Antifa, el juego francés que se vendió tras la censura de ultraderecha

17 diciembre, 2022

Un juego de mesa francés recrea escenarios y activismos en la lucha contra el fascismo, algo que molestó a la ultraderecha de ese país, quienes no repararon en censurarlo; pero su estrategia no resultó como ellos esperaban.

Texto: Iván Cadin / @ivankdin

Foto: Cortesía de Antifa Le Jeu

PARÍS, FRANCIA. En el catálogo de la página web de la editorial francesa Libertalia, un inusual juego de mesa puede hallarse: “Comentarios racistas, manifestaciones homofóbicas, violencia fascista, basta: contra la extrema derecha, ¡es tu turno para jugar!”

Prosigue la síntesis del juego: “Con amigos.as, monta un grupo antifascista y pon en marcha acciones que requerirán tiempo, recursos y un poco de organización… Pero como la vida está llena de imprevistos, ¡las cosas no siempre saldrán como lo esperabas!”

Antifa le jeu (Antifascista, el juego) es un juego de mesa en el que se le da vida a un grupo antifascista local y en el que cada participante interpreta a un activista determinado con habilidades y tareas específicas. Juego que en días recientes estuvo bajo el acoso de grupos de la extrema derecha francesa, quienes lograron, por pocas horas, sacarlo de la venta. Sin embargo, fueron las mismas derechas (tanto la llamada “republicana” como la extrema) quienes terminaron por impulsar sus ventas, regresarlo a los anaqueles digitales… y agotar sus ejemplares en existencia. Pie de Página conversó con Hervé, uno de los creadores de Antifa le jeu.

“Los antifa, esos odiosos que sólo conocen la violencia”

El pasado 10 de noviembre Antifa salió a la venta en su segunda edición, con cuatro mil ejemplares. Su primera salida fue en septiembre de 2021 con un tiraje similar. Sin embargo, para esta ocasión y a escasas dos semanas de estar a la venta en locales independientes y tiendas departamentales, un oleaje de políticos, personajes y medios ubicados en la derecha francesa comenzaron a fustigar al juego y su venta, tanto en medios como en redes sociales. La constante fueron señalamientos de que Antifa hacía apología de la violencia.

Se ha demostrado que todas las personas que condenaron el juego ‘por su violencia’ no lo habían abierto y hablaron sin saber de qué iba”, responde Hervé, co-creador de Antifa le jeu y miembro de La Horde, colectivo antifascista francés donde el juego dio sus primeros pasos.

“Si bien hay violencia en el juego, se trata de la violencia de la represión, que puede golpear a jugadores y jugadoras que quieren organizar una acción en la calle. Dicho esto, existe también en el juego una opción de ‘acción ofensiva’, porque a veces, contra la extrema derecha, la mejor defensa es el ataque. Sin embargo, nuestro proyecto no era hablar de un antifascismo romantizado, sino partir de la realidad de las prácticas que tienen los grupos antifascistas sobre terreno, quienes dedican mucho más tiempo a pegar carteles, repartir folletos, organizar conciertos o torneos deportivos, que a enfrentarse con militantes xenófobos.”

El primer personaje de las derechas que hizo un comentario público sobre el juego fue Jérôme Rivière, eurodiputado y ex vicepresidente de Reconquista, el partido ultraderechista xenófobo de Éric Zemmour, de quien fue portavoz. El también defensor del ex presidente estadounidense Donald Trump y de su estratega Steve Bannon, retuiteó una foto del juego con la leyenda: “¿Esto está bien, FNAC?” La FNAC es una de las mayores cadenas de tiendas departamentales en Francia, quien tenía al juego dentro de su catálogo de venta en línea. Sobre esta firma mercantil se concentraron los ataques de la derecha francesa.

