Arranca “la vanguardia” de la Cuarta Transformación

1 julio, 2019

En el despliegue oficial de las operaciones de la Guardia Nacional, los jefes de todas las fuerzas de seguridad del país aseguraron que están unidos y coordinados en una sola estrategia. El presidente reconoció que el éxito de su proyecto depende de lograr detener la violencia que asola al país

Texto: Daniela Pastrana

Fotos: María Ruíz

Andrés Manuel López Obrador hizo una pausa para encontrar las palabras. “No olviden que del trabajo de ustedes va a depender mucho el que llevemos a cabo entre todos los mexicanos la Cuarta Transformación de la vida pública de México”, dijo el presidente, acompañando su mensaje con un ademán de la mano, como si quisiera que de ella saliera el impulso para los hombres y las mujeres que lo escuchaban en silencio en el campo militar.

“(Quiero pedirles) que formen parte, que sean actores principales de esta transformación, ustedes, los integrantes de la Guardia Nacional. La vanguardia para lograr la transformación de México”, insistió el mandatario.

Pasaban de las 11 de la mañana. En el Campo Militar Marte, el mismo lugar donde el expresidente Felipe Calderón inauguró en 2012 un memorial para las víctimas de la violencia que desató su guerra, este domingo inició formalmente el despliegue de la Guardia Nacional que tendrá el encargo de principal de “pacificar” al país.

La controvertida institución, impulsada por el primer presidente emanado de un partido de izquierda, iniciará con 70 mil elementos que cubrirán 150 regiones del país, y “poco a poco”, según explicaron va a ir creciendo hasta cubrir 266 regiones con 150 mil elementos.

El banderazo de salida a las operaciones de una institución que ha sido cuestionada por la ONU y organizaciones de defensa de derechos humanos, ocurrió al cumplirse 7 meses del gobierno que ha ofrecido un cambio profundo en la vida pública de México y un día antes del magno festejo por el aniversario del triunfo electoral más contundente de la historia reciente del país.

Los asistentes a la ceremonia no escucharon los reclamos de miles de personas que, a cuatro kilómetros de ahí, en la columna del Ángel de la Independencia, exigían la renuncia del presidente. Los manifestantes, animados por dos expresidentes (Vicente Fox y Felipe Calderón) tampoco se interesaron en el mensaje de respaldo al plan de gobierno de López Obrador que dieron las fuerzas armadas del país, en voz del jefe del Ejército, Luis Crescencio Sandoval.

“Nuestra nación cuenta con Fuerzas Armadas leales e institucionales, surgidas del pueblo y con arraigo a una mística de servicio a la patria; Fuerzas Armadas que son flexibles y que han sabido adaptarse a las circunstancias que en su devenir la situación les ha impuesto. Y en estos tiempos que vivimos no es diferente, nos ajustamos a la realidad y somos conscientes de la necesidad de coadyuvar en los esfuerzos que se realizan en materia de seguridad pública”, dijo el secretario de la Defensa, en un mensaje político poco común para un jefe militar.

“México nos necesita a todos, necesita que los poderes de la Unión, los tres órdenes de gobierno, instituciones, sociedad, Guardia Nacional y Fuerzas Armadas trabajemos de manera estrecha y coordinada. Necesita que caminemos juntos (…) La Guardia Nacional es un elemento importante en una estrategia mayor, que consiste en transformar al país. El desafío parte, desde generar bienestar social hasta desterrar la corrupción, pasando por producir empleos, mejorar la educación, la salud y los servicios, ampliar la seguridad social, restaurar el tejido colectivo, fortalecer las industrias estratégicas, colocar a la persona en el centro de la política social y proyectar la diversidad de nuestro mosaico ético nacional en la vida cotidiana”.

La ceremonia, corta y sencilla, no tuvo sobresaltos. Ni banderas izadas al revés ni banderas que se desgarraran al izarse, como ocurrió en este mismo Campo Marte en las últimas dos ceremonias del “Día de la Bandera” que encabezó el expresidente Enrique Peña Nieto.

Por el contrario, los militares responsables de la logística del evento, varias mujeres jóvenes, llamaban la atención por su amabilidad y buen ánimo. Podría decirse que había un ambiente relajado, a pesar de las estrictas medidas de seguridad que incluyeron el cierre vial de un kilómetro a la redonda.

El evento “histórico”, como definieron todos los oradores, fue también profuso en mensajes. Como las prioridades jerárquicas de los poderes en el país, resumidas en las presentaciones oficiales del moderador: el primer saludo, para Beatriz Gutiérrez Müller, “esposa del presidente”, seguida de los secretarios de Defensa y de la Marina y de Seguridad Ciudadana. Después, los presidentes de las cámaras de diputados y senadores, ambos del partido en el gobierno, y luego el ministro presidente de la Suprema Corte de Justicia. Tras ellos, el comandante de la Guardia Nacional, el Fiscal General de la República, la secretaria de Gobernación, y el resto de los integrantes del gabinete, gobernadores y funcionarios. Nadie de la Comisión Nacional de Derechos Humanos.

También fue notorio el tono civil del evento militar. No sólo porque López Obrador no se puso un uniforme militar, como lo hizo en varias ocasiones de 2007 Felipe Calderón, cuando arrancó su “guerra contra el narco”; ni por la insistencia en los discursos de que esta nueva fuerza no tendrá excesos sobre la población, ni por el lema con el que nace la nueva institución (paz y justicia), sino porque 19 de los 30 asistentes sentados en la mesa de honor eran civiles.

