Guerrero, la sexta entidad productora de aguacate en México, carece de una infraestructura que le ayude a potenciar su producción. Ahora, los productores sufren la caída en el precio por la contingencia sanitaria
Texto: Beatriz García / Amapola
Foto: Franyeli García
CHILPANCINGO.- En la capital de Guerrero no hay compradores de aguacate, pero sí un exceso de fruta en los expendios, lo que orilló a los productores a reducir sus precios más de un 70 por ciento. La pandemia por covid-19 es una de las principales causas.
Filiberto Torres de Jesús tiene 70 años y es uno de los más de 3 mil productores de aguacate en el estado que padecen los estragos de estos tiempos.
Desde hace 10 años siembra aguacate en su pueblo Azinyahualco, perteneciente a Chilpancingo, pero en los últimos meses ha dejado de cortarlo de los árboles por semanas, porque no hay venta. En entrevista para Amapola. Periodismo transgresor contó cómo la está pasando por los bajos costos del aguacate en el mercado.
En algún momento formó parte de la organización Pueblos Unidos por el Desarrollo Sustentable de la Sierra de Guerrero (Puedess), pero estructura no les ha garantizado ningún apoyo sólido en esta pandemia. Sólo recibió de ellos 120 matas de aguacate, pero después les perdió el rastro.
Los únicos que le apoyan en esta crisis sanitaria y económica son sus cuatro hijos. Juntos trabajan en sus tierras. Además del aguacate cosechan limón agrio y plátano, pero su fuerte era el aguacate.
Lo más caro que llegó a vender en kilo de aguacate antes de la pandemia fue en 70 pesos el kilo. Por la caja con 21 kilos recibía más de mil pesos, pero en la actualidad sólo recibe 420 pesos, porque el kilo bajó a 20 pesos.
—¿Sabe por qué están bajando los precios tan drástico?, –se le preguntó.
— Nosotros solamente vemos en las noticias algunos comentarios, que es por lo que está pasando, la enfermedad, pero yo no sé. Para acá en la Sierra (Azinyahualco) la enfermedad no llega, pero, pues, aquí en los pueblos no hay ventas.
Filiberto vende el aguacate principalmente en el mercado de Ocotito, también municipio de Chilpancingo. Lo vende a menudeo, y antes lo entregaba por cajas a personas que, supone, lo revendían. Tenía compradores, porque no se han aparecido, de Acapulco.
A ciencia cierta no sabe por qué no le compran como antes o por qué no vende como antes el aguacate, pero cree que tiene que ver con la pandemia, porque las personas no salen como antes y muchas perdieron su empleo.
Aun cuando la venta de aguacate es escasa y los precios son muy bajos, Filiberto tiene que darle tratamiento a sus árboles, para eso compra abonos, gasto que ahora les es difícil solventar. También hay veces que llega a contratar hasta seis peones por semana para trabajar en los cultivos, porque, aunque el aguacate no se venda lo tienen que cortar, y a cada uno paga 200 pesos por jornada laboral.
Así como él, sus compañeros en el pueblo siguen trabajando sus tierras y sin ingresos.
Para su fortuna, explica el propio Filiberto, el aguacate no es como el jitomate, que madura rápido y rápido se echa a perder. El aguacate puede durar de un mes a dos meses en el árbol.
“Aunque sea más barato pero lo vamos vendiendo”, dice Filiberto.
El productor dejó de esperanzarse en las autoridades municipales, porque en otro momento les han pedido apoyo y no los han considerado.
Mejor aprovechó este espacio para pedir que quienes estén interesados en comprar fruta le marquen al número telefónico 745 126 5014 y le hagan sus pedidos.
El presidente del Consejo Empresarial Mexicano de Comercio Exterior, Inversión y Tecnología A.C (COMCE) en Guerrero, Noé Galeana Cadena, precisa que en Guerrero hay 3 mil 649 productores de aguacate.
También aclaró que las siembras de aguacate se dan en las partes altas de los municipios de Petatlán, Tecpan de Galeana, Atoyac de Álvarez, Leonardo Bravo, Coyuca de Catalán, José Joaquín de Herrera, Heliodoro Castillo, Chilpancingo, Iguala y Taxco, y es donde están concentrados los productores. En Guerrero, dijo, no se cuenta con empacadoras y eso impide que el estado exporte la fruta.
En una entrevista del año pasado, el presidente de la Asociación de Productores y Empacadores Exportadores de Aguacate de México (APEAM), Gabriel Villaseñor, dijo que la crisis causada por la pandemia de la covid-19 afectaba los niveles del precio del aguacate, y ahora es más que evidente.
Del 2019 al 2020 el precio se redujo en un 20 por ciento, pero ahora el precio cayó otro 50 por ciento más.
Guerrero está entre los primeros seis estados en México en la proeucción de aguacate, sin embargo la falta de infraestructura impide que la entidad se coloque como una de las principales productoras de este fruto en México.
México es el principal productor de aguacate en el mundo, con más de dos millones 184 mil toneladas anuales. Más del 76 por ciento se cosecha en Michoacán, seguido de Jalisco, con 9.2, y el Estado de México, con 4.5 por ciento de la producción nacional.
Los frutos de cáscara negra y rugosa destacan en los negocios de la lateral del mercado Central Baltasar R Leyva Mancilla. Los letreros de cartulinas fluorescentes se distinguen del resto: “Aguacate. 20 pesos el kilo”.
En el mercado encuentras desde comerciantes que compran de una, dos o tres cajas para revender por montones o bolsas que están en 15 pesos, 20 pesos o 25 pesos. Depende del tamaño del aguacate. Hasta los que venden por mayoreo.
En la parte trasera del mercado están las bodegas y los mayoristas. “No hay exportación por la pandemia. Mucho se echa a perder”, comenta un trabajador del lugar.
Ahí, en la bodega, la caja con nueve kilos cuesta 220 pesos, cuando antes de la pandemia oscilaba en los 700 pesos.
El trabajador, que es mayorista, lamenta los precios actuales del aguacate.
Pero los productores de aguacate no son los únicos que padecen los bajos precios, también los que se dedican a la producción de la cebolla y jitomate En este mercado el kilo de cebolla cuesta en promedio a cinco pesos y el de jitomate entre ocho y 10 pesos.
Además, hace unos días, los productores de jitomate, también de la Sierra de Chilpancingo, bajaron a Ocotito a abaratarlo como una manera de protestar por lo mal que les va en este pandemia y la falta de apoyo de las autoridades.
En el mercado de Chilpancingo sólo hay mayoristas y revendedores. Los productores están en la Sierra con mucho de su producto detenido.
Esta nota fue realizada por el equipo de AMAPOLA PERIODISO. La reprodcimos como parte de una alianza de los medios de la Red de Periodistas de A Pie. Aquí puedes consultar la publicación original.
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