Eric Ciotti, diputado por Los Republicanos, calificó al juego como “¡una apología peligrosa de los grupos ultraviolentos y una provocación para nuestras fuerzas del orden!” Diputados de Agrupación Nacional (AN), el principal partido de extrema derecha en Francia cuyo centro de gravitación es la familia Le Pen, tampoco se quedaron atrás: Victor Catteau escribió en Twitter que “¿cómo la FNAC podía vender tal ‘juego’?”, pues “darles honor a los antifa, esos grupos odiosos que solo conocen la violencia para atacar nuestra democracia y lo más valioso que tenemos en nuestro país, es absolutamente escandaloso”.

“FNAC, ¿no te da vergüenza?”, preguntó también en redes Grégoire de Fournas, otro diputado de AN que hace unas semanas, durante una discusión en la Asamblea Nacional sobre los migrantes varados en las aguas del mar Mediterráneo, le gritó al orador Carlos Martens Bilongo, diputado negro del partido de La Francia Insumisa, “qu’il(s) retourne(nt) en Afrique!” (“¡que él(ellos) regrese(n) a África!”). Dada la fonética del francés, la frase pudo ser dirigida tanto al diputado (en tercera persona del singular, él) como a los migrantes (tercera del plural, ellos). La sesión se canceló ante las fuertes protestas que provocó su grito dirigido al político nacido en París con padres del Congo y Angola. De Fournas, posteriormente, fue sancionado con 15 días laborales de exclusión en la asamblea y la supresión de la mitad de su sueldo durante dos meses.

“Desde la primera edición, la ultraderecha creyó ver en el juego la oportunidad de denigrar al antifascismo, haciendo del juego un objeto de escándalo”, rememora Hervé. “Al comparar el antifascismo con violencia y al juego con lo infantil, la derecha puso el grito en el cielo ¡contra el adoctrinamiento de la juventud! Es notable que esta gente no sabe nada de antifascismo, lo cual no es de extrañar, ni tampoco sobre juegos, pues todo mundo pueden jugar, no solo los niños. El juego, de hecho, está recomendado a partir de los 14 años. Pero todo esto a la extrema derecha le da igual: su proyecto es aprovechar todas las oportunidades posibles para intentar satanizar a sus adversarios políticos.”

El Sindicato de Comisarios de la Policía Nacional también emitió un tuit contra Antifa: “Este ‘juego’ está a la venta en la FNAC. ¿Algún comentario por destacar a los antifas, que destrozan, incendian y agreden en las manifestaciones?»

Sobre este punto, Hervé señala que la intención policiaca de querer “prohibir el juego, (así como) su hostilidad hacia la más mínima iniciativa antifascista, incluso lúdica, no es realmente sorprendente. La campaña difamatoria contra Antifa le jeu se enmarca en un contexto más amplio que, en el período actual, va desde la solicitud de disolución de los ‘grupos antifa’ por parte del Ministerio del Interior hasta la construcción de la figura mediática del ‘antifa cazador de policías’ como un nuevo enemigo interno.”

Antifa, el juego cancelado

Tras las presiones de los grupos conservadores y xenófobos, la tienda FNAC cedió, y anunció en su cuenta oficial de Twitter que el juego se retiraba de la venta: “Entendemos que la comercialización de este ‘juego’ haya podido ofender a algunas personas de nuestra clientela. Estamos haciendo lo necesario para que en las próximas horas ya no esté disponible”, respondió en un reply dado a la queja surgida de la cuenta oficial del sindicato policiaco.

Tras la cancelación de Antifa, inmediatamente el revire en redes surgió del otro lado del espectro político francés, reprochando la actitud de la FNAC, con mensajes provenientes tanto de gente allegada a grupos anarquistas antifascistas como de políticos de la izquierda partidista y de ciudadanos diversos de la sociedad francesa.

Ediciones Libertalia, la editorial de crítica social cuya sede es una librería homónima ubicada en la comuna de Montreuil, a un costado de París, y quien manufactura el juego, reaccionó: «¡No nos van a silenciar!».

A la FNAC se le cuestinó cómo cancelaba un simple juego cuando entre su catálogo se podían encontrar desde libros de Adolfo Hitler hasta obras de abierto conspiracionismo supremacista de extrema derecha, como aquel de “el gran reemplazo”, el supuesto complot mundial que, según sus seguidores, busca acabar con la población blanca cristiana europea.

