Después de nueve meses, López Obrador se volvió a encontrar con familiares de víctimas de desaparecidos, en el informe de trabajos de la comisión de búsqueda. Entre ruegos y reclamos, el mandatario calificó el asunto de los desaparecidos como su «peor herencia» pero también como su «primera prioridad»
Texto: María Ruiz y José Ignacio De Alba
Fotos: María Ruiz y Presidencia
CIUDAD DE MÉXICO.- En el primer informe de trabajo de la Comisión Nacional de Búsqueda de Personas Desaparecidas, Andrés Manuel López Obrador se enfrentó de nuevo a las víctimas de la violencia, que — igual que hace nueve meses en Tlatelolco — le reclamaron, le increparon y le rogaron que encuentre a los desaparecidos.
El mandatario respondió que el tema de la violecia es la prioridad número uno de su gobierno, y por primera vez, dio un giro a su discurso del perdón y ofreció que habrá justicia.
«Lo puedo decir, lo puedo gritar a los cuatro vientos, va a haber justicia en México», ofreció López Obrador, en un mensaje inusualmente corto, en el que también pidió un voto de confianza a los familiares, reunidos en el Palacio Nacional, que no dejaron de interrumpir los mensajes oficiales.
«¿Dónde están? ¿Dónde están? Nuestros hijos, ¿dónde están?». El coro acuñado por las madres de desaparecidos recibió a los funcionarios federales al arranque del acto. Frente a los políticos, las familias exhibían con los brazos extendidos las fotografías de sus desaparecidos. Un pase de lista espontáneo entre los colectivos de víctimas, de los lugares donde las personas fueron desaparecidas, recordó que éste es un pendiente en todo el territorio nacional: «¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!».
Después de que el presidente de la Conferencia Nacional de Gobernadores, Miguel Riquelme, de Coahuila, leyó su discurso, una madre subió al estrado y se arrodilló frente a López Obrador para pedirle ayuda.
«Me lo prometió, señor presidente», se le escuchó decir a la mujer, entre sollozos, entre las consignas de fondo. AMLO asintió con la cabeza: «Por eso estamos aquí», le respondió.
«El gobernador me quiere matar — insistió María Isela Valdez — . El gobernador de Tamaulipas me persigue. Y la fiscal, Elizabeth Almanza también. Tengo mucho miedo. Pero tengo que buscar a mi hijo».
La escena era observada en silencio por los funcionarios federales, entre los que se encontraban la secretaria de Gobernación, Olga Sánchez Cordero y la responsable de la Comisión Nacional de Búsqueda, Karla Quintana
El presidente se inclinó hacia ella, la ayudó a ponerse de pie y la acompañó a su lugar. Los gritos de los familiares de desaparecidos no cesaban.
En su turno al micrófono, López Obrador ofreció a las víctimas una interlocución permanente:
Cada tres meses nos vamos a reunir aquí para que, entre todas, entre todos, avancemos en el propósito de encontrar a los desaparecidos (…) No voy a ocultarme, voy a dar la cara siempre. Por difícil que sea, por doloroso que sea, por incómodo que sea», dijo.
Luego, hilvanó un mensaje en el que, aunque se refirió a los otros problemas del país que son reiterados en sus mensajes (corrupción, deuda y pobreza), también insistió en que el de los desaparecidos, «la peor herencia que nos dejaron los gobiernos anteriores» es prioridad:
«Deben ustedes saber que hay 72 asuntos prioritarios en el gobierno y el número uno es el problema de la inseguridad y el de la violencia y, sobre todo el de los desaparecidos», dijo.
No hay límite porque no es un asunto que tenga que ver con lo material, es algo que tiene que ver con lo humano y eso no tiene ninguna limitación. Hay todo el apoyo, todos los recursos para atender esta demanda», insistió, en referencia al presupuesto para la búsqueda de desaparecidos, quien lo calificó como una falacia y aseguró que los recursos otorgados en esta área son inéditos.
Al evento también asistieron Jan Jarab, representante de Naciones Unidos para los derechos humanos; Alfonso Durazo, secretario de Seguridad Pública y Atención Ciudadana; el gobernador de Coahuila, diputados y senadores
El subsecretario de Derechos Humanos, Alejandro Encinas, habló de la “crisis forense” con los institutos del país rebasados, por lo que será instalados cinco institutos regionales en Tamaulipas, Sonora, Ciudad de México, Coahuila y Nuevo León.
Encinas aseguró que los institutos forenses están rebasados, porque las administraciones pasados ocultaron y no “desarrollaron capacidades forenses”. El funcionario asegura que a muchos cuerpos fueron inhumados sin que se les aplicaran pruebas forenses. El subsecretario dijo que este gobierno invertirá 290 millones de pesos para la construcción e instalación de los centros forenses.
También, dijo Encinas, el gobierno mexicano contratará especialistas en la búsqueda de cuerpos, arqueólogos y antropólogos forenses. El funcionario aseguró que la Comisión Nacional de Búsqueda reorientará recursos del Plan Mérida para la localización de personas. El gobierno estima que unos 410 millones de pesos podrían ser reorientados.
También anunció que trabajan en una “Ley de Identificación Humana”. Para ordenar y acelerar el reconocimiento de cuerpos.
La comisionada de búsqueda, Karla Quintana Osuna, reiteró que la prioridad es la búsqueda en vida y recordó que Veracruz es el estado con más fosas clandestinas; seguido de Colima, Sinaloa, Sonora, Guerrero y Chihuahua.
Quintana conoció que el gobierno tiene un año sin actualizar la cifra de desaparecidos, desde abril del año pasado iban poco más de 40 mil desaparecidos. Y dijo que su oficina trabaja para tener un registro único para el reconocimiento de personas.
También anunciaron un sistema web para que las fiscalías estatales registren a cualquier persona no localizada, pero Quintana dijo que la parte medular de la oficina que encabeza es la instalación, para septiembre, de comisiones de búsqueda en cada uno de los estados del país, integrados por familiares de desaparecidos y funcionarios. A estos comités se les entregarán recursos para la búsqueda de personas.
Zaida Guerra busca a su hermano de Aldo, el joven trabajaba en una tienda hasta que en 2014 personas armadas se lo llevaron. La joven asistió al Informe de la Comisión y aprovechó para entregarle una petición escrita a López Obrador para que ayude a resolver su caso.
Guerra celebra que el gobierno entregue dinero a las comisiones de búsqueda: “una es la que se mete a la sierra, una es la que cava, una es la que busca y lo saca de la tierra”. Confía en López Obrador pero no cree que el gobierno de Tamaulipas respalde la búsqueda de los desaparecidos.
Cecilia García busca a su esposo Miguel Ángel Rodríguez, que desapareció en Veracruz en 2012. La mujer explica que le gustó la reunión pero que el gobierno no sólo debe buscar desaparecidos sino que la sociedad debe preocuparse porque la gente no desaparezca.
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