15 diciembre, 2021
El gobierno mexicano aprobó un muelle para cruceros que ocultó información ambiental pero que está inscrito como prioritario en el plan federal de reactivación económica
Texto: Ricardo Hernández
Foto: Cortesía Coral hero
QUINTANA ROO.- El proyecto de un nuevo muelle para cruceros en Cozumel, proyecto prioritario para la reactivación económica según el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, fue aprobado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), pese a las opiniones técnicas en contra y a los cientos de comentarios negativos emitidos por la sociedad civil organizada durante la consulta pública por sus potenciales impactos socioambientales.
El muelle, el cuarto que habrá en la isla de las golondrinas, uno de los destinos más codiciados por cruceristas del mundo, atentará contra arrecifes de coral, fauna y corrientes marinas, advierten lo mismo ambientalistas, investigadores, touroperadores y vecinos.
El proyecto se ubicará en la costa noroeste de la isla de Cozumel, entre dos Áreas Naturales Protegidas y próximo a sus áreas de influencia respectivas. Tiene por objetivo construir las obras que permitan el atraque de buques de cruceros que llegan a la zona, así como el abordaje y desembarco de cientos de miles de turistas al año.
El proyecto incluye también un edificio que funcione como terminal de cruceros para recibir a las personas que aborden o desembarquen de los cruceros. La conexión entre el muelle y la terminal, detallan en la MIA, será mediante un puente peatonal que cruzará la Avenida Rafael E. Melgar.
Tendrá forma de “L” y con una superficie de total de 1.16 hectáreas y será edificado sobre pilotes de acero y losas de concreto prefabricadas.
La inversión estimada para la ejecución del proyecto será de 58 millones 617 mil 23 pesos; un porcentaje se contempla para las medidas ambientales.
La aprobación provocó que este martes, ambientalistas se manifestaran en Cozumel.
Integrantes de la organización Coral Hero, dedicados a la procuración y restauración de arrecifes de coral, entre otras cosas, ingresaron al mar de Cozumel, justo donde se planea construir el polémico proyecto, con un mensaje: “Cuando el desarrollo amenaza la vida no es desarrollo”.
“Es una actividad pequeña que busca crear conciencia social sobre una situación climática en la que estamos y cuestionar los modelos de desarrollo que se están proponiendo ahora con el muelle”, comentó Miriam Moreno, coordinadora de gestión socioambiental de Coral Hero.
“Buscamos hacer conciencia de qué tanto queremos arriesgar por un proyecto que nadie pidió”, añadió.
En octubre de 2020, en un acto solemne, el presidente Andrés Manuel López Obrador, en conjunto con la iniciativa privada, presentó una batería de proyectos estratégicos para la reactivación económica post-Covid. Son 39 obras en el sector de Comunicaciones y Transportes, Energía y Medio Ambiente; sumarían en conjunto casi 300 mil millones de pesos, entre ellos está el muelle de Cozumel.
El proyecto no solo tiene la venia presidencial, sino que cuenta con el apoyo del gobernador de Quintana Roo, Carlos Joaquín González; también, de empresarios con amplia influencia en la entidad y en el país, tales como Alejandro Zozaya, ejecutivo de Apple Leissure Group, quien manifestó su apoyo en la más reciente edición del Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC).
En ese mismo octubre, Muelles del Caribe, el promovente, ingresó ante la Semarnat el proyecto de Manifestación de Impacto Ambiental (MIA) “Muelle Cozumel. Terminal de cruceros”, para su evaluación.
Seis meses después, el 6 de abril de 2021, Germán Mendez, un reconocido buzo y activista de la isla, solicitó a la Dirección General de Impacto y Riesgo Ambiental (DGIRA), de la Semarnat, una consulta pública sobre le proyecto, que estuvo vigente desde el 9 de abril y hasta el 6 de mayo, en la cual se recibieron cientos de comentarios y observaciones documentadas y fundamentadas en sentido negativo, que pedían el rechazo del proyecto… que fueron ignoradas, pues el muelle se aprobó la semana pasada, tal cual obra en la ´más reciente Gaceta Ecológica.
Durante los 28 días que duró la consulta pública del proyecto, donde cualquier interesado puede emitir opiniones o ingresar propuestas de mitigación del impacto, se recibieron, como pocas veces en este tipo de ejercicios, un total de 242 apuntes de rechazo al proyecto.
En muchos de ellos se argumentaba la amenaza a dos sitios arrecifales que se encuentran en el sitio donde se construirá el muelle; los impactos que tendrá éste por estar en área de influencia de dos Áreas Naturales Protegidas.