“Si bien le gusta hacerse pasar como la víctima y llamar a cada una de sus diatribas racistas o sexistas ‘libertad de expresión’, es práctica habitual y común de las derechas buscar prohibir o invisibilizar a sus opositores políticos, ya sea demandando judicialmente por cualquier cosa, difamando con noticias falsas o violentando físicamente a militantes”, opina Hervé. “Es parte de su guerra ideológica dirigida primero a hacerse aceptar en el debate público y luego a imponerse eliminando cualquier idea contraria a su visión inequitativa del mundo.”

Tras las protestas, la cancelación finalmente duró cuestión de un día. La FNAC volvió a poner el juego en venta.

Antifa, el juego impulsado

“Juego de mesa de simulación y gestión en el que das vida a un grupo antifascista local. (…) Inventado por activistas antifascistas de larga data e inspirado en hechos reales.” Este es parte del resumen del juego que puede leerse nuevamente en el sitio de la FNAC.

Sin embargo, si alguien desea comprarlo, el producto se encuentra agotado. Mismo caso si uno intenta hacerlo directamente con el fabricante, Libertalia: “Agotado temporalmente. Amigos y camaradas, gracias a su solidaridad, el tiraje de la nueva edición del juego Antifa está agotado en nuestro sitio. Lo reimprimiremos. Pero debido a la escasez de papel, llevará varias semanas y sólo podremos entregar hasta enero.”

“Su campaña hostil terminó teniendo un efecto totalmente contrario”, dice Hervé, “dando al juego una visibilidad que nunca hubiera tenido, y mejor aún, desencadenando una amplísima ola de simpatía y apoyo. (…) La primera edición fue de cuatro mil ejemplares, agotados en menos de seis meses. Luego trabajamos en una segunda edición, más simple, más rápida, más compacta y menos costosa, que también tiró cuatro mil copias y fue lanzada a fines de septiembre de 2022 y se agotó en 48 horas después del escándalo de fines de noviembre, obligando a Libertalia a imprimir cuatro mil más adicionales. Hasta la fecha se han manufacturado 12 mil cajas.”

“Para serte franco, cuando decidimos hacer el tiraje de varios miles de ejemplares nunca pensamos que el juego se vendería tan bien. De hecho, incluso antes de la reciente controversia, la primera edición del juego se vendió bien, lo que nos permitió hacer una segunda edición más accesible donde, además, acortamos el tiempo de juego.”

¿Cómo se juega Antifa?

Antifa le jeu se desarrolla a partir de cartas y dados y pueden participar de dos a seis personas. Cada jugador elige qué tipo de activista antifascista encarnará de entre doce opciones, seis hombres y seis mujeres: Louise, la cantante; Samia, la oradora; Tina, la políglota; Martine, la sindicalista; Hanna, la diseñadora; Alex y Camille, los temerarios; Momo, el deportista; Pedro, el investigador; N4th4n, el geek; Toma, el reparador, y Markus, el fotógrafo.

En cada ronda, el grupo se enfrenta a diversas acciones de la extrema derecha. Para cada evento que deba enfrentarse, el jugador decidirá qué acciones poner en marcha, cuya eficacia o riesgo siempre estará latente ante una serie de imprevistos que pueden surgir. El juego simula una especie de “reunión” donde se invita a los participantes a hacer un balance de cada acción.

“Se trata de un juego cooperativo pues jugamos juntos y no unos contra otros, donde los jugadores encarnan a activistas antifascistas que organizarán acciones ante iniciativas de extrema derecha como actos de racismo, antisemitismo u homofobia, violencia policial”, detalla Hervé, quien ideó el juego originalmente como una “herramienta de formación” para el colectivo antifascista La Horde, del que es parte. En ese tiempo sólo existían dos copias del juego.

