14 noviembre, 2020
El saldo hasta el 14 de noviembre es, según la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, 302 mil 498 damnificados, 8 fallecidos y 99 mil 573 viviendas dañadas, cuando todavía hace seis días, la cifra era de 141 mil 486.
Texto: Carlos Marí
Fotos: Presidencia y Carlos Marí
VILLAHERMOSA, TABASCO.- Luego de una semana de inundaciones por varios frentes de Tabasco, el presidente Andrés Manuel López Obrador volvió a su estado natal para expresar a sus paisanos su deseo de que un mal tiempo no los inunde aún más.
El saldo hasta este sábado 14 de noviembre es, según la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa, 302 mil 498 damnificados, 8 fallecidos y 99 mil 573 viviendas dañadas, cuando todavía hace seis días, la cifra era de 141 mil 486.
Y el riesgo ahora, anticipó el Presidente, es que ahora lluvias previstas para los próximos días y las que arroje el paso de un huracán puedan afectar aún más.
“Ojalá que no nos afecte”, fue la expresión del tabasqueño principalmente por la posibilidad de las lluvias que pueda arrojar al territorio tabasqueño el huracán Eta, que se acerca por El Caribe. Mientras tanto, el Servicio Meteorológico ha advertido lluvias muy fuertes entre el lunes y martes y aún de mayor intensidad, el próximo 25 de noviembre.
El sábado 7, el riesgo estaba latente. Primero, porque el frente frío número 11 había azotado con lluvias torrenciales a la mayor parte del territorio tabasqueño y segundo, ese temporal había obligado a la Comisión Federal de Electricidad a aumentar el desfogue de la presa Peñitas, ubicada en el norte de Chiapas, de 900 hasta 2 mil 200 litros por segundo, en cuestión de días.
Ese día, el riesgo principal para el Presidente era la descarga de la presa e incluso por ello, urgentemente había cancelado una gira por otra parte del país, pero cuando recién había arribado recibió el reporte que el escenario había cambiado en cuestión de horas.
“(La situación de Tabasco) me preocupó bastante y afortunadamente ya hicimos un sobrevuelo; estuvimos en Peñitas; hicimos un recorrido por los municipios de Cárdenas, Huimanguillo, Jalpa y Nacajuca. Ya ha dejado de llover en la zona de Peñitas, ya el ingreso es menor, y por eso, se está reduciendo el desfogue, pues se llegó a desfogar 2 mil 200 y ya se disminuyó a mil 800 metros cúbicos por segundo”, relató.
“La vamos a librar”, dijo aquél sábado con optimismo.
Sin embargo, prever el tiempo en Tabasco y los riesgos de inundación es tan difícil que aun cuando las lluvias cesen por días, la población puede sufrir de este tipo de desastre en días soleados, debido a las grandes avenidas de agua que se dejan venir desde la zona serrana de Chiapas.
Fue el caso de la creciente que se desató la creciente de los ríos Pichucalco, Oxolotán, de La Sierra, Puxcatán y Tuliján, que en cuestión de tres días inundaron las colonias y rancherías del alrededor de Villahermosa.
Ese sábado 9, las torrenciales lluvias en Chiapas y la avenida de las aguas de los ríos habían dado un primer aviso: El pueblo mágico de Tapijulapa se había inundado hasta con más de dos metros de agua en sus calles por la creciente del Oxolotán. Era el presagio.
En cuestión de horas, las aguas de ese río y el de la Sierra inundaron comunidades de Jalapa y Teapa, y en la madrugada del domingo, unas 20 colonias, fraccionamientos y rancherías de los alrededores de la capital tabasqueña, en el municipio de Centro, donde habita gente pobre y de clase media.
Por otro frente, los ríos Puxcatán y Tulijá desataron que el municipio de Macuspana resultara inundado, desde la tarde del domingo. El Tulijá desbordó en la villa Tepetitán, el sitio de donde es originario Andrés Manuel López Obrador y fue ahí, donde sin previo aviso, llegó para dar nuevamente un mensaje de esperanza a los tabasqueños.
Ahí, el Presidente llegó a bordo de un helicóptero, sólo acompañado del gobernador Adán Augusto López, el secretario de la Defensa Nacional, Luis Cresencio Sandoval, secretario de la Marina, Rafael Ojeda, y la coordinadora nacional de Protección Civil, Laura Velázquez Alzúa.
Aterrizó en un campo ganadero aledaño a la villa, y desde ese punto, en un vehículo militar se dirigió al malecón, donde los habitantes, al percatarse de su llegada, se le arremolinaron cuando descendió en el malecón, a la altura del parque central.
“Vengo paisanas, paisanos, a decirles que no están solos, de que vamos a seguir adelante”, recalcó a escasas dos cuadras de donde se encuentra la casa que habitó en la época de su niñez.
Tepetitán, se localiza a unos 35 kilómetros de cabecera municipal de Macuspana, consta de mil 500 habitantes y actividad económica principal es la agricultura y ganadería en extensiones que quedaron inundadas por el desbordamiento del río Tulijá, desde hace una semana.