Sin embargo, la DGIRA no incluyó todos en el documento resolutivo donde se informa la aprobación del proyecto, donde se le concede al promovente 30 años para su construcción y operación.
Uno de los ignorados fue Adrián Villegas, consultor e investigador, especialista en química marina, quien ingresó, en tiempo y forma, como consta en el documento en poder de este medio, una de las opiniones más detalladas y fundamentadas, donde exige que el proyecto no sea autorizado.
“No se necesita un mayor número de posiciones de atraque para cruceros turísticos en el municipio de Cozumel. Actualmente, este municipio cuenta con 3 muelles internacionales que pueden dar cabida a siete cruceros (7 posiciones de atraque en total) de manera simultánea lo cual ofrece un total de 2,555 posiciones de atraques disponibles a lo largo del año en Cozumel (7 x 365 días). De acuerdo a las estadísticas proporcionadas por la secretaria de Turismo del estado de Quintana Roo (Indicadores Turísticos | qroo.gob.mx), el porcentaje de ocupación de estas posiciones de atraque durante el 2018 y el 2019, años previo a la pandemia asociada al SARS-CoV2, fueron, respectivamente, de 50.7 y 53.6 %, es decir, que alrededor de la mitad de todas las posiciones de atraque disponibles en la isla NO FUERON OCUPADAS durante esos años previos a la pandemia. Además, durante temporada alta (período que registra el mayor número de atraques de cruceros turísticos) el porcentaje de ocupación es apenas del 54% de acuerdo a las cifras proporcionadas en el Plan Municipal de Desarrollo de Cozumel 2018-2021”, se lee apenas al arranque del documento.
Villegas señala que en la página 9 del Capítulo II de la Manifestación de Impacto Ambiental se especifica que el proyecto en su fase operativa obtendrá el agua potable de la red municipal; contempla un consumo de agua potable que oscila entre 40 y 60 metros cúbicos diarios (40,000 a 60,000 litros), lo que equivale al abastecimiento necesario para, aproximadamente, 461 personas.
“La estimación de la promovente NO ES REALISTA y se ubica muy por debajo (40 veces menos) de las necesidades reales de suministro de agua potable necesaria para la operación de la Terminal de cruceros propuesta en el proyecto”, anota.
De acuerdo con las dimensiones del muelle propuesto, que es de 800 metros de longitud, podrán arribar diariamente cruceros de 362 metros de eslora –como el Symphony of the Seas de la empresa naviera Royal Caribbean International– capaces de transportar hasta 9 mil visitantes por embarcación, lo que se traduce en un flujo de hasta 18 mil visitantes por día.
“Este número de visitantes consumirán, aproximadamente, 2,340 m3 de agua potable (18,000 x 130 = 2,340,000 litros o 2,340 m3 ) diariamente incrementando de manera importante la demanda del recurso hídrico en el municipio lo que sin duda afectará severamente el suministro a la población local ya que actualmente el municipio de Cozumel se encuentra bajo un estrés de sus recursos hídricos como se describe en la Página 113 del Atlas de Riesgo del Municipio de Cozumel”, detalla.
Lo mismo con el tratamiento de las aguas residuales. Si se reciben tantos cruceros como se propone en la MIA, se rebasaría hasta en 16 por ciento la capacidad municipal de tratamiento.
Y a decir de Alejandro Chi Moo, subgerente Técnico del Organismo Operador de Cozumel de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado (CAPA) no se cuenta ni con presupuesto ni con proyecto ejecutivo de ampliar la única planta de tratamiento de agua potable.
“Es particular es inviable desde el punto de vista ambiental el llevar a cabo este proyecto sin antes expandir y modernizar la PTAR municipal, así como la red de drenaje sanitario para que tenga la capacidad de conducir y tratar adecuadamente las aguas residuales que se generarán por la visitación diaria de hasta 18,000 turistas”, remacha Villegas.
En la MIA del nuevo muelle de cruceros que se pretende construir en la isla de Cozumel, Quintana Roo, omitieron mencionar al menos 13 especies de coral a fin de conseguir la aprobación de la Semarnat. El proyecto está inscrito como prioritario en el plan federal de reactivación económica.
Dos de esas especies de coral están clasificadas como amenazadas en la Norma Oficial Mexicana 059 ambiental, reveló Guadalupe Martín Cab, directora de la organización Conservación Investigación y Manejo Ambiental de Cozumel (Cimac).
Ante el anuncio de octubre pasado de la intención de construir un cuarto muelle en una de las isla que recibe más cruceros en el mundo, la organización civil estudió las especies de coral que se verían afectadas por las obras y el atraque de embarcaciones de hasta 362 metros de largo.