“Más que hablar de antifascismo en una relación vertical, de alguien que habla y otros que escuchan, decíamos que sería más vivo y más horizontal proponer un juego de rol en el que las personas darían vida a un grupo antifascista. Esto hizo posible transmitir nuestra experiencia al mismo tiempo que se ponía a las personas en situaciones donde debían tomar decisiones colectivas. (…) Y para jugar tenemos cartas a la mano con las que preparamos acciones, cuya eficacia acumulada debe ser igual o superior al nivel de dificultad de cada evento. Además, hay cartas ‘imprevistas’ que vendrán a perturbar la partida porque en la vida, ¡nada sale según lo planeado!”

“Nuestro juego pretende ser realista y educativo. La idea de que los jugadores no siempre tengan éxito sin que eso sea penalizado es algo que no es muy común en el mundo de los juegos de azar. (…) Es por eso que Antifa es a la vez lúdico y formativo: el mundo militante nos enseña que no se gana todo el tiempo, que eso es parte del ‘juego’ pero que no debes rendirte.”

Inspirado en hechos reales

Las habilidades de los jugadores en forma de cartas son diversas: crear visuales, organizar acciones ofensivas, hacer reparaciones, armar conciertos, dar entrenamientos, hacer investigaciones o redactar reportajes. Los eventos fascistas que pueden surgir a manera de cartas son, entre otros, que una banda de neonazis llega a tu localidad, tu ciudad esté gobernada por la extrema derecha, una manifestación anti inmigrantes se organiza. Los imprevistos que pueden surgir, buenos o malos, van desde metereológicos, como lluvia, a ser arrestado y caer en prisión, demandas por difamación por escribir artículos, llegada de neonazis inesperados, deserción de gente en el grupo, éxito inesperado en publicaciones y mensajes, conseguir espacios en lugares no imaginados, apoyo en locaciones, por citar algunos.

“Todo lo que sucede en el juego está inspirado en eventos y hechos verificados”, abunda Hervé.

“Aunque no mencionamos explícitamente a ningún grupo o partido de extrema derecha para no darle publicidad gratuita, cada hecho corresponde a situaciones reales a las que, durante casi treinta años de militancia, nos hemos enfrentado. Las cartas de ‘imprevistos’, igualmente, se inspiran, a menudo con humor e incluso con autoescarnio, en momentos que hemos vivido, como la carta ‘demasiado parlanchín en el bar’ o ‘pérdida de voz’”.

“De manera constante nos dicen que el juego es auténtico, pues habla de lo que realmente sucede; inclusivo y abierto, pues podemos jugarlo seamos activistas o no, y no se necesita tener ningún conocimiento especial. También que es un juego real con un gameplay (la relación entre el jugador y el juego) bastante completo y fluido. Además, la gente que lo adquiere sabe a dónde va su dinero, pues se especifica claramente que las ganancias se utilizan para apoyar luchas, fondos de solidaridad, proyectos antifascistas.” El juego se vende a 30 euros (31 dólares, aproximadamente).

Antifa, ¿un juego sólo (en) francés?

“Respecto a una versión en otro idioma, es bastante complicado”, contesta Hervé al preguntarle si Antifa, como juego basado en la realidad, responde a las dinámicas actuales de la política social francesa, “porque no basta con traducir el juego, sino adaptarlo a las realidades sociales y políticas de cada país. Por supuesto, las prácticas son comunes de un país a otro pero la extrema derecha no es la misma y ​​la realidad de la lucha antifascista también varía. Estamos conversando con compañeros griegos para ver cómo podríamos ofrecer una versión en su idioma, pero es solo un proyecto por ahora. De la misma manera, hemos comenzado a analizar con camaradas alemanes ver si es posible una adaptación. Aprovechamos para hacer el anuncio: si compañeros de Latinoamérica o de otros lugares están interesados ​​en adaptar el juego, que nos escriban a lahorde@samizdat.net. Otro camarada que sabe de informática está trabajando en una versión digital y en línea, pero igualmente, por ahora solo está en forma de proyecto.”

El regador, regado o agarrado quien creía agarrar son dos dichos franceses que ilustran esos momentos en que las cosas se reviran y no salen como se desea. Antifa le jeu ganó la partida.

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