Para lo que ya no alcanzaron los aires transformadores fue para la equidad, al menos en las jerarquías: 6 mujeres y 24 hombres el pódium. Cinco oradores varones. Una Guardia Nacional que difícilmente cambiará la estructura masculina de la élite militar.

El primero en tomar la palabra fue el comandante en jefe de la nueva corporación, Luis Rodríguez Bucio, quien, tras agradecer “la confianza y el honor” del nombramiento, destacó el “hecho histórico” del arranque de “la que será la más grande institución de seguridad pública creada en la historia de México”.

A él, dijo, le toca articular “la visión militar y la visión civil” y para ello está enfocado en tres cosas: un estricto proceso de selección, capacitación permanente y “proximidad social”. El sello de la casa, aseguró, serán “los valores de legalidad, objetividad, eficiencia, profesionalismo, honradez y respeto a los derechos humanos”.

“El consenso que da origen a la Guardia Nacional nos brinda legitimidad, pero también nos compromete a cumplir con nuestro deber en todo momento al máximo de nuestras capacidades”, dijo el comandante. Y no habrá “descanso ni tregua” en el objetivo de hacer que esta institución “sea histórica”. Aunque también matizó: “De acuerdo con la magnitud de la tarea es conveniente que haya una prudente administración de las expectativas a corto plazo”.

En su turno, Alfonso Durazo delineó el diagnóstico y las previsiones posibles: “Nos dejaron el país en medio de un ‘sálvese quien pueda’ (…) Heredamos instituciones de seguridad insuficientes corrompidas e impregnadas de vicios. Frente a ese desastre, ni la continuidad ni los parches de coyuntura eran opción (…) Estábamos obligados a buscar soluciones de fondo”, dijo el secretario de seguridad ciudadana.

“La Guardia Nacional marcará el inicio del fin de la violencia en nuestro país. Nuestro gran reto sigue siendo el corto plazo (…) La inseguridad en nuestro país tiene remedio. Pero no lo lograremos de la noche a la mañana porque este problema tampoco se generó de la noche a la mañana”.

Siguieron el Almirante José Rafael Ojeda Durán y el General Luis Crescencio Sandoval, secretarios de la Defensa y la Marina, con un mensaje al alimón, para mostrar que “siempre Defensa y Marina actuaremos juntos”.

Ojeda aclaró que “este gran esfuerzo de seguridad pública”, se sumará al Sistema Nacional de Seguridad y Justicia, y trabajará con las 32 fiscalías y policías estatales y municipales de México, así como con los poderes federales. Sandoval, por su parte, hiló un mensaje sobre la desigualdad y las causas de la violencia, aseguró que el proyecto de la Guardia Nacional es sólido y tiene cimientos fuertes y llamó a visualizar el país que queremos dejar a las nuevas generaciones.

Tocó el turno al presidente, que media hora antes ya había tomado protesta y pasado revista a la primera generación de la Guardia Nacional. A diferencia de los demás, López Obrador no leyó un discurso. Llevaba algunos apuntes, que volteaba a ver de tanto en tanto, pero sus palabras iban dirigidas, básicamente a los nuevos guardias:

“Ustedes forman parte del pueblo. Los soldados, los policías, los marinos son pueblo uniformado, ustedes saben bien lo que sucede en nuestro país, conocen la realidad desde abajo, desde las comunidades, los pueblos, las colonias, los barrios de México, saben qué es necesario el que logremos la paz, la tranquilidad”, les dijo.

“Yo les pido, en nombre del pueblo de México, cuando menos tres cosas:

Primero. Que actúen con honradez, con honestidad, que piensen que es mejor, mucho mejor, heredar a los hijos pobreza que deshonra. Nosotros vamos a procurar que tengan buenos ingresos…”

Los aplausos empezaron en las gradas y se extendieron a todos los invitados. Desde el pódium, el diputado Mario Delgado y la secretaria de la Función Pública, Irma Eréndira Sandoval, aprovecharon para tomar una foto del mandatario.

“También, que actúen con dedicación, con trabajo, que se comprometan a no permitir que haya inseguridad y violencia, que se apliquen a fondo, de manera profesional (…)  Y lo tercero es que no olviden que del trabajo de ustedes va a depender mucho el que llevemos a cabo entre todos los mexicanos la Cuarta Transformación de la vida pública de México”.

El mensaje estaba lanzado. Estamos avanzando en otros problemas, pero no en el de la violencia, “ahí no podemos decir que se ha avanzado, ahí desgraciadamente prevalecen las mismas condiciones que heredamos de los gobiernos anteriores”, dijo el presidente a los jóvenes guardias, que desde hoy tienen la encomienda de ser la vanguardia del proyecto de la cuarta transformación.

“Yo creo en ustedes, tengo confianza en ustedes y sé que ustedes no van a defraudar al pueblo de México, porque vienen del pueblo  ¡Viva México!”

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Quería ser exploradora y conocer el mundo, pero conoció el periodismo y prefirió tratar de entender a las sociedades humanas. Dirigió seis años la Red de Periodistas de a Pie, y fundó Pie de Página, un medio digital que busca cambiar la narrativa del terror instalada en la prensa mexicana. Siempre tiene más dudas que respuestas.

Foránea siempre, lo suyo es lo audiovisual y el periodismo es la vía por donde conoce y cuestiona al mundo.