El reporte técnico fue realizado mediante 24 censos visuales de buzos en una superficie de más de mil 400 metros cuadrados que tocan el área del proyecto del muelle. Contabilizaron 20 distintas especies de coral.
En contraste, la MIA del proyecto promovido por la empresa Muelles del Caribe enlista apenas siete especies de coral en el apartado “Composición biótica”. Entre las especies que omitió incluir figuran Orbicella faveolata y Orbicella annularis, enlistadas en la NOM-059, así como Meandrina meandrites, la cual está a punto de la extinción local, según ha advertido Healthy Reefs for Healthy People. La organización, incluso, lanzó el año pasado un programa emergente para la localización de los ejemplares que se avisten; buscaban su recolección y posterior resguardo y crianza en laboratorios de conservación.
La omisión de las especies de corales, reiteró Martín Cab en entrevista telefónica, se debe a que la empresa pretende disimular los impactos que generaría un proyecto de tal envergadura. La finalidad es que la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la dependencia encargada del dictamen, apruebe la MIA, como finalmente pasó.
Esto, de hecho, fue enfatizado por el buzo Germán Méndez en las opiniones que él mismo ingresó en la consulta pública y que también fueron ignoradas.
Y es que el muelle, argumentó, afectará la conectividad del corredor ecológico de la costa occidental de la isla impidiendo que los gametos y las larvas de invertebrados como caracoles, langosta, corales que provienen del extenso y biodiverso ecosistema arrecifal ubicado al sur de la isla (dentro del Parque Nacional Arrecifes de Cozumel) lleguen a la parte norte de la isla afectando la biodiversidad y abundancia en esta zona.
“En el norte de la isla existe la zona arrecifal denominada ‘Barracuda’, así como numerosas agregaciones coralinas aisladas. Estos ecosistemas se verán severamente afectados por la escasez de larvas debido a la barrera física que representará el muelle y a la presencia de cuatro cruceros en su camino. En resumen, la conectividad biológica que actualmente existe entre el sur y el norte de la costa occidental de Cozumel – en las cuales se ubican respectivamente las dos Áreas Naturales Protegidas de carácter federal: El Parque Nacional Arrecifes de Cozumel (PNAC) y el Área de protección de Flora y Fauna Isla Cozumel (APFFIC) – será gravemente afectada por la presencia del macro muelle”, apuntó.
En 2019, antes de que la pandemia modificara todo, atracaron en Cozumel mil 369 cruceros cargados de 4.5 millones de cruceristas.
Al aumentar la capacidad de recibir cruceros, aumentará, también, el número de visitantes al Parque Nacional Arrecifes de Cozumel. Ese espacio tiene una capacidad máxima de 2 mil 500 visitantes, pero por la alta demanda suele llegar a 3 mil 500 personas por día, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp). Sobrepasar la capacidad se puede traducir en malas prácticas turísticas y en afectaciones a los corales. Pueden ser daños físicos o por estrés, lo cual causa su blanqueamiento y puede conducir al síndrome blanco, la enfermedad que ha matado a más del 40 por ciento de estos animales en el Caribe mexicano.
En la investigación titulada «Evaluación ambiental y de macroalgas bioindicadoras de contaminación en el Parque Nacional Arrecifes de Cozumel», publicada en marzo de 2019 por Laura Calva Benítez, de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), se demuestra que en el área de arrecifes aledaños al muelle ya existente se encontró una alta concentración de nutrientes, de carbono orgánico e, incluso, de hidrocarburos.
El documento establece que el aumento de nutrientes provenientes de las descargas residuales urbanas, hoteles y embarcaciones «potencialmente puede provocar daños a la comunidad arrecifal».
Y es que, para poder crecer saludablemente, los corales necesitan un ambiente de pocos nutrientes. Si estos aumentan, es en perjuicio de los corales, advierte la especialista.
La familia Molina Casares, dueña de Muelles del Caribe, la empresa promovente, tiene amplia influencia y poder económico en el sureste de México.
Originarios de Yucatán, los hermanos Martha Leticia, Ignacio Octavio Pablo, Rogelio Tirzo, Mario Manuel, José Lorenzo, Juan Francisco y José Trinidad Molina Casares han constituido al menos 113 empresas en la región, según una revisión que hizo este medio en el Registro Público del Comercio.
Los giros de sus empresas van desde la operación de muelles, hasta la organización, promoción y venta de excursiones y actividades acuáticas y subacuáticas; prestación y explotación del servicio público de autotransporte federal de turismo; prestación de servicios turísticos; transportación marítima; compra venta de terrenos, entre otros.
El muelle completaría un círculo en la cadena de servicios turísticos ofertados por la familia.
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