Durante más de cinco días el espejo de agua era de más de 50 centímetros en las calles y en algunas, pasaba la corriente con fuerza del río, por lo que los habitantes resultaron damnificadas en sus pertenencias.
Por ello, López Obrador a sus paisanos – que en su mayoría permanecen en albergues – les anunció que una vez que puedan retornar a sus viviendas, recibirán no sólo el apoyo de los programas de la Secretaría de Bienestar que recién anunció la semana pasada, como son los de mejora y reconstrucción de viviendas y el de reposición de enseres, sino que además habrían nuevos apoyos a la niñez y a las personas con discapacidad.
Además, López Obrador anticipó la Secretaría de Agricultura y Desarrollo (Sader) destinará ayuda para los productores del campo que han registrado pérdidas en cultivos y ganadería.
Los habitantes de Tepetitán en varias ocasiones le gritaron: “¡Te queremos!”.
Unas mujeres, incluso, le cantaron las tradicionales “Mañanitas” a dos días de su onomástico, y en medio de esa algarabía, Andrés Manuel López Obrador se despidió. “Ya me voy porque si no los que no me ven con buenos ojos, van a decir que vengo a alterar el orden y que no hay sana distancia”, comentó al momento de caminar salir rodeado de sus paisanos hacia el vehículo militar y retomar su recorrido.
Previamente, en la cabecera municipal de Macuspana, el tabasqueño supervisó la operación de una cocina comunitaria a cargo del Ejército, desde la cual se despacha alimentos para damnificados de 129 localidades.
Desde ese punto, López Obrador difundió su primer diagnóstico de riesgo, a partir de las previsiones del tiempo y el reporte de descenso de la mayoría de los ríos, con las que añadió un nuevo frente: la región del río Usumacinta, limítrofe con Guatemala.
“Estamos en una gira hoy y mañana por Tabasco, vamos a supervisar como se está apoyando a los damnificados, afortunadamente están bajando los ríos, ya no estamos con la situación de hace unos días, aunque esta nublado, lloviendo, hay un pronóstico de una nueva tormenta, un nuevo huracán que se está formando. Ojalá que no nos afecte”, expuso.
Con la creciente del Usumacinta, alertó que ahora las poblaciones que pudiera resultar afectada serían las de los municipios de Jonuta, Emiliano Zapata, Tenosique y Balancán.
De las recientes inundaciones, López Obrador explicó: «Ya está escurriendo el agua porque es la zona de la sierra, toda esa agua baja y se queda estancada, no tiene salida y afecta municipios como el Centro, también el río Samaria afecta a Cárdenas, Cunduacán, Jalpa, Nacajuca, hay inundación en Centla en la parte muy baja, es como una olla que está abajo del nivel del mar».
Y en cuanto a las aguas que descienden de la presa Peñitas, advirtió que impactan a comunidades de Centro, por a través del río mientras que el río Samaria perjudica a Cárdenas, Cunduacán y Nacajuca”.
En su gira de este fin de semana, López Obrador no acudió a sitio alguno para entregar despensa o meterse al agua, tal como era la fotografía simbólica de los ahora presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña. Y ello, fue motivo de pregunta en la conferencia de prensa que ofreció al término del recorrido por Macuspana.
Para López Obrador, ayudar en una zona inundada no es necesario, cuando según él, en muchas ocasiones de su vida ya lo ha hecho e incluso, con el agua hasta la cintura, por lo que, remarcó, no lo haría sólo para que le tomen la foto.
“Aquí en Tabasco soy como pez en el agua. Me muevo como pez en el agua. Desde mi infancia, pero he padecido, he enfrentado, he ayudado en muchas inundaciones.
“Yo fui seis años director del Instituto Nacional Indigenista, y viví en Nacajuca. Imagínese que viví ahí y a veces en tiempos de inundación teníamos que estar de día y de noche ayudando a la gente….Sacando gente en chalanes, en lanchas, resolviendo problemas porque en las comunidades, como hay bordos, esos bordos a veces protegen a una comunidad, pero se afecta a otras, que se inundan”, relató.
Incluso, López Obrador recordó que en una ocasión intervino en una disputa entre habitantes de poblados de ese municipio que estaban a punto de lidiarse a golpes, por haber un bordo que a unos inundaba y a otros salvaba de la creciente.
“Yo andaba con el agua no a la cintura, sino al pecho en los pantanos, ayudando a la gente. Entonces, me he mojado siempre”, recalco.
Y advirtió: “Cómo voy aquí para tomarme la foto ir a una colonia con unas botas que sé que no me van a cubrir y que me voy a mojar para ir a entregar una despensa y que me tomen una foto… A lo mejor los que nunca han hecho éso, pues tienen que mostrarlo, además, yo soy liberal y la biblia dice que lo que da la izquierda no tiene porqué saberlo la derecha, entonces eso es lo que puedo contestar”.
Periodista ex corresponsal del Grupo Reforma en Tabasco y doctorante en Ciencias Humanas para el Desarrollo Interdisciplinario enfocado a temas de gestión del agua, desastres naturales, de resistencias, explotación petrolera, megaproyectos, pobreza y desigualdad de desarrollo en la región sur.
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