sexuales en los surcos de los campos agrícolas. La caravana nacional de jornaleros visitó las principales ciudades del norte del país.
En la protesta frente a la garita el Chaparral de Tijuana, Avelina era la más entusiasta en el mitin y no paraba de repetir: “Salario justo y vida digna, para las jornaleras y jornaleros de los campos de fresas, arándano, frambuesa; tomate, cebolla, chile, calabaza…”
El propósito de los trabajadores agrícolas fue articular las organizaciones sociales e indígenas para impulsar una agenda común del Norte al Sur. Sin embargo, no lograron la meta, un año después el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) ganó la presidencia de la República en las urnas y las luchas sociales quedaron paralizadas.
No es que haya habido cambios estructurales en los campos agrícolas, sino que, líderes de organizaciones sociales fueron coptados por los partidos políticos, mientras que la base quedó en espera de una solución inmediata, pero esto no ha llegado. La situación en San Quintín no ha mejorado para los obreros agrícolas, tampoco en los estados de Baja California Sur, Sonora, Sinaloa, Jalisco, Colima, Guanajuato y Michoacán.
En el recorrido Avelina se reunió con los jornaleros oaxaqueños e integrantes del Movimiento de Unificación de la Lucha Triqui (MULT), en Caborca Sonora, ahí platicó con las mujeres sobre la lucha que la llevó unirse a la caravana para ir a la Ciudad de México a demandar mejores salarios y trato digno en los surcos.
“Somos los explotados de los surcos de México” abrió su intervención en Mexicali. Avelina contó que se incorporó al sindicato de jornaleros, porque los acosos de los mayordomos en los surcos eran cada vez más insoportables. Con primaria concluida y sin experiencia en la organización, dejó los surcos para hacerse cargo de un espacio para mujeres.
“Trabajé como máquina —dice Avelina—, sin la noción del tiempo, ni saber que estaba haciendo bien las cosas, a pesar que el mayordomo me enseñó cómo cortar las fresas, pero me costó mucho aprender hacerlo. Lo aprendí a hacer, pero ¿qué fresa debía cortar? ¿Cómo saber cuándo están maduros o ya se pasaron? El mayordomo a cargo me pidió cortar todos los rojos, naranjas y pintos” recordó.
En San Quintín, otras mujeres continúan con la lucha por el reconocimiento de sus derechos en los campos agrícolas, así como acceso a la educación, salud y salario digno. Lucila Hernández continúa con el trabajo en la asociación de Mujeres de todos los Colores. Mientras que Gloria Gracida trabaja desde las aulas con los hijos de los jornaleros.
Periodista ñuu savi originario de la Costa Chica de Guerrero. Fue reportero del periódico El Sur de Acapulco y La Jornada Guerrero, locutor de programa bilingüe Tatyi Savi (voz de la lluvia) en Radio y Televisión de Guerrero y Radio Universidad Autónoma de Guerrero XEUAG en lengua tu’un savi. Actualmente es reportero del semanario Trinchera.
Ayúdanos a sostener un periodismo ético y responsable, que sirva para construir mejores sociedades. Patrocina una historia y forma parte de nuestra comunidad.
Dona