Otro caso en México –esta vez en Sinaloa– en el que a una familia lesboparental, el DIF arrebata a sus hijos y un funcionario hace comentarios como «siendo lesbianas, no son aptas para ser madres».
T: @lydicar
Como se ha narrado en este espacio, en México hay mujeres que por una denuncia sin fundamento pierden a sus hijas e hijos. Esto se encuentran sufriendo Denisse y Verónica, una pareja de madres lesbianas que hace dos años decidieron vivir juntas y formar una familia con sus tres hijos: Javier y Montserrat de nueve años, y Brian de 10 años.
El problema inició con la colonia donde la familia vivía, en Navolato, ya que algunos vecinos hostigaban a la pareja. Verónica explica cómo uno de los vecinos se esforzaba por meterse a su casa, incluso ofrecía ir a barrer, con tal de meterse.
A ello se agregó que Javier, hijo biológico de Verónica, empezó a tener problemas en la familia. Denisse y Verónica pidieron ayuda, pero ni la familia biológica ni nadie ayudó. En cambio, «alguien» denunció a la pareja por maltrato familiar, lesiones y desnutrición.
El 20 de agosto de 2022, es decir hace casi ya siete meses, el DIF de Navolato, Sinaloa, se llevó a los tres niños. La Red de Madres Lesbianas de México, una organización que rea vínculos de familias lesbomaternales en todo el país, destaca un comentario por parte del titular de la Procuraduría de Protección de Niñas, Niños y Adolescentes del Sistema DIF Navolato, el licenciado Domingo Rodríguez Méndez, quien les dijo que ellas “siendo lesbianas” no son aptas para ser madres. Que mientras sigan juntas van a terminar en la cárcel. Incluso les dijo que las podía convertir en mujeres.
Dos de los pequeños se encuentran desde entonces en el DIF y el otro pequeño está con una abuela. A este último lo enviaron a una casa donde hay una persona con problemas de adicción graves; aquí el DIF no hizo ninguna evaluación clara. En cambio, a los otros dos, los mantienen retenidos, aunque hay una persona apta para cuidarlos.
La agente del ministerio público Arely Jacobo Cisneros, determinó que los niños se quedaran en la Ciudad de los Niños, a pesar de que hay familiares dispuestos a cuidar de Brayan y Montserrat. Esto a pesar de que la madre de Denisse ha buscado cuidarlos. LAs autoridades de Navolato alegan que se le hizo un peritaje y resultó «no apta». Se les practicó otro peritaje en otro municipio y resultó perfectamente apta.
Han pasado siete meses.
La cosa es grave. Para una niña o niño en formación, estar institucionalizado suele ser el último recurso. Hay muchos aspectos del desarrollo, emocionales, que se pierden o se dañan de forma casi irreversible. Las infancias lo que más necesitan es amor y estabilidad. Los albergues no suelen darlo. Además, enfrentémoslo, hay pocas garantías de que un pequeño no sufra maltrato en estos espacios. «Se ven mal, mal vestidos, tristes, mal alimentados», concluye Verónica.
Hace unos días, la niña cumplió años y no dejaron que sus madres la visitaran.
Verónica y Denisse solicitan, por un lado, ayuda legal, ya que no han contado con una defensa adecuada, por lo que temen perder la custodia. Por ejemplo, retrasos en las copias de sus carpetas, algunas de las páginas borrosas. Por otro lado, que permitan que por mientras la madre de Denisse pueda hacerse cargo de los niños.
Este no es el primer caso en el que la discriminación y la lesbofobia ocasiona que los niños sean arrebatados de sus madres. Apenas hace unas semanas, en Pie de Página narramos la historia de Julissa, a quien, también, las autoridades locales, le arrebataron a sus hijos.
Una raya más en la violencia contra las infancias. México es uno de los países con cifras sobrecogedoras respecto a la violencia contra la infancia: destino de turismo sexual, altos índices de maltrato físico y abuso; falta de cifras para saber genuinamente qué está pasando. Sin embargo, en el caso de madres lesbianas, en el caso de madres solteras, o en el de la violencia vicaria, pareciera que es muy fácil arrebatar a una mujer sus hijos.
Lydiette Carrión Soy periodista. Si no lo fuera,me gustaría recorrer bosques reales e imaginarios. Me interesan las historias que cambian a quien las vive y a quien las lee. Autora de “La fosa de agua” (debate 2018).
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